El asma es una de las enfermedades crónicas más común en los niños. La contaminación del aire relacionada con el tráfico se ha sugerido en numerosas ocasiones como un factor que puede contribuir a su desarrollo.
Recientemente se ha publicado en Reino Unido (Bradford) un estudio para analizar el impacto que la exposición a los óxidos de nitrógeno tiene en el desarrollo del asma infantil.
Khreis M., de Hoogh K., Nieuwenhuijsen MJ. Full-Chain Health Impact Assessment of Traffic-Related Air Pollution and Childhood Asthma. Environ Int. 2018; 114: 365-375.
Utilizado un modelo de nuevo desarrollo para analizar el impacto que la exposición a los óxidos de nitrógeno (NOx, NO2) —gases que se encuentran entre los contaminantes del aire junto con datos de otros cuatro modelos distintos relativos a tráfico, emisiones, dispersión atmosférica y estudio de impacto en salud en Bradford (Reino Unido) se pudo determinar toda una cadena, desde las fuentes de contaminación del aire hasta las vías por las que esta impacta la salud de los niños. Utilizando la tasa de incidencia del Reino Unido para el asma infantil, las funciones metaanalíticas de respuesta a la exposición y las estimaciones de los modelos de exposición, se calculó el número anual de casos de asma atribuibles a NO2 y NOx en Bradford y el número anual de asma casos específicamente atribuibles al tráfico.
Los resultados del estudio indicaron que hasta en 687 (38%) de todos los casos anuales de asma infantil en Bradford pueden ser atribuibles al aire contaminación y más específicamente hasta 109 casos (6%) y 219 casos (12%) pueden atribuirse a la contaminación del aire relacionada con el tráfico. Éste es el primer estudio que realiza una evaluación de impacto de salud de cadena completa de contaminación relacionada con el tráfico y asma infantil en una población desfavorecida con preocupación pública sobre la misma.
Los casos de asma infantil están aumentado constantemente con los años al igual que han ido en aumento las emisiones de gases contaminantes y el desarrollo industrial y de tráfico urbano. El progreso futuro con el asma infantil requiere un enfoque que no se limite a controlar y tratar la enfermedad y vaya hacia su prevención, entre otras causas reduciendo la contaminación del aire relacionada con el tráfico de las ciudades. Una causa prevenible por parte de todos.
Margarita Tomás Pérez. Médico Adjunto Alergología Hospital General Universitario La Paz. Madrid. Comité de Alergia Infantil SEAIC.
Estimados socios:
Se ha recibido en esta secretaría información del próximo Curso de Patología Ocupacional Respiratoria, que se va a celebrar en el Hospital Universitario Vall d’Hebron de Barcelona los días 5 y 6 de noviembre del presente año.
Un cordial saludo.
Dr. Pedro Ojeda
Secretario de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica
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Documento para la descarga:
XVI Curso de Patología Ocupacional Respiratoria (2382 descargas )
Apreciados socios:
Desde la Comisión Nacional de Prevención del Tabquismo, nos remiten esta información para el que quiera adherirse. Un saludo.
Dr. Pedro Ojeda
Secretario General de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica
Las Redes Internacionales de Hospitales sin Humo (ENSH) y de Hospitales Promotores de la Salud (HPH) han emprendido una campaña mundial con el objetivo de concienciar a los profesionales que trabajamos en el ámbito de la salud del importante papel que tenemos para reducir el consumo de tabaco de la población.
Nos gustaría implicaros en esta misión y que todos pidamos a los gobernantes una aplicación efectiva del Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaquismo. Esta campaña pide nuestra adhesión como profesionales sanitarios a un Pacto institucional [«Pact»], una Declaración [«charter»] individual y una Petición [«petition»] a los gobiernos.
La manera de adherirse es simple:
– Marcar las casillas correspondientes [Pact, Charter y Petition]
– Rellenar los datos solicitados (apellido, nombre, profesión, organización, ciudad y país)
La dirección es la siguiente:
http://www.ensh.eu/tfu-form.php
En esta página también encontraréis la manera de compartirlo en las redes sociales y un contador que le permitirá saber cuántos profesionales ya han firmado (casi 36.000 sanitarios de 41 países hasta ahora!).
Estudio MIRLO, desarrollado desde la Universidad de La Laguna. La investigadora Elena Lorenzo, doctoranda en el Departamento de Psicología Cognitiva, Social y Organizacional, nos ha contactado en el marco de su Tesis Doctoral sobre “El sufrimiento moral en las profesiones sanitarias”. El estudio busca comprender mejor los retos y dilemas morales presentes en la práctica profesional del personal médico y de enfermería.
Resumen de la solicitud:
EL GEAH en colaboración con AEDAF tienen interés en explorar si las diferencias en el acceso y disponibilidad de tratamientos innovadores para AEH detectados en 2021 persisten a día de hoy, incluyendo aspectos relacionados con la disponibilidad según el lugar de residencia del paciente, la posibilidad de disponer de medicamentos en casa o la autoadministración y, por otro lado, quieren estudiar a su vez el impacto de la creación de los CSUR en la atención a los pacientes y en el acceso al diagnóstico y tratamientos innovadores para el AEH.
La encuesta es anónima y sólo se utilizarán los datos de forma agregada.
El proyecto VAC-ASMA, busca conocer la actitud de los profesionales ante la vacunación en pacientes con asma grave desde las consultas de Alergología y Neumología de España.
El estudio está dirigido a especialistas que realicen labor asistencial en asma grave en hospitales españoles y cuenten con más de tres años de experiencia.
Participa en: https://vacasma.gruposaned.com
Código de acceso: ASMA
Desde la SEAIC queremos informaros de una iniciativa conjunta con la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), destinada a recopilar información actualizada sobre alergias alimentarias en España, un tema de gran relevancia para la salud pública.
Con este fin, la AESAN ha creado un cuestionario, dirigido a médicos especialistas en Alergología, con el objetivo de conocer su experiencia clínica en relación con determinadas alergias alimentarias en nuestro país. La información recabada mediante este cuestionario será de gran valor, al aportar datos de evidencia clínica que serán clave para fundamentar una posible actualización de la normativa europea sobre etiquetado de alimentos y una posible inclusión de alimentos hasta ahora no incluidos en la lista de sustancias o productos que causan alergias o intolerancia de declaración obligatoria en la Unión Europea, como son: las rosáceas, las leguminosas, el kiwi y los piñones.
Desde la AESAN solicitan tu respuesta, con base en tu experiencia clínica, a las preguntas que aparecen en el cuestionario al que puede acceder a través del siguiente enlace:
https://es.surveymonkey.com/r/aesancuestionarioalergiasalimentarias
Desde la SEAIC te animamos a participar cumplimentando el cuestionario, ya que tu aportación es clave para reflejar la realidad asistencial y contribuir a un análisis riguroso y representativo de la situación actual. Te agradeceríamos que lo cumplimentaras cuanto antes, preferiblemente antes del día 31 de julio de 2025 .
Agradecemos de antemano tu tiempo y colaboración. Tu participación es fundamental para el éxito de este proyecto y para seguir avanzando en la mejora de la atención a los pacientes con alergias alimentarias.
Merco Salud (MRS) tiene como misión la de evaluar con rigor e independencia a los principales actores del sistema sanitario español y publicar anualmente sus resultados en diversos rankings de reputación de la sanidad española. Animamos a todos los socios a participar y aportar su opinión sobre la reputación de servicios, hospitales, médicos, empresas farmacéuticas y medicamentos en España.
Impulsada por el Comité de Rinología y Conjuntivitis Alérgica, busca conocer el manejo clínico del olfato en pacientes con rinitis o RSCcPN.
El Comité de Rinología y Conjuntivitis Alérgica de la SEAIC invita a los socios a participar en una encuesta sobre el manejo clínico de pacientes con rinitis o rinosinusitis crónica con pólipos nasales (RSCcPN).
El objetivo es conocer si se evalúa la pérdida de olfato en la práctica habitual y la disponibilidad de olfatometría en los servicios de Alergología.
Fuente: EUROPA PRESS
Un tercio de los pacientes que sufren una reacción alérgica grave por veneno de avispas o abejas no acude al alergólogo, según ha alertado la presidenta del Comité de Alergia a Himenópteros de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), Teresa Alfaya.
Aunque las reacciones suelen ser locales, con picor, enrojecimiento e inflamación circunscrita a la zona donde pica el insecto, cuando el área de inflamación es mayor de 10 centímetros de diámetro nos encontramos ante una reacción alérgica que se considera patológica. En algunos casos se producen lesiones en la piel a distancia del lugar de la picadura, dificultad para respirar, mareo o síntomas digestivos, lo que constituye una reacción alérgica generalizada grave o anafilaxia.
«En la mayoría de los casos los afectados son atendidos por médicos de Urgencias o Atención Primaria que no siempre recomiendan la consulta con el especialista. Cuando un sujeto experimenta una reacción local importante, y sobre todo si sufre una reacción generalizada tras la picadura de uno de estos insectos debe dirigirse a un servicio de alergia hospitalario para su evaluación, donde se le someterá a pruebas diagnósticas, y se le pautará tratamiento con inmunoterapia en caso de estar indicado», ha comentado Alfaya.
Y es que, prosigue, la consulta con el alergólogo después de haber sufrido una reacción alérgica por picadura de himenópteros es «fundamental», ya que el 60 por ciento de los pacientes que han sufrido una reacción alérgica generalizada (anafilaxia) por picadura de avispas o abejas, sufrirán una reacción similar o más grave con la siguiente picadura.
«Las proteínas del veneno se unirán a los anticuerpos IgE específicos del paciente, ocasionando la degranulación del mastocito y la liberación de histamina, triptasa y otros muchos mediadores responsables directos o indirectos de la reacción alérgica», ha añadido la doctora. LA ALERGIA QUE MEJOR SE CURA.
En España, según los datos de la SEAIC, aproximadamente el 3 por ciento de la población sufre reacciones alérgicas generalizadas por el veneno de avispas y abejas, y la tasa de mortalidad anual se estima en un 0,08 por millón de habitantes, lo que significa que unas tres o cuatro personas podrían fallecer cada año por esta causa.
La vacunación con veneno de himenópteros es probablemente la forma de inmunoterapia más eficaz. «El tratamiento para los pacientes que ya han sido diagnosticados de alergia al veneno de avispas o de abejas es muy efectivo. Se realiza con el veneno del insecto responsable de la reacción alérgica y consigue que el paciente tratado deje de ser alérgico y no presente ninguna reacción en caso de una nueva picadura», ha subrayado Alfaya.
Y es que, tal y como ha asegurado, su efectividad, superior al 90 por ciento, está probada mediante la repicadura con el insecto, que puede ser espontánea (accidental) o bien de forma controlada en el hospital. Esta eficacia se alcanza «rápidamente» tras llegar a una dosis de mantenimiento mínima de 100 gramos aunque para consolidar esta respuesta de tolerancia hay que administrar el tratamiento en dosis mensuales o cada dos meses durante aproximadamente 5 años.
Finalmente, la SEAIC ha recordado que el alergólogo es el especialista mejor cualificado para diagnosticar y tratar la alergia al veneno de los himenópteros en particular y todas las enfermedades alérgicas en general, y en todos los grupos de edad, ya que esta especialidad está orientada a considerar al paciente alérgico de forma general y no centrándose sólo en un órgano como ocurre con otras especialidades.
¿Qué es la quimioterapia?
La quimioterapia es un tipo de tratamiento farmacológico contra el cáncer y funciona destruyendo las células cancerosas o frenando su proliferación. Se trata de un tratamiento sistémico, ya que, una vez administrada, circula a través del torrente sanguíneo pudiendo alcanzar casi cualquier parte del cuerpo. Existen más de 100 quimioterápicos diferentes, como las antraciclinas (doxorubicina, epirubicina), las sales de platino (oxaliplatino, carboplatino, cisplatino) o los taxanos (paclitaxel, docetaxel), entre otras. En función del tipo de cáncer, del grado de extensión y del estado de salud general en el que se encuentre, su oncólogo prescribirá una quimioterapia u otra, sola o en combinación con otros tratamientos.
¿Por qué la quimioterapia causa efectos secundarios?
La quimioterapia no solamente ataca a células cancerosas, sino que también actúa sobre células de tejidos sanos, especialmente aquellos que estén continuamente produciendo células nuevas, por ejemplo, la médula ósea, las mucosas del tracto digestivo o respiratorio, la piel, el cabello, o las uñas. Esto puede conllevar a la aparición de efectos secundarios, como la disminución del nivel de glóbulos rojos y blancos o de las plaquetas en la sangre, vómitos, diarreas, erupciones en la piel, pérdida del cabello, cansancio, mareo, o debilidad. Cada quimioterapia tiene un perfil de efectos secundarios propio, y la mayoría de estos estarán relacionados con su mecanismo de acción y la dosis prescrita. La mayoría de estos efectos secundarios aparecen durante los días posteriores a la administración del ciclo, son temporales y mejoran con el reajuste de la dosis o añadiendo medicación para aliviar los síntomas.
¿Qué es la alergia a la quimioterapia?
La alergia a la quimioterapia es una reacción adversa poco frecuente y está causada por una respuesta inusual del sistema inmunitario frente al fármaco. La mayoría de las reacciones alérgicas a la quimioterapia aparecen inmediatamente o durante la administración al fármaco, y normalmente, aunque no siempre, se acompañan de síntomas en la piel como picor, enrojecimiento o erupciones. En ocasiones, pueden producirse reacciones alérgicas graves, como la anafilaxia, esto es, una reacción de inicio brusco y con síntomas generalizados como la dificultad respiratoria o la hipotensión, pudiendo evolucionar rápidamente a cuadros más graves.
¿Todas las reacciones adversas a la quimioterapia son por alergia?
No, como cualquier medicamento, la quimioterapia puede producir reacciones adversas con síntomas similares a los de una alergia, pero no todas se producen por una respuesta del sistema inmunitario y se deben a otro motivo, por ejemplo, un efecto secundario al propio mecanismo del fármaco.
¿Qué ocurre si tengo alergia a la quimioterapia?
La re-exposición a la quimioterapia en un paciente que se ha vuelto alérgico puede ser potencialmente grave. Por este motivo es importante que los pacientes que han presentado una reacción a su quimioterapia sean estudiados por un especialista en alergología antes de continuar con el tratamiento, para poder confirmar o descartar el origen alérgico de la reacción. En caso de que se confirme la alergia, la desensibilización es un procedimiento que permite que un paciente alérgico a la quimioterapia continúe recibiéndola de forma segura a pesar de su alergia. Este procedimiento no está exento de riesgos y debe realizarse siempre en manos de personal experto, con recursos apropiados y en un entorno preparado.
En resumen, la quimioterapia puede desencadenar distintos efectos secundarios, siendo la alergia a la quimioterapia una reacción poco común pero potencialmente grave. Sin embargo, no todas las reacciones adversas a la quimioterapia son causadas por alergia, ya que pueden deberse a otros factores, como los efectos secundarios propios del fármaco. La identificación precoz de las reacciones alérgicas y el diagnóstico preciso son esenciales para poder elegir la mejor estrategia de tratamiento y garantizar la seguridad de los pacientes.
Paula Vázquez Revuelta
Facultativa Especialista – Servei d’Al·lergologia | Hospital Universitari Bellvitge
Las reacciones adversas a medicamentos son frecuentes en los niños, con una incidencia mayor en los ingresados (9.53%) con respecto a los que siguen un tratamiento en domicilio (1.46%). De ellas, sólo una minoría se catalogan como graves (12.29%), con un porcentaje bajo de ingresos por esta causa (2.09%). En la actualidad, se considera que son un problema de salud pública.
Basándonos únicamente en las manifestaciones clínicas, a menudo es difícil distinguir entre una reacción causada por un virus o por un medicamento, pero es importante ser conscientes que la principal causa de urticaria en los niños son las infecciones virales.
Dentro del gran espectro de reacciones adversas a medicamentos en los niños, últimamente el foco de atención se está centrando en la evaluación de la alergia a antibióticos, en particular de los beta-lactámicos. La amoxicilina es el fármaco más prescrito en los niños, y por ello, el implicado en la mayoría de las reacciones, aunque sólo una pequeña parte son reacciones alérgicas. Con frecuencia la alergia a antibióticos en los niños está sobrediagnosticada.
Los factores predisponentes son la inmunosupresión, la fibrosis quística, las exposiciones previas al mismo fármaco, la duración extensa del tratamiento y la vía de administración, siendo más sensibilizantes la vía parenteral y la cutánea. Recientemente se ha descrito una fuerte asociación de los genotipos HLA-B, HLA-C y HLA-DRB1 con reacciones inmediatas y tardías con beta-lactámicos en niños. La edad, el género, y la presencia de patología alérgica no parecen ser factores de riesgo.
Para el estudio alergológico, las guías recomiendan la realización de pruebas cutáneas intraepidérmicas e intradérmicas, seguidas de la prueba de provocación oral controlada, si son negativas. Tras la realización del estudio sólo se confirma alergia en el 2-2.5% de los niños. Además, por este motivo, varios grupos de trabajo han propuesto realizar las pruebas de administración oral sin la realización de las pruebas cutáneas previas.
Ser etiquetado de “alérgico a penicilinas” tiene consecuencias adversas en la salud y en la economía. Se asocia a la prescripción de antibióticos alternativos de amplio espectro que tienen un alto riesgo de efectos adversos y aumentan el riesgo de resistencias a antibióticos, precisan ingresos hospitalarios de mayor duración y condicionan un coste de cuidados de salud mucho mayor.
Por ello, en nuestro trabajo como alergólogos es primordial la evaluación de los niños con reacciones por beta-lactámicos, por el beneficio que recibirán en la calidad de sus tratamientos futuros.
Lectura recomendada: Antibiotic Allergy in Children: More than Just a Label. Abrams E, Netchiporouk E, Miedzybrodki B, Ben-Shoshan M. Int Arch Allergy Immunol. 2019;180(2):103-112. doi: 10.1159/000501518.
María Rueda García. Alergóloga, MD, PhD. Servicio de Alergología, Hospital Quirón, Barcelona. Miembro del Comité de Alergia Infantil de la SEAIC, grupo de interés en Alergia a Medicamentos.
El riesgo de presentar una reacción alérgica a picaduras de insectos, como las avispas o las abejas, aumenta durante los meses de verano y los niños son los más propensos a sufrirlas, según ha informado la Sociedad Española de Inmunología Clínica y Alergia Pediátrica (SEICAP).
Por ello, la asociación ha aconsejado a los padres tomar precauciones, sobre todo si sus hijos ya han sufrido una primera picadura, ya que las reacciones alérgicas suelen aparecer en la segunda. Y es que, durante la época estival aumenta la actividad de determinados insectos como avispas, abejas, moscas o mosquitos y es, por tanto, cuando más riesgo de sufrir picaduras existe. «Los niños son los más propensos a recibir picaduras y mordiscos de insectos ya que tienen menos cuidado, pasan más tiempo al aire libre y van descalzos por el césped, donde anidan las avispas», ha explicado el presidente de la SEICAP y jefe de la Unidad de Alergia del Hospital de Terrassa, Marcel Íbero. Las reacciones alérgicas al veneno de los himenópteros, entre los que se incluyen las avispas y las abejas, se producen tras una segunda picadura y pueden tener consecuencias fatales. De hecho, la primera vez el niño puede quedar sensibilizado al veneno y sólo sufrir una hinchazón local de la zona, pero si ya ha desarrollado alergia, la segunda vez que sufra una picadura puede tener, en pocos minutos, una reacción sistémica o anafiláctica con síntomas como el ahogo, picazón generalizado en todo el cuerpo, taquicardia, bajada de tensión arterial, mareo y peligro de muerte. Según datos del SEICAP, el 3 por ciento de la población española tiene riesgo de padecer una reacción sistémica por una picadura de estos insectos. «Se producen al año entre 2 y 20 muertes por una reacción anafiláctica tras la picadura de un himenóptero», ha comentado el experto. En este sentido, un estudio publicado en el último número de la revista ‘Allergy and Asthma Proceedings’ y realizado por la Universidad del Noroeste de Chicago, ha demostrado que entre el 20 y el 32 por ciento de los niños con antecedentes de picadura de avispas o abejas y pruebas cutáneas positivas al veneno, desarrollarán anafilaxia por una picadura posterior. PONER FRÍO EN LA ZONA PARA EVITAR LA ABSORCIÓN DEL VENENO En el caso en el que un niño sin antecedentes de alergia sufra una picadura de insecto y empiece a sufrir síntomas graves, más allá de la hinchazón local, el experto ha recomendado acudir de inmediato al servicio de urgencias más cercano que le derivará al Servicio de Alergia Pediátrica y, mientras tanto, es importante poner frío en la zona para evitar que se absorba el veneno con rapidez. También se puede practicar un torniquete si la picadura se ha producido en un brazo o pierna. Para aquellos pacientes que ya han sido diagnosticados de ser alérgicos al veneno de avispas o abejas, el tratamiento es «muy efectivo», ya que consigue abortar las reacciones alérgicas al estar basado en la inmunoterapia específica a través de vacunas con los venenos de los himenópteros. «Dura al menos cinco años y su efectividad es probada mediante la picadura controlada del insecto. Los alergólogos pediátricos enseñan a estos niños y a sus padres a inyectarse adrenalina mediante un autoinyector que siempre deben llevar consigo para casos de reacción», ha comentado Íbero. NO VESTIR CON COLORES LLAMATIVOS Para evitar sufrir los síntomas de una picadura de insectos de este tipo, los alergólogos pediátricos han recomendado extremar la precaución cuando se esté al aire libre y evitar, en la medida de lo posible, realizar comidas en el campo pues los insectos acuden a ella. «En el caso de los que tengan riesgo de sufrir alergia, es recomendable no vestir con colores llamativos ni estampados y con manga larga y pantalón largo», ha aconsejado el presidente de la SEICAP. Asimismo, aunque no son tan frecuentes como las de avispa o abeja, en verano también se pueden desarrollar alergias a las picaduras de otros insectos como las cucarachas, los mosquitos, las hormigas o las pulgas. «Las reacciones a las picaduras de mosquitos suelen ser molestas y en algunos casos espectaculares, pero no son peligrosas para la vida. En cualquier caso, se aconseja el uso de insecticidas, repelentes para la piel cuando se está en el exterior y, en caso de picadura, el uso de alguna crema de tipo corticoide y antihistamínico para los picores», ha concluido este experto.
Lo primero, ¿Qué es eso de la microbiota intestinal?
La microbiota intestinal se define como la comunidad de microorganismos que habita en nuestro tracto digestivo. Esta comunidad está formada por una gran variedad de bacterias, hongos, virus y otros microorganismos que desempeñan un papel fundamental en la salud humana.
La composición de la microbiota intestinal depende de factores como la genética, la dieta, el modo de nacimiento, el tipo de lactancia y la toma de antibióticos entre otros, sobre todo en los tres primeros años de vida, que es cuando se establece la composición de nuestra microbiota intestinal que tiende a persistir en la vida adulta.
Nuestro estilo de vida urbano e industrializado nos expone a una menor diversidad microbiana y hace que esa exposición microbiana sea frente a una serie ¿concreta? O ¿microorganismos específicos? de microorganismos, lo que se traduce en una menor diversidad de nuestra microbiota intestinal y el desarrollo de una microbiota intestinal ¿específica? concreta que a su vez se ha relacionado con un mayor riesgo de desarrollar una patología alérgica en general y alergia alimentaria en concreto.
En los últimos años, se ha demostrado que la microbiota intestinal juega un papel importante en la alergia alimentaria, lo que hace plantearnos si este papel podría aprovecharse a nuestro favor para prevenir e incluso llegar a tratar la alergia alimentaria.
Pero… ¿y qué es exactamente la alergia alimentaria?
La alergia alimentaria es una reacción exagerada e inapropiada del sistema inmunológico ante la proteína de un alimento específico. Puede producir diferentes síntomas desde los más leves (ej. picor en la boca) hasta las reacciones más graves potencialmente mortales llamadas anafilaxias.
¿Qué relación existe entre la microbiota intestinal y la alergia alimentaria?
Entre las funciones de la microbiota intestinal se encuentra el desarrollo y mantenimiento de un sistema inmunológico saludable.
Cuando se produce la introducción de la alimentación complementaria en los lactantes, la microbiota intestinal juega un papel fundamental en el desarrollo de tolerancia oral a los alimentos. Se trata de un momento crucial en el que una microbiota intestinal alterada puede contribuir a la aparición y desarrollo de la alergia alimentaria. A continuación, resumimos los hallazgos más relevantes obtenidos en estudios observacionales y preclínicos que apuntan al papel de la microbiota intestinal en el desarrollo de alergia alimentaria:
Los conocimientos adquiridos en estos estudios han sentado las bases para llevar a cabo ensayos clínicos en humanos en los que se emplean probióticos, prebióticos y simbióticos con el fin de manipular la microbiota intestinal existente como herramienta preventiva o terapéutica en la alergia alimentaria. Sin embargo, a día de hoy no existe evidencia científica suficiente que avale el empleo de estas terapias microbianas para prevenir o tratar la alergia alimentaria aunque sin duda es un campo prometedor en el que seguir trabajando.
Dra. Isabel Fernández de Alba Porcel, Hospital HLA Inmaculada, Granada. Comité de Alergia Infantil
Bibliografía
La dermatitis atópica (DA) es la enfermedad inflamatoria cutánea más frecuente en la infancia y representa un verdadero desafío clínico por su curso crónico-recidivante y el importante impacto que genera en la calidad de vida de los niños y sus familias. En los últimos cinco años, las opciones terapéuticas se han ampliado de manera notable gracias al desarrollo de nuevos fármacos biológicos e inhibidores de JAK. La guía EuroGuiDerm 2025 (segunda actualización de la guía europea) incorpora en su última versión las novedades más relevantes para el manejo de la DA en población pediátrica.
La principal novedad del documento europeo radica en las terapias sistémicas avanzadas para la DA grave. En este escenario, cuando la enfermedad no se controla con un tratamiento tópico optimizado, la EuroGuiDerm 2025 recomienda como primera opción los biológicos. Actualmente existen tres aprobados en población pediátrica: dupilumab, autorizado desde los 6 meses de edad; y lebrikizumab y tralokinumab, indicados a partir de los 12 años. Dupilumab sigue siendo el fármaco de referencia por su amplio rango de edad y su perfil de seguridad favorable. Los anti-IL-13 selectivos ofrecen una eficacia comparable y, en el caso de lebrikizumab, la ventaja de una administración mensual en fase de mantenimiento, lo que mejora la adherencia.
Junto a ellos, los inhibidores orales de JAK se consolidan como una alternativa eficaz. La guía incluye baricitinib, aprobado desde los 2 años, así como abrocitinib y upadacitinib, autorizados a partir de los 12 años. Estos fármacos destacan por su inicio de acción rápido y su alta eficacia en la reducción del prurito y las lesiones. Sin embargo, requieren un seguimiento analítico estrecho debido a potenciales efectos adversos (hematológicos, metabólicos, cardiovasculares e infecciosos), por lo que se reservan a pacientes seleccionados, especialmente cuando no hay acceso o respuesta a biológicos.
Cuando los biológicos y los inhibidores de JAK no están disponibles, la ciclosporina A se mantiene como una opción válida en ciclos cortos bajo supervisión especializada, siendo el único inmunosupresor aprobado en pediatría. Otros inmunosupresores, como metotrexato, azatioprina o micofenolato mofetilo, se utilizan de forma off-label, aunque con evidencia limitada.
A pesar de estos avances, los pilares básicos del tratamiento permanecen inalterables. La restauración de la barrera cutánea mediante el uso sistemático de emolientes continúa siendo el fundamento de toda estrategia terapéutica. Se recomienda su aplicación al menos dos veces al día en toda la superficie corporal, incluso en áreas sin lesiones visibles. La llamada “regla del minuto”, que consiste en aplicar el emoliente en el primer minuto tras el baño, mejora la hidratación y previene la pérdida transepidérmica de agua. Los baños, lejos de estar contraindicados, forman parte del tratamiento si se realizan de forma breve, con agua tibia y limpiadores syndet, seguidos de un secado suave sin fricción.
De forma paralela, el control de factores ambientales —evitar fibras irritantes, reducir la exposición a alérgenos en pacientes sensibilizados, mantener una humedad ambiental estable y limitar irritantes como detergentes o humo de tabaco— contribuye a disminuir los brotes y la severidad. Los programas educativos para pacientes y familias son también un componente esencial, ya que mejoran la adherencia, el manejo diario de la enfermedad y el bienestar psicológico de los afectados.
En el abordaje de los brotes agudos, la primera línea continua siendo el tratamiento tópico. Los corticoides tópicos se recomiendan de manera individualizada según la edad, la localización y la intensidad de las lesiones, en pautas de 1–2 aplicaciones diarias durante un máximo de dos semanas. En zonas sensibles o en casos que requieren mantenimiento prolongado, los inhibidores de la calcineurina (tacrolimus 0,03% y pimecrolimus) son una alternativa no esteroidea clave, indicados desde los 2 años y, en algunos países, desde los 3 meses en el caso de pimecrolimus. Su uso intermitente, dos veces por semana en fases de mantenimiento (“estrategia proactiva”), reduce de forma significativa las recaídas. La guía también contempla el empleo de vendajes húmedos con corticoides de baja o media potencia en brotes extensos y refractarios, así como la fototerapia en adolescentes cuando el tratamiento tópico resulta insuficiente, aunque con un grado de recomendación menor. El uso de corticoides orales no se aconseja de manera rutinaria y debe reservarse únicamente como terapia puente en brotes graves, en ciclos cortos y siempre con monitorización estrecha.
Finalmente, las estrategias de modulación del microbioma se han consolidado como un campo clave en la investigación de la dermatitis atópica. Los probióticos —sobre todo combinaciones de Lactobacillus y Bifidobacterium— han mostrado cierto beneficio en formas moderadas-graves, mientras que los prebióticos (como FOS y GOS) favorecen el crecimiento de bacterias protectoras y refuerzan la barrera cutánea. Su combinación en simbióticos parece especialmente útil en niños a partir del primer año de vida. Además, se están desarrollando terapias innovadoras como los probióticos tópicos con cepas como Roseomonas mucosa o Staphylococcus hominis, capaces de reducir la inflamación y limitar la colonización por S. aureus. Aunque aún faltan estudios que definan qué cepas, dosis y duración son más eficaces, todo apunta a que el microbioma jugará un papel decisivo en el futuro de la dermatitis atópica pediátrica.
En conclusión, la EuroGuiDerm 2025 refleja el cambio de paradigma en la dermatitis atópica pediátrica. Los biológicos y los inhibidores de JAK se consolidan como pilares en los casos graves, sin perder de vista que la base del tratamiento sigue siendo la restauración de la barrera cutánea, el control ambiental y la educación familiar. El f uturo apunta hacia una medicina cada vez más personalizada, en la que la elección del tratamiento dependerá del fenotipo y endotipo clínico, la edad y las comorbilidades de cada paciente con el objetivo último de mejorar la calidad de vida de los niños y los adolescentes afectados.
Autora: Dra. Ana Láinez Nuez. Servicio de alergología, Hospital Vithas Turia, Valencia, Comité de Alergia Infantil SEAIC
Situación actual y epidemiología
Durante mucho tiempo se pensó que la dermatitis alérgica de contacto (DAC) era una enfermedad exclusiva del adulto. Sin embargo, estudios recientes revelan una prevalencia similar a la de adultos, con casos descritos incluso en lactantes (1). Se estima que hasta un 16–20% de la población pediátrica está sensibilizada a algún alérgeno, aunque muchos casos no se diagnostican porque los síntomas se confunden con otras afecciones más comunes, como la dermatitis atópica (DA) (1,2). De hecho, menos del 10% de las pruebas epicutáneas se realizan en niños, lo que contribuye a este infradiagnóstico (1).
Dermatitis atópica y dermatitis alérgica: ¿cómo se relacionan?
La DAC y la DA pueden coexistir y a menudo se solapan, ya que ambas provocan inflamación y picor. Más de un tercio de los niños con DAC tienen también DA (1), y en muchos casos, los productos utilizados para tratar la piel atópica contienen ingredientes sensibilizantes que agravan los síntomas (1). Esta superposición puede dificultar el diagnóstico y retrasar el tratamiento adecuado.
En niños con DA, debe sospecharse una DAC cuando la dermatitis es recalcitrante al tratamiento convencional, presenta una distribución atípica (como afectación localizada de párpados, labios, manos, pies o zona del pañal), o empeora con el uso de productos destinados al cuidado de la piel atópica, los cuales pueden contener alérgenos como fragancias, lanolina o conservantes. También debe considerarse la DAC si las lesiones se localizan en áreas en contacto con cosméticos, cremas, ropa, joyas, materiales escolares o deportivos. En estos casos, la realización de pruebas epicutáneas permite identificar alérgenos relevantes y guiar el tratamiento (1,3).
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico de la DAC en niños se basa en la historia clínica detallada y en la realización de pruebas epicutáneas, que son el método de referencia para identificar alérgenos causantes. Estas pruebas consisten en aplicar parches con alérgenos sobre la espalda del niño, retirarlos a las 48 horas, y realizar segunda lectura a las 72-96 horas. También se puede complementar con pruebas como el ROAT (Repeat Open Application Test), una prueba sencilla, no invasiva, que se utiliza para evaluar si un producto concreto (como una crema, cosmético o medicamento tópico) está causando una DAC. Es especialmente útil en niños o cuando no es posible realizar pruebas epicutáneas estándar (3,4).
En 2015, la EAACI (European Academy of Allergy and Clinical Immunology) propuso una batería reducida de alérgenos como herramienta práctica y segura para facilitar el diagnóstico en población pediátrica (5). Con el tiempo, la experiencia clínica y nuevas evidencias han puesto de manifiesto la necesidad de considerar también alérgenos emergentes, cada vez más presentes en productos infantiles como la metilisotiazolinona aislada, hidroperóxidos de limoneno y linalol, benzofenonas, 3-dimetilaminopropilamina (DMAPA), isobornil acrilato y clorhexidina. Además, se recomienda adaptar las pruebas a la exposición individual de cada paciente y complementarlas con productos propios y alérgenos actuales, con el objetivo de optimizar la precisión diagnóstica en niños (6-8).
¿Cuáles son los alérgenos más frecuentes?
En los niños, los alérgenos más comunes que pueden causar DAC incluyen (8-13):
Además de los alérgenos clásicos, en los últimos años se han identificado alérgenos emergentes en la población pediátrica. Entre ellos destacan la benzisotiazolinona, presente en ropa, calzado y detergentes (5); la acetofenona azina, un derivado de la goma EVA presente en espinilleras y calzado infantil (6); el isobornil acrilato (IBOA), utilizado en dispositivos médicos como las bombas de insulina (4); la benzofenona-4, presente en algunos protectores solares; y la clorhexidina, cuyo uso cada vez más frecuente en antisépticos se ha relacionado con un aumento de casos de sensibilización (8–13).
Estrategias de prevención
Una de las estrategias más prometedoras es el enfoque PEAS (Pre-Emptive Avoidance Strategy), que propone evitar desde el inicio los alérgenos más comunes en productos infantiles. Esta medida preventiva puede aplicarse incluso sin diagnóstico previo, especialmente en niños con piel sensible o antecedentes de dermatitis, para prevenir sensibilizaciones en la población pediátrica (14).
Manejo y tratamiento
El tratamiento principal es la evitación del alérgeno, una vez identificado mediante pruebas epicutáneas. Para controlar los brotes, se utilizan corticoides tópicos suaves, inmunomoduladores y emolientes para restaurar la barrera cutánea. En casos más graves, puede ser necesaria la fototerapia o tratamiento sistémico (3,4). El seguimiento debe incluir educación continua a las familias, revisión de productos y apoyo emocional, ya que un manejo adecuado mejora significativamente la calidad de vida del niño y su entorno (1,14).
Autora: Dra. Ana Láinez Nuez. Servicio de alergología, Hospital IMED Valencia. Comité de Alergia Infantil SEAIC
Bibliografía
LTP simplemente quiere decir “Lipid Transfer Protein”, es decir, proteína de transferencia de lípidos. A continuación, 3 datos claves para entenderla:
1) ¿Qué es? Es una proteína vegetal que cumple múltiples funciones en frutas, verduras, hortalizas y frutos secos, fundamentalmente. Esta proteína se encuentra en mayor concentración en la piel de la fruta que en su pulpa. En el caso de la fruta, si has tolerado su pulpa, seguramente te recomendaran que siempre la tomes pelada.
2) Es muy importante entender que no hay unas recomendaciones generales para todos los pacientes sensibilizados o alérgicos a la proteína LTP. Es decir, cada paciente recibe unas pautas completamente personalizadas. Tu especialista te ha diagnosticado y ha ajustado el tratamiento y las normas de evitación de manera individualizada.
3) La alergia a la LTP puede ser un fenómeno mediado o no por cofactores.
Los cofactores son una serie de agentes (o factores) que unidos a la ingestión de un alimento que contiene LTP hacen que desencadene una reacción alérgica, que no hubiese ocurrido, o hubiese sido menos grave, si no hubiesen estado presentes.
Los cofactores ayudan a que se liberen mediadores de la inflamación a través de la “rotura” o degranulación de las células que intervienen en una reacción alérgica (como los mastocitos o basófilos).
Los más habituales son: el ejercicio físico, la fiebre, las infecciones o la toma de antiinflamatorios no esteroideos (AINE) como, por ejemplo: Ibuprofeno, metamizol, ácido acetilsalicílico, etc. Además, hay otros cofactores que pueden llegar a ser importantes tras la ingestión de alimentos con LTP como son: el estrés intenso, la falta de sueño extrema, la menstruación, la toma de alcohol o el uso de drogas como la marihuana.
Una vez que conozcamos estos datos, debemos intentar, cuando sea posible, separar los cofactores y la ingestión del alimento que pueda contener LTP al menos 2 horas.
¿Existe tratamiento para la alergia a LTP?
El principal tratamiento de la alergia a LTP es su evitación. Como hemos comentado previamente, la dieta de evitación será individualizada y específica para cada paciente. El alergólogo debe informar claramente de aquellos alimentos y situaciones que se deben evitar.
En segundo lugar, todo paciente con alergia a alimentos debe llevar consigo un plan y medicación de rescate acompañado de un correcto adiestramiento, para saber cómo actuar en el caso de que acontezca una reacción alérgica por ingesta inadvertida.
En último lugar, es posible que hayas leído que existe una opción de inmunoterapia frente a esta proteína. Es cierto: existe la opción de tratamiento con inmunoterapia frente a rPrup p3 (la proteína específica de LTP de melocotón). Este tratamiento está indicado para pacientes con “síndrome LTP”, es decir, aquellos pacientes que deben evitar la ingesta de múltiples alimentos de diferentes grupos no relacionados entre sí (frutos secos, hortalizas o frutas). Es tu alergólogo el que debe decidir si este tratamiento es adecuado para ti, de forma completamente personalizada.
Dra. Isabel Fernández de Alba Porcel, Hospital HLA Inmaculada de Granada. Comité de Alergia Infantil SEAIC
Fuentes:
Llevo más de un mes en el hospital. Perdí el conocimiento en plena calle y cuando desperté ya estaba aquí. Al principio me hacían pruebas, que si un “tac”, unos análisis, una resonancia, pero creo que ya me han dado por imposible, porque todo está bien y no saben que me pasa. Por las mañanas rodean mi cama varias batas blancas que discuten sobre enfermedades raras: ¡no!, en ese síndrome no hay visión borrosa, ¡no!, ese cuadro nunca se acompaña de vómitos, ¡no!, en esa patología jamás se ha visto pérdida de conciencia. Y así. Es mi momento de gloria, porque aunque nunca me hablan ni me miran, me hacen sentir importante. Me gustaría que me descubrieran algo, aunque sólo fuese para darles esa satisfacción.
Yo me encuentro bien; no se come mal y total, tampoco tenía trabajo…, aquí nadie me obliga a levantarme, ni me manda al supermercado o a sacar la basura. Al revés, todos son muy agradables y si necesito algo sólo tengo que tocar el timbre.
Cuando tiene turno de noche la enfermera rubia de las tetas estupendas, mando a mi mujer a dormir a casa; que descanse la pobre, lleva mucho tiempo a mi lado en un sillón y amanece como una alcayata. Piropeo a la sanitaria y ella hace que se enfada, pero yo sé que le encanta. Cosas de mujeres.
Si me aburro mucho, me pongo rígido, me cimbreo un poco, vuelvo los ojos y dejo que se me caiga la baba. Entonces me ponen algo que me deja flotando varias horas. Gratis, y mejor que la buena hierba, o sea que no puedo quejarme.
En fin, ellos siguen enredando. Vuelven a preguntarme si me ha pasado otras veces, y yo que sí, que cuántas, y yo que dos o tres, que desde cuándo, y yo que desde la Comunión de mi chico…, después que cuantos años hace de la Primera Comunión de mi niño, ¡qué importará eso! Tendrán muchos estudios, pero conmigo no aciertan.
Me parece, (es mi modesta opinión), que esto que me pasa es porque tengo alergia a las avispas y cuando me pican me quedo muerto, pero ellos sabrán, que son los médicos. Mientras tanto yo aquí, como un señor: a mesa y mantel.
Virginia Reguera Parra
Ganador del I Certamen de Alergia y Humanidades en la categoría de «Relatos»
Las pruebas cutáneas son útiles para el diagnóstico de la alergia a medicamentos. Existen tres tipos de pruebas cutáneas para el diagnóstico alergológico: prick-test (pruebas intraepidérmicas), pruebas intradérmicas y las pruebas epicutáneas (parches). En el prick test se aplica una gota del medicamento a estudiar en la cara anterior del antebrazo y se hace una ligera punción con una lanceta a través de la gota de dicho medicamento y la capa más externa de la piel conocida como epidermis. De esta forma, se permite que el medicamento penetre y contacte directamente con las células responsables de las reacciones alérgicas, los mastocitos.
Si el paciente presenta un resultado positivo, los mastocitos reaccionan, liberando unas sustancias que producen inflamación, lo que se traduce en la aparición de una roncha o habón, rodeada de un eritema (piel roja). Esta respuesta se inicia en pocos minutos y es máxima a los 15 o 20 minutos y va cediendo a lo largo de las horas.
Si el resultado es negativo, es decir, no se produce la aparición de la roncha, se procede a la prueba cutánea intradérmica. Estas pruebas son más sensibles que las anteriores y consisten en la inyección directa del medicamento en la segunda capa de la piel del paciente (dermis), con una aguja muy fina y se procede a la lectura de forma similar al prick. Está técnica tiene la ventaja de poder investigar la alergia de tipo tardío, que consiste en hacer una lectura a las 24, 48 e incluso 96 horas.
Las pruebas epicutáneas, llamadas también pruebas de parche, consisten en la aplicación sobre la piel, sin punzar, del medicamento sospechoso. Se utilizan generalmente para el diagnóstico de dermatitis de contacto y reacciones tardías, aquellas que aparecen más de 6 horas entre la administración del fármaco y la aparición de la reacción. Se mantiene el alérgeno en la piel, tapado con una tira adhesiva, que se retirará a las 48 horas. La lectura inicial de estas pruebas se realiza a las 48 horas y la respuesta se observa aproximadamente 2 días después de la retirada del parche.
Para realizar las pruebas cutáneas, no se debe de dejar de tomar la medicación habitual. Es importante evitar el tratamiento con antihistamínicos (cetirizina, ebastina, loratadina…) 5-7 días antes de las pruebas y los corticoides orales entre 7 a 21 días antes de las pruebas.
Dra. Giovanna Araujo Sánchez, M.D. PhD.
Servicio de Alergología (ICR).
Hospital Clínic Barcelona. IRCE-IDIBAPS.
Estimados socios,
Estamos a poco más de un mes para que dé comienzo el Simposio de Sevilla SEAIC 2015 que cuenta con un excelente programa de Urticaria Crónica y de Vía Respiratoria Única coordinado por los Doctores José Carlos Orta, Ana Navarro y Julio Delgado. Si aún no estáis inscritos, todavía quedan plazas disponibles. Para más información visitar www.seaic2015.com.
El Comité de Comunicación se encargará de lanzar por twitter únicamente los mensajes que recibamos de los ponentes de LAS SESIONES PLENARIAS y de las MESAS REDONDAS, no así de las comunicaciones orales ni de las presentaciones de póster.
No obstante, sí animamos a los autores de póster y comunicaciones orales a que lancen los mensajes clave de sus trabajos a través de twitter usando @SEAIC_Alergia #SEAIC2015.
Os recordamos que para el próximo Simposio de Sevilla se ofrece la posibilidad de subir poster a la web, imprimirlos y recogerlos en la misma sede del Simposio de forma gratuita. Tenéis toda la información en la web.
Muchas gracias a todos,
¡Nos vemos en Sevilla!
Se adjunta nota del Coordinador del Comité Local, el Dr. José Carlos Orta, en referencia a datos a tener en cuenta para el Simposio SEAIC Sevilla 2015.
Un cordial saludo
Darío Antolín Amérigo
Secretario de la Junta Directiva de la SEAIC
Ya están publicadas en la web del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad las recomendaciones del Proyecto Compromiso por la Calidad de las Sociedades Científicas en España de 2014, en la que ha participado la SEAIC.
Fuente: http://medininca.blogspot.com/2008/07/la-vacuna-alergnica-frente-las.html
Los expertos en Alergología indican que médicos y pacientes desconocen que existe un tratamiento eficaz frente a la alergia a veneno de himenópteros.
Se trata de la vacuna alergénica, que resulta eficaz en el 95-97 por ciento de los casos. “Gran parte de las personas que sufren una reacción alérgica tras la picadura de un himenóptero no son diagnosticadas al no ser enviadas al especialista de alergia y, por ello, no reciben un correcto tratamiento para su enfermedad, con el riesgo que implica para su vida esta situación”, ha explicado Arantza Vega, coordinadora del Comité de Himenópteros de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC).
Esta especialista ha señalado que aunque no se puede predecir quien sufrirá una reacción alérgica tras ser picado por una abeja o avispa, «sí sabemos que las personas que ya han presentado una, en el 60 por ciento de los casos sufrirá una nueva reacción igual, o más grave que la anterior, si son picados de nuevo». La mayoría de los pacientes que sufren una reacción alérgica por la picadura de estos insectos son atendidos en los servicios de Urgencias o en Atención Primaria. «El paciente desconoce que existe un tratamiento para curar su alergia y evitar que su vida peligre en caso de una nueva picadura”, ha asegurado.
La SEAIC recomienda a las personas que han tenido una reacción alérgica tras una picadura de himenóptero que acudan a un alergólogo para que éste les realice las pruebas pertinentes y, en los casos que esté indicado, se les trate con la vacuna específica para el veneno causante de su alergia.
Se estima que en España existe más de un millón de personas alérgicas al veneno de los himenópteros. Andalucía, Galicia, Castilla y León y Valencia son las comunidades autónomas que registran un mayor número de casos de alergia por esta causa. Las reacciones alérgicas más comunes son enrojecimiento, dolor, picor e inflamación en el punto de picadura y zonas adyacentes, afectando en algunas ocasiones un área muy extensa. Se estima que en torno a un 3 por ciento aparecen reacciones generalizadas (hipotensión, broncoespasmo y pérdida de conciencia) que son las realmente graves, ya que pueden poner en peligro la vida de la persona. La tasa de mortalidad anual se sitúa en un 04 por ciento por millón de habitantes, “es decir, que en España pueden morir entre 15 y 20 personas al año por la picadura de un himenóptero”, calcula la experta.
Los expertos señalan que la mayoría de las picaduras se producen durante los meses de verano, ya que la actividad tanto de avispas como de abejas aumenta con el calor. De igual manera, la exposición de la población es mayor por el aumento de actividades al aire libre, siendo los apicultores y los agricultores los que corren mayor riesgo de picaduras.
La inmunoterapia o vacuna alergénica es el único tratamiento curativo eficaz para las personas que han sufrido reacciones graves. Ésta consiste en la administración del veneno del himenóptero que le haya producido la reacción alérgica. Las dosis de veneno administradas son progresivamente crecientes, hasta llegar a una dosis de mantenimiento que es la que se repite periódicamente durante un plazo de cinco años. Según ha indicado la doctora Vega, “la inmunoterapia es el único tratamiento que combate la causa, produciendo una curación en el 95-98 por ciento de los pacientes. Pocas enfermedades alérgicas poseen un porcentaje tan alto de curación como la producida por el veneno de himenópteros. Habitualmente se indica en alérgicos con reacciones graves y pruebas positivas, independientemente del tiempo transcurrido desde la última reacción”.
El Comité de Alergia a Himenópteros de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) ha puesto en marcha la web www.alergiaabejasyavispas.com. Esta página, creada por alergólogos especializados en las reacciones alérgicas causadas por la picadura de los himenópteros, está dirigida tanto a pacientes como a la población general.
Esta especialista ha explicado que “el objetivo de esta web es ofrecer información divulgativa –diagnóstico, tratamiento, recomendaciones, etc- a cualquier persona interesada en esta patología alérgica, poco conocida entre la población general, para que se convierta en un lugar de consulta y encuentro sobre la alergia a abejas y avispas”
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Los alérgicos al polen se enfrentan a una primavera menos intensa que en 2016. Las previsiones apuntan a una primavera muy leve en Canarias, leve en el litoral mediterráneo y zona septentrional, moderada en la zona centro y Andalucía, e intensa en Extremadura. Para su seguimiento, la SEAIC estrena su nueva web www.polenes.com
Previsión pólenes 2017 (16078 descargas )
Contaminación y primavera (12621 descargas )
Nueva web polenes.com (15309 descargas )
Infografía polinización 2017 (23698 descargas )