Las picaduras de abejas y avispas son muy comunes, y en algunas personas pueden desencadenar reacciones alérgicas graves, como la anafilaxia. Para estos casos, el tratamiento más efectivo es la inmunoterapia con veneno (también conocida como “la vacuna para la alergia al veneno”), que ofrece una alta protección y reduce de forma significativa el riesgo de una reacción grave en futuras picaduras.
Sin embargo, no existen análisis que permitan saber con certeza si una persona está completamente protegida. Aquí es donde entra en juego una herramienta fundamental: la repicadura intrahospitalaria controlada, que es una forma de prueba de exposición como en los casos del estudio del alergia a los fármacos.
Esta técnica se realiza en el hospital, en condiciones totalmente seguras, por parte de personal sanitario especializado del servicio de Alergia. Consiste en exponer de forma controlada al paciente al veneno del insecto (abeja o avispa) al que es alérgico, con el objetivo de comprobar si ya tolera la picadura gracias a la inmunoterapia. Todo se lleva a cabo en el hospital de día, que es un entorno preparado para actuar rápidamente en caso de que ocurra una reacción adversa.
La repicadura intrahospitalaria controlada se hace solo a pacientes seleccionados cuidadosamente, que han recibido tratamiento con inmunoterapia durante al menos seis meses y han mostrado una buena evolución clínica. También es fundamental elegir correctamente el himenóptero adecuado (abeja o avispa), ya que la inmunoterapia es específica para cada tipo de veneno.
La repicadura intrahospitalaria controlada sigue siendo la herramienta más fiable que tenemos para comprobar si el tratamiento está funcionando y garantizar que el paciente pueda enfrentarse con seguridad a una picadura espontánea en el futuro. El resultado negativo o la ausencia de reacción ante la picadura no solo confirma la protección, sino que también disminuye el miedo y mejora significativamente la calidad de vida de aquellos pacientes que temen futuras picaduras.
Javier Pereira
Miembro del Comité de Alergia a Himenópteros
La dermatitis atópica es una enfermedad cutánea inflamatoria crónica recidivante. La mayoría de los casos son leves y se tratan en Atención Primaria por médicos generales, mientras que los casos moderados a graves o resistentes al tratamiento, se derivan a dermatólogos, pediatras especializados y alergólogos para estudio y tratamiento adicional.
Recientemente se ha demostrado que el uso de medicamentos podría predecir la persistencia de Dermatitis atópica en los niños. Una identificación temprana de niños con un mayor riesgo de enfermedad grave y persistente puede mejorar el manejo de la enfermedad y reducir su carga.
La fobia a los corticoides tópicos es un problema común, tanto en pacientes pediátricos como en adultos con dermatitis atópica, y contribuye, no solo a una baja adherencia al tratamiento y a un control deficiente de la enfermedad, sino que, en última instancia, aumenta la necesidad de atención médica. Informaciones erróneas por parte de medios públicos, familia, amigos y profesionales de la salud, pueden agravar aún más la fobia a los corticoides tópicos.
Se ha publicado recientemente un estudio danés en el que se evaluó, a partir de un cuestionario, la estructura familiar de los pacientes pediátricos con dermatitis atópica, lugar de residencia, nivel educativo de los padres, enfermedades cutáneas actuales y anteriores, predisposición al tratamiento de la dermatitis atópica, fobia a los corticoides (Topical Corticosteroid Phobia, TOPICOP) y gravedad de la DA (Patient-Orient Eczema Measure, POEM).
De las conclusiones se puede extraer que ni el número de visitas previas a consultas médicas generales ni la edad del niño en la primera visita al médico de cabecera o al dermatólogo, se asociaron con la gravedad de la dermatitis atópica en el futuro. Por el contrario sí que se objetivó una asociación significativa entre una puntuación alta del test de fobia a los corticoides y un nivel educativo bajo de los padres, dando como resultado en estos casos un retraso en el tratamiento de los brotes de dermatitis atópica.
Estas conclusiones destacan la importancia de una buena educación a los padres por parte de los especialistas que atendemos a niños con esta enfermedad crónica, que ayuda a reducir los gastos de atención médica, así como la carga de la enfermedad.
Articulo aconsejado:
Dra. Elena Villalba Lorenzo, del hospital Hospital Público Marina Baixa, Villajoyosa (Alicante). Comité de Alergia Infantil SEAIC.
Puede consultarse el artículo:
Trine Gerner, Jeanette Halskou Haugaard, Christian Vestergaard, Mette Deleuran, Gregor Borut Jemec, Charlotte Gotthard Mortz, Tove Agner, Alexander Egeberg, Lone Skov, Jacob P. Thyssen Healthcare utilization in Danish children with atopic dermatitis and parental topical corticosteroid phobia. Pediatr Allergy Immunol. 2021 Feb;32(2):331-341
En las últimas décadas el término alergia se ha convertido en un concepto popular y casi familiar, facilitado sobre todo por la incidencia progresivamente creciente de las distintas patologías alergológicas y el impacto socio-sanitario que estas representan.
Por supuesto, entre las varias formas de presentación clínica, la anafilaxia es la que más nos preocupa como médicos, no solo como alergólogos, ya que por definición representa una “reacción alérgica grave de instauración rápida y potencialmente mortal”. En los últimos años se ha multiplicado el esfuerzo de la comunidad científica para sensibilizar a la sociedad sobre esta patología y tratarla como se merece, con el intento de minimizar las consecuencias que de ella puedan surgir.
En el algoritmo de actuación de la anafilaxia, la adrenalina intramuscular representa el tratamiento de primera línea independientemente de la edad del paciente y del entorno en que ocurra. El retraso en la administración de este medicamento se ha asociado a desenlaces fatales o reacciones bifásicas. La administración de adrenalina siempre tiene que estar seguida de una valoración médica por el Servicio de Urgencias más cercano. Una vez resuelto el cuadro clínico, al paciente se le prescribirá un auto inyector de adrenalina con un informe médico en el que deben de estar representados un plan escrito de recomendaciones (alérgeno a evitar) así como una explicación detallada del correcto uso de la adrenalina.
Recientemente se ha publicado un trabajo interesante que investiga las razones por las cuales hay un menor uso de adrenalina en la atención del paciente pediátrico (“Factors associated with the underuse of adrenaline in children with anaphylaxis”). Se trata de un estudio multicéntrico que incluyó 149 pacientes (edad menor de 15 años) atendidos por anafilaxia en 18 Servicios de Urgencias del norte de Francia, en un periodo comprendido entre los años 2015 y 2017. La edad media de los niños incluidos en el estudio era de 7,4 años; 35 niños (23%) estaban diagnosticados previamente de alergia alimentaria y 17 niños (11%) habían ya experimentado una anafilaxia. El Servicio de Emergencia Extrahospitalario de la zona fue contactado en 63 ocasiones (43%), en 55 de ellas (37%) los niños recibieron tratamiento in situ, por sus familias o por el mismo Servicio de Emergencias. Antes de la llegada de ayuda médica, 15 de los 31 niños (48%) con un dispositivo de auto inyector de adrenalina recibieron el tratamiento, mientras que el Servicio de Emergencias solo la administró en 4 de los 55 casos. De los 149 niños diagnosticados de anafilaxia solo 52 de ellos (35% del total) recibieron tratamiento con adrenalina en un entorno hospitalario. En definitiva, solo 71 de los 149 (48%) recibieron tratamiento con adrenalina, y el auto inyector de adrenalina fue prescrito o renovado en 103 (69%) casos antes del alta hospitalaria.
Si analizamos los datos obtenidos en este estudio podemos concluir que se ha observado que la adrenalina fue administrada con más frecuencia en niños más pequeños (edad media de 6,5 años), no identificando otro factor que pueda ser asociado con un uso mas frecuente de adrenalina.
Podemos concluir también que las dos principales razones por las que la adrenalina no se administró en ninguno de los escenarios (intra o extra hospitalario) de asistencia médica fueron:
El miedo a los posibles efectos adversos de una administración de adrenalina no se reconoció como una causa frecuente para su menor utilización.
Los autores concluyen que la distancia entre el porcentaje de un diagnóstico correcto y los casos que fueron tratados con adrenalina como primera línea de tratamiento sea principalmente debido a no considerar la reacción anafiláctica lo suficientemente grave si ésta no asocia una afectación respiratoria y circulatoria.
En definitiva y como conclusión importante que debemos de sacar de todo este texto es que la administración de adrenalina i.m. es el tratamiento de primera línea para una anafilaxia siendo ésta capaz de reducir las consecuencias potencialmente fatales, antes de que eventualmente se presente una afectación cardiorrespiratoria.
Dr. Nicola Giangrande, del hospital Hospital Público da Mariña , Burela (Lugo). Comité de Alergia Infantil SEAIC.
Articulo aconsejado:
En los últimos 15 años una nueva forma de alimentación del bebé, Baby led weaning (BLW), ha ido creciendo en popularidad. Se inició en Reino Unido y Nueva Zelanda y después se ha ido extendiendo por el resto de los países de Europa, así que en la actualidad no es raro que atendamos a pacientes cuyos padres están siguiendo este método de alimentación.
BLW se define como el proceso de iniciar la alimentación complementaria del niño con alimentos del tamaño y textura adecuados para comer por sí mismo, comenzando aproximadamente a los 6 meses de edad. Se define también como “auto-weaning” lo cual significa ofrecer los alimentos individuales troceados o triturados que toma habitualmente la familia. El bebé decide qué, cuánto, y en qué tiempo come, siendo así un compañero activo en el proceso de su alimentación en lugar de un recipiente pasivo al que hay que llenar de alimentos.
En general, es más fácil para los cuidadores, ahorra dinero y tiempo, ya que los bebés pueden comer la comida familiar con algunos ajustes menores (como reservar una porción para el bebé antes de agregarle sal), reduciendo la necesidad de comprar o preparar comida específica para ellos.
Sin embargo, este procedimiento causa preocupación a los pediatras por el riesgo de una ingesta deficitaria en vitaminas y minerales, como el hierro, u otros nutrientes, así como por el riesgo de atragantamiento.
La Sociedad Europea de Gastroenterología pediátrica, Hepatología y Nutrición (ESPGHAN) en 2021 ha declarado que no hay suficiente evidencia para concluir acerca de la conveniencia de este procedimiento. Una revisión no sistemática de 2016 había llegado a conclusiones similares. En el año 2018, una revisión sistemática analizó la evidencia publicada hasta entonces, para valorar si este método es seguro y recomendable, así como la necesidad de futuras investigaciones. Esta revisión concluyó que, para evitar riesgos en el bebé, los padres que deseen seguir este método necesitan una cuidadosa y profunda educación nutricional, particularmente sobre cómo preparar los alimentos para que resulten seguros, saludables y nutritivos. Esta revisión sistemática concluye que existe insuficiente evidencia para determinar si es adecuada la ingesta de nutrientes y energía. De hecho, persiste la preocupación de estudios previos observacionales en los que se determina que los padres que siguen BLW estiman que sus hijos toman más lácteos y menos alimentos sólidos comparados con los que siguen el método tradicional. Sin embargo, estudios más recientes sugieren que un método de BLW modificado, que incluya recomendaciones sobre la introducción de alimentos ricos en hierro y evitando aquellos con riesgo de atragantamiento, pueden tener efectos preventivos de estos riesgos y posibles deficiencias. En cualquier caso, se necesitan investigaciones con estudios más grandes y randomizados.
Sin embargo, en estas revisiones no se contempla la influencia que puede tener el seguimiento de este método en la incidencia de alergia a alimentos; particularmente en los niños con riesgo alto de atopia, es decir, aquellos con antecedentes personales o familiares de primer grado (padres o hermanos) con dermatitis atópica, alergia alimentaria o alergia respiratoria en forma de rinoconjuntivitis y/o asma.
En estos niños habría que considerar de forma especial por una parte, el momento y la forma de introducción de los alimentos y por otra, la exposición epicutánea temprana a dichos alimentos.
Se han publicado múltiples estudios controlados, randomizados, prospectivos, que muestran evidencia de que la introducción temprana de cacahuete y huevo cocinado disminuye la incidencia de alergia a estos alimentos en niños de alto riesgo de presentarla, aunque la cantidad y la forma precisa de introducción requiere más investigación. Varios estudios de prevención de alergia a otros alimentos han mostrado evidencia de seguridad, pero no de eficacia. El estudio EAT (Enquiring About Tolerance) randomizó a lactantes de la población general para una intervención en la cual se introducía leche, huevo, cacahuete, sésamo, pescado y trigo desde los 3 meses de edad, pero tuvo una moderada adherencia y el análisis estadístico no mostró significación estadística para la prevención de alergia alimentaria. No obstante, no hubo un riesgo aumentado de alergia a ninguno de estos alimentos comparado con el grupo de introducción estándar. Otro estudio (“HealthNuts study”) demostró que la introducción del anacardo antes del año de edad se asocia a la ausencia de alergia a este alimento a los 6 años. Hasta la actualidad no hay estudios de seguridad y eficacia de la introducción temprana de otros frutos secos, soja o mariscos. Varios estudios han indicado que los niños con dieta más diversa de forma temprana tienen una incidencia inferior de alergia a alimentos.
Recientemente la Sociedad europea de Alergia e Inmunología Clínica (EAACI) ha publicado una guía de prevención de desarrollo de alergia a alimentos en lactantes y preescolares basada en una revisión sistemática de la evidencia actual y en la opinión de expertos. En ella se recomienda lactancia materna exclusiva los 6 primeros meses de vida, aunque la introducción de alimentos sólidos entre los 4 a 6 meses es también recomendada. Como novedad respecto a la guía anterior de 2014, sugieren evitar suplementos de fórmula de leche de vaca en la primera semana de vida, la introducción temprana de huevo bien cocinado (evitando huevo crudo o pasteurizado sin cocinar) y la introducción de cacahuete en una forma apropiada para el lactante, aunque no está claro el beneficio de la introducción de cacahuete en países sin alta prevalencia de alergia a este alimento. Tampoco está claro el beneficio en la introducción temprana de otros frutos secos y otros alérgenos alimentarios.
La mayoría de otras guías sugieren también no retrasar la introducción en la dieta de los alimentos alergénicos. Aunque el orden de introducción depende de las guías de cada país, es común en todas ellas, al igual que en la guía de la EAACI, la recomendación de introducir precozmente el huevo y cacahuete basados en la evidencia actual. Otros alimentos evaluados, como la leche, trigo, sésamo y pescados en los que se ha descartado riesgo de alergia con su introducción precoz, podrían ser la siguiente prioridad. Habría que analizar la influencia en la introducción precoz en niños de alto riesgo de aquellos otros aún sin evidencia actual, como los frutos secos, soja y mariscos.
Esta introducción temprana podría verse favorecida por el método BLW siempre que se hiciese en la forma, cantidad y frecuencia adecuada. Una vez que la introducción de un alimento se ha iniciado, es muy importante que se mantenga de forma regular en la dieta. No hay que olvidar, por otra parte, que el objetivo de la alimentación complementaria temprana con alimentos alergénicos es ofrecerlos sin exceder las necesidades calóricas en este periodo de alimentación y sin desplazar a otros alimentos ricos en nutrientes como frutas, verduras, carnes y cereales.
En conclusión, aunque existe interés creciente en la introducción temprana de los alimentos alergénicos, las decisiones con respecto a la eficacia preventiva, seguridad, momento de introducción, dosis y formas de estos alimentos alergénicos son difíciles dado que aún no disponemos de la evidencia científica suficiente para todos ellos y suponen un reto para pediatras, alergólogos y familias.
Por otra parte, este método en el que el lactante se autoalimenta, podría aumentar la exposición epicutánea temprana a los alimentos a través del traspaso de las manos al cuerpo del bebé. Actualmente hay una creciente evidencia de la exposición epicutánea temprana, particularmente en aquellos pacientes con barrera cutánea alterada, favorece la sensibilización y la exposición oral favorece la tolerancia.
En modelos animales se ha demostrado que la exposición epicutánea sensibiliza a los animales de manera más efectiva que la oral e intraperitoneal y que la alteración de la barrera cutánea juega un papel importante en el desarrollo de alergia alimentaria y puede contribuir a la gravedad de las reacciones.
La sensibilización a través de la piel puede ser explicada por la exposición de los alimentos a través del ambiente (polvo, superficies…) o a la transferencia de los alérgenos a través del contacto mano-cuerpo. En este sentido, un estudio demostró que la aplicación de cremas que contenían cacahuete era un factor de riesgo independiente para el desarrollo de alergia a este alimento y varios estudios han encontrado relación entre la exposición a cacahuete en el ambiente del bebé (ropa de cama, zona de juegos) y la alergia al mismo, llegándose a cuantificar el aumento del riesgo de sensibilización a cacahuete por cada unidad de su concentración en el ambiente.
Otros estudios en humanos muestran que la alteración de la barrera cutánea en la dermatitis atópica, debida a la mutación del gen de la filagrina, puede favorecer la penetración de los antígenos y la inflamación tipo2. Actualmente hay una evidencia creciente de la importancia de la inflamación de la barrera cutánea en el desarrollo de sensibilización y alergia a alimentos, de ahí el interés reciente de la restauración de esta barrera cutánea en la prevención de la alergia alimentaria.
De todas estas consideraciones deducimos que el seguimiento del método BLW debería ser, en los pacientes de alto riesgo de alergia alimentaria, consensuado y supervisado por pediatras y/o alergólogos.
Atendiendo a los datos de los que hasta ahora tenemos evidencia deberían seguirse las siguientes recomendaciones:
Dra. Soledad Terrados, Hospital Ramón y Cajal. Comité de Alergia Infantil SEAIC
BIBLIOGRAFIA
-Enza D’Auria1* , Marcello Bergamini et all Baby-led weaning: what a systematic review of the literature adds on. Italian Journal of Pediatrics (2018) 44:49
-Susanne Halken, Antonella Muraro, Debra de Silva et all. EAACI guideline: Preventing the development of food allergy in infants and young children (2020 update) Pediatr Allergy Immunol. 2021;32:843–858
-Brian Schroer, MDa, Marion Groetch, MS et all Practical Challenges and Considerations for Early Introduction of Potential Food Allergens for Prevention of Food Allergy .J Allergy Clin Immunol Pract 2021;9:44-56
-H.A. Brough, K.C. Nadeau et all Epicutaneous sensitization in the development of food allergy: what is the evidence and how can this be prevented? Allergy. 2020 September ; 75(9): 2185–2205.
Estimados Socios,
Deusto Business School Health lanza el Diploma de Postgrado Universitario LEAD- Liderazgo y Transformación de Organizaciones y Sistemas Sanitarios, que dará comienzo el próximo mes de enero en la sede de la Universidad de Deusto en Madrid.
Se trata de una formación innovadora, que tiene como objetivo ofrecer los qué y los cómos para llevar a cabo una TRANSFORMACIÓN en las organizaciones sanitarias y sociales. Está especialmente dirigido a profesionales con responsabilidades directivas, tanto del ámbito público como privado, que buscan un modelo más sostenible dentro del nuevo paradigma en el que nos encontramos.
Para más información podéis consultar el programa adjunto.
Un cordial saludo,
Darío Antolín
Secretario de la SEAIC
La Alergología se define como la especialidad médica que comprende el conocimiento, diagnóstico y tratamiento de la patología producida por mecanismos inmunológicos, especialmente de la hipersensibilidad, con las técnicas que le son propias.
Se trata de una especialidad multidisciplinaria. Su campo de acción es amplio, ya que abarca el estudio de trastornos localizados en distintos órganos o sistemas (tracto respiratorio, tracto digestivo, piel, etc.), así como trastornos generalizados.
La Alergología es una especialidad en ciencias de la salud a la que se accede por el sistema de residencia, para cuyo acceso se exige estar en posesión del título universitario oficial que habilite para el ejercicio en España de la profesión de médico (Real Decreto 183/2008).
La obtención del título de Médico Especialista en Alergología supone por tanto superar un periodo de formación de 4 años (sistema MIR), sujeto a un programa formativo verificado por el Consejo Nacional de Especialidades Médicas. Durante este periodo, el especialista en formación adquiere la experiencia asistencial necesaria para desarrollar sus conocimientos y habilidades para alcanzar la competencia en el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades alérgicas, independientemente de la edad y otras circunstancias del paciente. La formación del alergólogo se complementa con el conocimiento científico y social de su entorno, así como el conocimiento de materias complementarias como farmacología, botánica y zoología, legislación sanitaria, etc.
En el sistema público, el acceso a la Atención Especializada en Alergología se efectúa a solicitud del médico de Atención Primaria. Esta solicitud no se dirige en ningún caso a la realización de pruebas diagnósticas, sino que corresponde a una consulta con un profesional especializado que realizará las pruebas complementarias requeridas en función de la historia clínica.
Última edición: 01/07/2019
———————————————–
Según Alergológica 2015, un estudio epidemiológico de referencia sobre las enfermedades alérgicas en España la alergia a medicamentos fue el motivo de consulta en el 18,7% de los casos, y en particular en niños en el 9%. En los niños, las enfermedades exantemáticas son frecuentes y muchas veces no se puede discernir que la causa de las lesiones cutáneas sean los fármacos o la propia enfermedad. Siendo los antiinflamatorios no esteroideos (AINE) los segundos medicamentos que más frecuentemente causan reacciones alérgicas en niños. Un alto porcentaje de niños que han presentado alguna reacción donde hubiese implicado un AINE, los evitan sin ningún estudio.
Las reacciones asociadas a los AINE se dividen principalmente en dos tipos: agudas (reacción inmediata o reacción hasta varias horas después de la exposición) y retardadas (más de 24 horas después de la exposición). Las reacciones agudas a los AINE pueden ser selectivas (mecanismo inmunológico) o inducidas por múltiples AINE (reactividad cruzada, no inmunológicas), siendo estas últimas las más comunes en niños.
Hasta la fecha los estudios relacionados con reacciones alérgicas a los AINE en niños son limitados. Como variables predictoras encontramos una reacción sugestiva en los primeros 60 minutos y 2 o más reacciones con distintos AINE implicados. No queda claro si se podría involucrar a la genética como variable: algunos estudios apuntan el antecedente de padres alérgicos a AINE como un factor de riesgo.
En niños, entre los fármacos más frecuentemente implicados se encuentran el Ibuprofeno y derivados del ácido propiónico, junto al Paracetamol por ser los más utilizados. Las reacciones adversas a AINE en lactantes y preescolares son menos frecuentes, lo que se atribuye a su menor consumo.
Para no catalogar a los niños de alérgicos a fármacos que le serán imprescindibles en el futuro es importante realizar un estudio alergológico, en el que la prueba definitiva es la prueba de exposición controlada para determinar el tipo de alergia selectiva o reactividad múltiple, y en caso de confirmarse ésta última probar otros AINE alternativos. Las pruebas cutáneas solo son de utilidad en determinados casos de alergia selectiva.
Recientemente se ha publicado un trabajo interesante que insiste en la importancia de la valoración alergológica, sobre todo de cara a la evolución de la alergia ya que una proporción importante de niños con reacciones por reactividad múltiple tolera los AINE tras ser reevaluados a los 6 años (Progress in understanding hypersensitivity reactions to nonsteroidal anti-inflammatory drugs). Dicha reevaluación es crucial considerando el gran número de niños que podrían estar evitando los AINE. Esto unido a que condiciones comórbidas como infecciones, fiebre o el uso concomitante de otros fármacos podrían causar los síntomas en estos pacientes nos hacen concluir que la historia detallada y las pruebas de provocación farmacológica son fundamentales para un diagnóstico definitivo de alergia a los AINE en niños.
Paula Méndez. Complexo Hospitalario Universitario de Santiago de Compostela. Comité de Alergia Infantil SEAIC
Biliografía:
Fuente: D. CARCELÉN para www.laverdad.es
Francisco José Martínez descubrió a los 38 años su alergia a los himenópteros Diez minutos después de recibir dos picaduras, perdió el conocimiento
Francho no sale de su casa sin su mochila. En la bolsa lleva una inyección de adrenalina, antihistamínicos y corticoides. Y es que si le picaran una avispa o una abeja tendría que actuar con rapidez.
Hace ya más de dos años, este joven de Villamalea, Francisco José Martínez, averiguó que era alérgico a la picadura de abejas y avispas y que su reacción iba más allá de una erupción generalizada. La primera vez que le picó una avispa tenía 36 años y estaba en el campo con su hija, que entonces tenía 4 años.
La intuición le dijo que esos dos picotazos le iban a traer problemas y, sin pensárselo dos veces, cogió a la niña y regresó a casa. Su mujer le dijo que no se preocupara, que se echara barro, pero el caso es que diez minutos después de las picaduras perdía el conocimiento en el centro de salud.
A base de oxígeno y con una inyección indicada para las reacciones alérgicas, Francisco José se recuperó. «Pasé un rato muy malo; una me picó en el cuello y otra en el hombro».
Estos síntomas lo llevaron de cabeza al alergólogo, que pudo comprobar que este vecino de Villamalea reaccionaba a todas las pruebas relacionadas con la picadura de estos insectos. «Si seré alérgico, que me hicieron la prueba cutánea con una cantidad insignificante de veneno y volví a perder el conocimiento».
Francho es uno de los setenta albaceteños a los que el Complejo Hospitalario Universitario de Albacete les está suministrando la vacuna contra la picadura de himenóptero. Espera que con este tratamiento bajen los niveles de reacción, pero aún se tiene que pinchar todos los meses.
Para él, la vida sigue igual. No ha cambiado ni uno solo de sus hábitos, aunque sí que reconoce que ve a las avispas donde nadie las detecta. «Si tú no le haces nada, el animalico a ti tampoco». Y es que aquella primera vez cuando le picaron él estaba tirando pelotas a una caseta donde, aunque no lo sabía, había un panal.
«No les tengo pánico y me voy a correr como he hecho siempre, solo que voy con mi mochila por si tuviese la mala suerte de que me picaran», reconocía.
Ahora que todo ha quedado en una anécdota, Francho no quiere ni pensar qué hubiese pasado si, en lugar de ir al centro de salud, aquella tarde se hubiese quedado en el campo con su hija de 4 años, pensando que no era nada.
La picadura de insectos en la población pediátrica es una causa frecuente de búsqueda de asistencia médica en época estival. La alergia al veneno de los himenópteros es una reacción del sistema inmunitario frente al veneno tras la picadura de éstos.
Las picaduras de himenópteros, principalmente de abejas y avispas, son los principales responsables de las reacciones alérgicas tras picadura de insectos en nuestro medio. Según la Guía Alergia al Veneno de los Himenópteros de la EAACI (Academia Europea de Alergia e Inmunología Clínica) las reacciones alérgicas sistémicas a picaduras de estos insectos afectan al 3,4% de los niños. La alergia a su veneno suele aparecer a partir de una segunda picadura, que es cuando el menor habrá quedado sensibilizado a su veneno, por lo que es más frecuente en niños mayores.
Las reacciones que suelen producirse son de dos tipos:
– Locales cuando aparece enrojecimiento, hinchazón y dolor en la zona y puede afectar hasta a dos articulaciones. El tratamiento es la limpieza de la zona con agua y jabón, se puede aplicar amoniaco y frío local, además de antihistamínicos y corticoides orales.
– Sistémicas o generalizadas cuando los síntomas afectan a otras partes del cuerpo, suelen aparecer lesiones habonosas y mucho picor, inflamación en los ojos y la boca, síntomas respiratorios, dificultad para tragar, mareo, bajada de tensión e incluso pérdida de conocimiento. Estaríamos ante una anafilaxia que puede ser peligrosa para la vida si no se trata a tiempo. Por ello hay que administrar de forma rápida adrenalina intramuscular, además de corticoides y antihistamínicos orales y se debe acudir de inmediato a urgencias para una valoración por el equipo médico y completar el tratamiento si fuera necesario.
La alergia al veneno de avispa o de abeja puede diagnosticarse mediante una prueba de punción cutánea y/o con una analítica en sangre de anticuerpos en suero (IgE).
Una vez diagnosticada la alergia a veneno de himenópteros y con antecedentes de reacción anafiláctica, la vacuna con veneno es el único tratamiento existente para prevenir futuros episodios y evitar las reacciones. Además, goza de muy buena reputación entre los pacientes pues claramente mejora su calidad de vida.
Los riesgos de reacción alérgica a picaduras de himenópteros en niños diagnosticados de alergia a su veneno, se incrementan durante los meses de verano debido al mayor tiempo que pasan al aire libre. El campo, la piscina y todos aquellos lugares con mucha vegetación o aguas estancadas son el ambiente ideal para este tipo de insectos.
Para evitar que estas picaduras se produzcan, sobre todo durante el verano, lo aconsejable es evitar en la medida de lo posible la proximidad a los nidos de avispas o abejas. Además, es recomendable que el niño no ande descalzo por el césped, sacudir la ropa antes de ponérsela, comprobar que los asientos, vasos u otros utensilios están limpios de insectos, evitar que lleven ropas llamativas o colonias y cremas muy perfumadas en el campo o tener los cubos de basura bien cerrados en lugares con vegetación.
Dra. Paula Méndez Brea. Médico adjunto del Servicio de Alergología. Complexo hospitalario universitario De Santiago de Compostela. Comité de Alergia Infantil SEAIC
Bibliografía:
Tankersley M, Ledford D. Stinging Insect Allergy: State of the Art 2015. J Allergy Clin Immunol Pract 2015;3(3):315-22.
Krishna M, Ewan P, Diwakar L, et al. Diagnosis and management of hymenoptera venom allergy: British Society for Allergy and Clinical Immunology (BSACI) guidelines. Clin Exp Allergy 2011;41(9):1201-20.
Karabus S. Hypersensitivity to stinging insects. Curr Allergy Clin Im 2012;25(3):132-8.
Nevot Falcó S, Ferré Ybarz L. Hipersensibilidad a veneno de himenópteros. Protoc Diagn Ter Pediatr 2013;1:135-44.
Lange J, Cichocka-Jarosz E, Marczak H, et al. Natural history of Hymenoptera venom allergy in children not treated with immunotherapy. Ann Allergy Asthma Immunol 2016;116(3):225-9.
Bilo MB, Bonifazi F. The natural history and epidemiology of insect venom allergy: Clinical implications. Clin Exp Allergy. 2009;39(10):1467-76.
Sturm GJ, Varga E-M, Roberts G, et al. EAACI guidelines on allergen immunotherapy: Hymenoptera venom allergy. Allergy. 2017;00:1–20.
Sturm GJ el al. EAACI guidelines on allergen immunotherapy: Hymenopteravenom allergy. Allergy . 2018;73(4):744-764.
La frecuencia de alergia a los alimentos se ha duplicado en los últimos 10 años. Según el último estudio epidemiológico realizado en España, el 20 % de los niños que acudieron a las consultas de Alergología fueron diagnosticados de alergia a alimentos. La prevalencia de la alergia alimentaria es mayor en los niños que en los adultos, siendo en niños menores de 3 años del 6 %. Los alimentos implicados con más frecuencia son la leche, el huevo, y los pescados en menores de 4 años, y en niños mayores, las frutas, como el melocotón, y los frutos secos, como la nuez y avellana.
También ha aumentado el número de alimentos a los que se es alérgico, siendo actualmente más de un 30% de los niños alérgicos a más de un alimento.
Es muy importante aclarar algunos conceptos que pueden llevar a diagnósticos erróneos. Para que un paciente sea alérgico a varios alimentos, debe presentar sensibilización frente a los alérgenos y además desarrollar síntomas tras su exposición. Esto hay que distinguirlo de una polisensibilización alimentaria, donde sólo se demostrarán niveles de IgE elevada frente a varios alimentos mediante las técnicas diagnósticas, pero el paciente tolerará la ingestión de esos alimentos. Es decir, no todos los pacientes polisensibilizados son polialérgicos. Es importante diagnosticar correctamente al paciente para que no sufra dietas de eliminación innecesarias, lo que podría suponer un deterioro en su crecimiento y en su calidad de vida.
También es importante conocer si se tiene una sensibilización a un alimento o una reactividad cruzada. Los alimentos contienen distintos alérgenos, que son proteínas, y éstas pueden estar presentes en alimentos de diversas fuentes. Por eso, algunos pacientes pueden tener polisensibilización a alimentos que reconocen la misma proteína, incluso a alérgenos respiratorios que también las comparten. En este caso estaremos ante un paciente polisensibilizado por reactividad cruzada debido a estas proteínas denominadas panalérgenos. Según el perfil de sensibilización, se orientará al paciente en el manejo de su enfermedad de acuerdo a su gravedad, en la prescripción de autoinyectores de adrenalina y en dietas de eliminación personalizadas.
Por lo tanto, es necesario un correcto diagnóstico de los pacientes alérgicos, más si están sensibilizados a varios alimentos, para dar unas recomendaciones adecuadas de evitación de aquellos alimentos a los que el paciente es verdaderamente alérgico y unas pautas adecuadas de la administración de medicación de acuerdo a la gravedad de las reacciones alérgicas que pudiera desarrollar.
Las dietas de eliminación siempre deben ser supervisadas por el alergólogo, quien informará adecuadamente de los alimentos prohibidos. Además, se debe realizar una valoración nutricional de aquellos pacientes alérgicos a alimentos de mayor riqueza nutricional, como la leche, huevo y cereales, ya que su eliminación podría suponer un riesgo nutricional. Para ello, el especialista le aportará los alimentos sustitutivos y las alternativas. Es muy importante el seguimiento por el especialista en nutrición de aquellos pacientes con mayor riesgo (retardo en el crecimiento, estancamiento ponderal, enfermedades crónicas acompañantes, eliminación de múltiples alimentos, >3 grupos diferentes, dificultades en la alimentación).
Dra. M.ª Isabel Alvarado Izquierdo
Alergóloga del Complejo Hospitalario Universitario de Cáceres. Comité de Alergia Infantil de la SEAIC
BIBLIOGRAFÍA:
Dáuria E, Abrahams A, Zuccoti GV, and Venter C. Personalized nutrition approach in food allergy: Is it prime time yet? Nutrients 2019, 11359; doi:10.3390/nu11020359.
Los pacientes alérgicos al huevo y las vacunas cultivadas en embrión de pollo, huevo embrionario o fibroblastos de embrión de pollo que pueden contener trazas de proteína de huevo han sido motivo de preocupación a la hora de aconsejar la vacunación. Mientras que la vacuna del COVID no contiene huevo ni sus proteínas, la vacuna de la gripe sí contiene ovoalbúmina en cantidades residuales (<1mcg/dosis). Aunque en la ficha técnica de la mayoría de vacunas de la gripe aún se contraindica su administración en alérgicos al huevo, las guías médicas ya recomiendan no tomar precauciones especiales para la vacunación contra la gripe en pacientes alérgicos al huevo dado que no se ha demostrado ningún aumento en la notificación de reacciones alérgicas, incluida la anafilaxia, en personas alérgicas al huevo después de vacunarse contra la gripe en comparación con la población general.
La anafilaxia es un evento raro tras la administración de cualquier vacuna. En los casos en los que se ha objetivado una reacción alérgica o anafiláctica tras la administración de la vacuna de la gripe, ésta suele deberse a otros componentes de la vacuna y no al huevo. Por lo que, en caso de que un paciente, independientemente de que sea alérgico o no al huevo, presentase una reacción alérgica o anafiláctica tras la administración de la vacuna de la gripe, debería ser remitido al servicio de Alergología para realizar los estudios competentes que aclaren la causa de esta reacción.
En conclusión, existe suficiente evidencia médica que constata que los pacientes alérgicos al huevo no sólo pueden recibir la vacuna del COVID sino también la vacuna de la gripe de manera segura sin mayor riesgo de sufrir una reacción alérgica que las personas sin alergia al huevo. En caso de sufrir una reacción alérgica con la vacuna de la gripe es cuando estaría indicada la derivación al servicio de Alergología y la toma de precauciones especiales si lo requiriese. No obstante, estas vacunas deben administrarse en un centro de vacunación correctamente equipado bajo la supervisión de personal sanitario.
Soledad Sánchez Sánchez
Especialista en Alergología
Complexo Hospitalario Universitario A Coruña
En los últimos meses se han publicado varios artículos acerca de la anafilaxia en el lactante.
Cárdenas Morales y Hernández Trujillo (1) nos dan una visión global a través de una revisión. Carlisle y Lieberman (2) se centran en el manejo del episodio y Frith y colaboradores actualizan las guías de la Australasian Society of Clinical Immunology and Allergy (ASCIA) (3).
La incidencia de la anafilaxia está aumentando particularmente en los lactantes y preescolares, aunque los datos son limitados y las cifras varían según los diferentes autores.
Las peculiaridades del lactante incluyen diferencias en la presentación clínica, las comorbilidades asociadas, dificultades en el diagnóstico y en el tratamiento, siendo por todo ello aún menor la frecuencia de utilización de adrenalina que en otras edades.
Como factores de riesgo en lactantes hay que considerar comorbilidades como el asma, la bronquiolitis y la laringotraqueobronquitis. Entre los posibles cofactores se incluyen la fiebre, infecciones respiratorias y el estrés. No parece haber acuerdo (1,2) en el papel del eccema atópico como comorbilidad de interés en anafilaxia.
Los síntomas más frecuentes en lactantes suelen ser cutáneos, seguidos de los respiratorios y digestivos. Los síntomas cardiovasculares parecen ser menos frecuentes o peor detectados. Además, la sintomatología puede pasar de tener valor diagnóstico a ser inespecífica según el contexto clínico, o pasar desapercibida por ser específica del lactante (Tabla 1) (2). También debemos tener en cuenta que el diagnóstico diferencial es amplio, con entidades propias de esta edad (Tabla 2)(1).
La alergia alimentaria es el principal desencadenante, destacando la leche y el huevo como los principales implicados. Sin embargo, hay que tener en cuenta los hábitos de consumo local. En nuestro medio las frutas y pescados son también causa frecuente de anafilaxia (1).
En cuanto al diagnóstico en el lactante, se han identificado varias dificultades
El tratamiento se basa en el reconocimiento de síntomas, y en la administración precoz de adrenalina. Como medidas adicionales, la guía ASCIA recomienda específicamente evitar que los lactantes estén en brazos sobre el hombro de sus cuidadores y recomienda que se mantengan horizontales sobre los brazos del cuidador (3). Aunque pueden ser necesarias medidas adicionales como la fluidoterapia, apenas se mencionan otros fármacos, como los antihistamínicos y corticoides (2), acerca de los que sí se discutía en revisiones previas (4,5).
La infrautilización de adrenalina se ha atribuido a un peor reconocimiento de los síntomas, pero también a una menor prescripción de dispositivos de adrenalina. Una de las razones se debe a que en lactantes hay discordancia entre el peso y la dosis de los autoinyectores disponibles (0.15 y 0.3 mg). Tanto la guía de anafilaxia pediátrica de EAACI de 2007(6) como la australiana proponen la prescripción de dispositivos de 0.15mg lactantes-niños a partir de los 7.5 kg de peso (3). En 2017 la Food and Drug Administration autorizó la comercialización de dispositivos de 0.1mg en Estados Unidos, por lo que las recomendaciones en este punto varían según la guía consultada (1,2,4).
Finalmente, desconocemos aun el efecto de las recomendaciones actuales de introducción precoz de la alimentación complementaria en la incidencia y prevalencia futuras de anafilaxia en lactantes.
| Órgano Diana | Síntoma Típico propio de otras edades | Síntoma poco frecuente…o propio de lactante |
| Piel | Habones, rash, picor, angioedema | Roce ocular, picor ocular, rascado de las orejas, sacar la lengua, lamido repetido de labios o de las manos |
| Digestivos | Vómitos, diarrea, dolor abdominal | Escupir, arquear la espalda, llevarse las rodillas al pecho, hipo |
| Respiratorios | Tos, sibilancias taquipnea | Llanto, afonía, meterse los dedos en la orejas, tirarse de las orejas |
| Cardiovascular | Hipotensión, desmayo, sincope | Piel moteada |
| Neurológico | Irritabilidad, llanto inconsolable, letargo |
Tabla 1. Síntomas de anafilaxia en lactantes. De A Carlisle y J. Lieberman
| Signo/Síntoma Guía | Diagnóstico alternativo |
| Angioedema | Angioedema Hereditario
Celulitis |
| Diarrea | Gastroenteritis |
| Habones/Rash | Dermatitis de contacto
Eritema multiforme Mastocitosis Síndrome de piel escaldada estafilocócica Síndrome de shock tóxico |
| Hipotensión | Shock séptico |
| Neurológico | Intoxicación por fármacos o alcohol
Encefalitis Hemorragia intracraneal Meningitis Traumatismo no accidental (maltrato) Convulsión |
| Dificultad respiratoria | Asma
Espasmo del Sollozo Bronquiolitis Crup Aspiracion de cuerpo extraño Membrana laríngea Traqueolaringomalacia Anillo vascular |
| Vómitos | Enterocolitis inducida por proteínas alimentarias (FPIES)
Intoxicación alimentaria Gastroenteritis Reflujo gasotroesofágico |
| Otros | BRUE (episodios breves resueltos inexplicado: brief resolved unexplained) **
Síndrome de Munchausen Síndrome de muerte súbita del lactante |
Tabla 2. Diagnóstico diferencial de anafilaxia en lactantes **Denominación actual del Episodio Aparentemente Letal
Esozia Arroabarren Aleman. Servicio de Alergología. Complejo Hospitalario de Navarra. Comité de Alergia Infantil SEAIC
Bibliografía

La rinitis ha sido considerada tradicionalmente como una enfermedad leve y, en muchos casos, como un proceso trivial. Sin embargo, en los últimos años ha quedado patente que constituye una causa infravalorada de morbilidad que puede conllevar costes muy importantes para quien la sufre, afectando a su actividad diaria, al rendimiento laboral y escolar e, incluso, a las relaciones sociales. Por otra parte, cada vez es más evidente su importancia como factor de riesgo para el desarrollo del asma y su interacción con esta enfermedad.
Pese a ser una de las diez causas más frecuentes de consulta en Atención Primaria, la rinitis tiende a infravalorarse y a menudo no se aborda adecuadamente: existe un gran desconocimiento sobre los distintos fenotipos clínicos de la rinitis, la importancia de evaluar su gravedad y control, y el tratamiento aconsejado según las guías (tratamiento escalonado, tendencia a la infrautilización de corticoides nasales, etc.).
Todos los profesores que imparten este curso, son miembros del Comité de Rinoconjuntivitis de la SEAIC.
Objetivo Principal
Generar conductas proactivas del médico de familia en el abordaje y tratamiento de la rinitis
Objetivo Secundario
Mejorar el conocimiento de los distintos fenotipos de rinitis, el proceso diagnóstico de la rinitis alérgica, su relación con el asma, la afectación de la calidad de vida, la importancia del control de la rinitis y especialmente su manejo terapéutico.
El deporte no sólo no es contraproducente, sino que resulta saludable para los niños que padecen asma. La actividad física mejora el desarrollo del niño y la condición física, ayudando a disminuir la intensidad de las crisis asmáticas.
Descargar tríptico:
Falsos mitos sobre deporte y asma (5618 descargas )
Estimados socios,
El ilustre Dr.Carlos E. Baena-Cagnani falleció súbitamente recibiendo el año 2015 con sus hijos y nietos en Ascochinga, Provincia de Córdoba, Argentina.
Comenzó su formación como alergólogo, en la Universidad de Navarra (Pamplona) con su jefe y maestro, Dr. Alberto Oehling. Participó muy activamente en diferentes Sociedades Científicas que presidió, como la Asociación Argentina de Alergia e Inmunología Clínica, la Sociedad latinoamericana de Alergia, Asma e inmunología, la Organización Mundial de Alergia (WAO), y actualmente presidía la Asociación Global de Asma (Interasma). Desde la SEAIC queremos transmitir nuestro más sentido pésame a su familia y amigos. Su muerte es una pérdida irreparable para nuestra especialidad, para la que trabajó incansablemente a lo largo de su vida profesional. Descanse en paz.
Darío Antolín
Secretario de la Junta Directiva de la SEAIC
Los cuestionarios de calidad de vida como el Cuestionario de Calidad de Vida en Asma (AQLQ, por sus siglas en inglés) y Cuestionario de Calidad de Vida en Rinoconjuntivitis y Rinitis Alérgica (RQLQ, por sus siglas en inglés) son herramientas valiosas para comprender el impacto del asma y la rinitis en la calidad de vida de los pacientes afectados y sirven como herramienta de comparación validado para evaluar el efecto de tratamientos como la inmunoterapia (1,2).
Estos cuestionarios evalúan varios dominios o campos donde figuran los síntomas respiratorios o naso-oculares, la limitación de la actividad diaria, el sueño, la esfera psicológica y la exposición ambiental. Dan más información al profesional del impacto de la enfermedad en la vida cotidiana del paciente (2).
El AQLQ consta de 32 ítems, agrupados en 4 dominios y cada pregunta se puntúa según una escala de Likert de 7 puntos. Puntuaciones más altas indican una mejor calidad de vida.
El RQLQ consta de 28 preguntas agrupadas en 7 dominios, también se puntúan según escala de Likert de 7 puntos. En este caso, las puntuaciones más altas significan peor calidad.
Se han utilizado en investigación para evaluar los cambios en la severidad de la enfermedad y en la esfera de la vida del paciente que es capaz de lograr la inmunoterapia especifica con alérgenos. Son una herramienta muy usada en trabajos para evaluar el impacto de la inmunoterapia sublingual y subcutánea demostrándose mejoras en la calidad de vida en diferentes grupos de edad. En resumen, son una herramienta adicional para determinar el impacto de la eficacia de la inmunoterapia con alérgenos en el día a día del paciente (2,3,4).
¿Podría ser una herramienta en la consulta de alergia en vida real o práctica clínica habitual?, ¿Nos ayudarían a saber en nuestra consulta si una inmunoterapia es eficaz?:
Expertos han coincidido que su uso rutinario en todas las consultas puede estar limitado debido al tiempo que requieren para su aplicación y análisis especialmente cuando hay un gran volumen de pacientes y pocos profesionales. El tiempo promedio de duración de estas pruebas es de 10 minutos. Sin embargo, debido a la importancia de la información que se obtiene se han hecho versiones validadas más pequeñas, el mini AQLQ y el mini RQLQ que se pueden realizar en 3 a 5 minutos. De esta manera se hace más factible de realizar en la consulta para la toma de decisiones terapéuticas.
Estos cuestionarios pueden ayudarnos a hacer más objetiva y medible la mejoría sintomatológica y el impacto en la calidad de vida del paciente que recibe inmunoterapia especifica con alérgenos, sobre todo si estas mejoras preceden a cambios en los biomarcadores o estos últimos no experimentan cambios a pesar de observar progresos en los síntomas (5).
Estimados socios,
El comité organizador del XIII Congreso Centroamericano y del Caribe de Alergia, Asma e Inmunología, y el VII Congreso Nacional de Alergología e Inmunología Clínica, envía la invitación para todo aquel socio interesado. Las fechas de celebración serán del 19 al 21 de Agosto en el Hotel Hilton de la Ciudad de Panamá. Para más información podéis consultar el archivo pdf adjunto. Esperamos que sea de vuestro interés,
Un cordial saludo
Darío Antolín
Secretario de la Junta Directiva de la SEAIC
Apreciados socios:
La Dra. Cardona nos informa de la apertura del proceso de presentación de candidaturas para los Board de cada una de las secciones de la EAACI. Os incluimos las instrucciones para que el que quiera forme parte de la sección o del grupo de interés que le apetezca. Os animamos a presentaros para aumentar así la presencia de la Alergología española en el resto de Europa.
Un cordial saludo.
Dr. Pedro Ojeda
Secretario General de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica
Elecciones en EAACI
Todos los miembros de EAACI pueden pertenecer a una sola Sección (Asma, Rinitis, Dermatología, Pediatría o Inmunología) y se pueden apuntar a todos los Grupos de Interés que quieran (Aerobiología y contaminación; Alergia, Asma & Deporte; Diagnóstico en Alergia; Enfermería; Productos Biológicos; Alergia a Medicamentos; Epidemiología; Alergias a los Alimentos; Genómica Funcional y Proteómica; Inmunoterapia; Infecciones y Alergias; Hipersensibilidad a Veneno de Insectos; Alergia ocupacional; y Alergia Ocular).
En la actualidad se ha abierto la candidatura a los «Board», para que entren 2 nuevos miembros en cada uno. Las elecciones serán por vía electrónica en Marzo. Cada miembro podrá votar en su Sección y sus grupos de interés.
Ya pueden descargarse los estándares mínimos para informes de asma, rinoconjuntivitis y reacciones adversas a medicamentos. Aquí y en el área Profesional>>Descargas>>Documentos.
Estándares mínimos para informes de asma (1005 descargas )
Estándares mínimos para informes de rinoconjuntivitis (7323 descargas )
Estándares mínimos para informes de alergia a medicamentos (721 descargas )