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Carta del Presidente – Julio de 2013

Queridos soci@s,

La semana pasada acabamos de celebrar una reunión presencial extraordinaria de la Junta Directiva en la que hemos podido repasar a fondo la situación de nuestra Sociedad, de forma global y analizar los avances en la ejecución del plan estratégico y las dificultades en alcanzar algunos de sus objetivos.

Son muchas las novedades que podremos anunciar el próximo octubre en nuestra reunión anual este año en Granada. Novedades en el plan de Desarrollo Profesional, finalizada ya su primera fase, novedades en nuestra revista JIACI con nueva versión electrónica y nuevo sistema de manejo de editorial de manuscritos que facilitará su tarea tanto a autores como a revisores, novedades en la normativa de congresos y, finalmente, en la estructura y gestión de la nuestra Sociedad.

Hay muchas ideas y esfuerzo detrás de todos estos proyectos en los que están implicados muchos asociados además de la propia Junta Directiva. Quiero señalar en esta ocasión la labor de:

Arantza Vega, al frente del gabinete de comunicación, que ha consolidado la posición de SEAIC como referente para los medios en el campo de la Alergología en España.

Tomás Chivato, Presidente de la Comisión Nacional de la especialidad con una labor compleja en el proceso de activación del plan de la troncalidad.

Jose Manuel Zubeldia que ha sistematizado de forma rigurosa todo el proceso de selección de los proyectos de investigación becados por la Fundación SEAIC.

Eduardo Fernández Ibáñez, motor del plan de Desarrollo Profesional Continuo, a punto ya de iniciar la elaboración de una segunda fase de excelencia profesional.

Antonio Pérez Pimiento que ha conseguido cambiar de arriba abajo nuestra página web, convirtiéndola en vehículo de presentación, trasmisión y participación.

En esta reunión también tuvimos la oportunidad de conocer el Plan de desarrollo corporativo, presentado por Antonio Valero, que permitirá garantizar la sostenibilidad de la SEAIC y poder acometer todos estos nuevos proyectos con confianza. Cuenta ya con un nuevo grupo de trabajo coordinado por Carlos Colás y con la colaboración de Victoria Cardona, María José Giménez, Jose Mª Vega, Javier Montoro, Ignacio Dávila y el propio Antonio Valero. Queda por delante una importante labor, pero las líneas de actuación y estrategias están muy bien marcadas. Agradecer en especial a Carlos Colás y a Jose Mª Vega su compromiso renovado con la SEAIC.

Por último, desearos unas felices vacaciones de verano y animaros en octubre a acudir a nuestra cita de Granada en el Symposium Internacional de Alergia a Himenópteros. La labor extraordinaria de los comités científico y local, en colaboración con la Comisión Técnica de Congresos es garantía de que sin duda disfrutaremos en lo profesional y en lo personal.

Un fuerte abrazo.

José María Olaguibel

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¿Cómo saber si soy alérgico a las picaduras de abejas y avispas?

La alergia al veneno de himenópteros (abejas, avispas, etc.) no es una enfermedad genética o de nacimiento, sino que se puede desarrollar a lo largo de la vida tras haber sufrido picaduras de estos insectos y haberse sensibilizado a ellos. El estudio alergológico está indicado en pacientes que, o bien han sufrido una reacción generalizada con alguna de estas picadura, o que presentan reacciones locales extensas y tienen una alta exposición o mala calidad de vida, con el objetivo de demostrar la presencia de sensibilización específica mediada por IgE frente al veneno del insecto responsable y valorar si son candidatos a recibir una inmunoterapia con alérgenos (vacuna). Por lo tanto, no está indicado el estudio predictivo ni preventivo en pacientes con miedo a las reacciones o con antecedentes familiares de esta alergia.

Para realizar un diagnóstico correcto, se disponen de una serie de procedimientos que explicamos a continuación:

Historia clínica
Es la herramienta fundamental. Los síntomas presentados con la picadura permiten conocer el tipo de reacción sufrida. Es decir, si se trató de una reacción local normal, local extensa, sistémica o incluso si pueden existir otras enfermedades asociadas como los síndromes de activación mastocitaria. Debe recogerse el número y la zona de las picaduras recibidas, el intervalo de tiempo entre la picadura y el inicio de los síntomas y el tratamiento que se administró en ese momento. Otro aspecto muy importante es la identificación del insecto picador. En algunas ocasiones puede parecer más evidente, aunque en otras es posible que sea ambiguo o realmente difícil. El entorno en el que se produce la picadura puede ayudar a ello, sobre todo con respecto al lugar donde sucedió, época del año, comportamiento del insecto, alimentos cercanos, persistencia del aguijón tras la picadura o presencia cercana de nidos o de colmenas. Es posible que esta información pueda sugerir el género del himenóptero, si se trataba de una avispa (Vespula, Dolichovespula, Vespa, Polistes), una abeja (Apis) o un abejorro (Bombus), entre los más habituales. Incluso, en el caso de que se pudiera haber recogido el insecto que picó, se podría aportar el ejemplar en la consulta.

El cuestionario de calidad de vida (HiCaVi), validado por nuestro comité de la SEAIC, permite evaluar este aspecto en este grupo de pacientes y apoyar la indicación de tratamiento con inmunoterapia en algunos casos.

Pruebas cutáneas
Se realizan de dos tipos: Intraepidérmicas o skin prick test, que son similares a las que se hacen en el estudio de pólenes y de otros alérgenos respiratorios ; e intradérmicas, a concentraciones crecientes seriadas. Su positividad es suficiente para demostrar sensibilización.

Pruebas de laboratorio
Mediante una analítica de sangre se pueden medir las IgE específicas frente a venenos completos, que son los anticuerpos que una persona puede generar después de recibir picaduras. Se consideran positivas a partir de 0,1 kUA/L.

El conocido como diagnóstico molecular permite detectar anticuerpos frente a alérgenos concretos para conocer la clase de proteínas que han podido causar la alergia. Es útil en el caso de que varios venenos sean positivos, con el fin de poder diferenciar entre si estamos sensibilizados de forma primaria a uno solo, a varios a la vez (cosensibilización) o si es por el fenómeno de reactividad cruzada (que es la positividad de varios pero por la composición parecida entre ellos).

El uso de otras técnicas de laboratorio más complejas como el CAP-Inhibición o el test de activación de basófilos (TAB) permiten aumentar la precisión y poder llegar a un diagnóstico definitivo.

Además, en todo paciente que haya sufrido una anafilaxia debe solicitarse una triptasa basal, que es una proteasa que puede estar elevada en algunas patologías del sistema inmunitario.

La prueba de exposición mediante repicadura controlada con el propio insecto no está indicada como método diagnóstico por motivos éticos, pero sí es un procedimiento utilizado en pacientes que ya están recibiendo una vacuna y que tiene como objetivo comprobar la eficacia de este tratamiento.

En el caso de pacientes con una historia de una reacción sistémica y un estudio temprano negativo, hay que repetir las pruebas aproximadamente 1-2 meses después, ya que existe un periodo de tiempo en el que pueden darse falsos negativos. Sin embargo, en un 15% de los pacientes con una historia sugerente de alergia no se llega a detectar IgE específica frente a venenos. Igualmente, es importante señalar que los resultados de estas pruebas no se correlacionan con la gravedad de la picadura ni con el riesgo de tener una nueva reacción generalizada posterior.

Finalmente y teniendo en cuenta lo anterior, queda de manifiesto la relevancia de ser valorado por un médico alergólogo, quien brindará a sus pacientes el diagnóstico más preciso y los mejores cuidados.

Jesús Macías Iglesias
Médico Especialista en Alergología
Miembro del Comité de Alergia a Himenópteros y Mastocitosis de la SEAIC

Bibliografía: Comité de Alergia a Himenópteros de la SEAIC. Algoritmo básico: Alergia al veneno de los himenópteros. En: Alergia a Himenópteros: Recomendaciones y algoritmos de práctica clínica de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica. Actualización. Majadahonda (Madrid): ERGON; 2021. 11-21. ISBN: 978-84-18576-24-9

La alergia a veneno de himenópteros, ¿se cura?

Se estima que entre el 56-94 % de la población general padecerá una picadura de himenóptero (abejas y avispas). Según algunos estudios epidemiológicos, en Europa entre el 0,3 y el 7,5 % de la población adulta, y el 3,4 % de los niños, puede padecer una reacción alérgica generalizada tras la picadura de un avispa o abeja, y entre el 2,4-26,4% podrían presentar reacciones alérgicas locales. La población rural presenta un riesgo superior por el hecho de estar más expuesta a las picaduras de estos insectos.

El tratamiento principal para las personas alérgicas es la inmunoterapia (IT) con veneno de himenóptero, también conocida como “vacuna para la alergia”. La IT consiste en administrar de forma subcutánea pequeñas cantidades del alérgeno de forma gradual (fase de inicio y de mantenimiento) para que el sistema inmunológico se “acostumbre” y reduzca su reacción.

La eficacia de la inmunoterapia específica, o vacunación con extractos de veneno de himenópteros, está ampliamente demostrada. La IT a veneno de himenópteros es muy efectiva para reducir los síntomas alérgicos y mejorar la calidad de vida de las personas sensibilizadas alérgicas a estos insectos. Actualmente es el único tratamiento capaz de prevenir futuras reacciones sistémicas, y está indicada en niños y adultos que hayan padecido alguna reacción generalizada moderada o grave, con síntomas cutáneos y respiratorios o cardiovasculares, y siempre que se demuestre un mecanismo dependiente de la Inmunoglobulina E (IgE). La IT también se puede considerar en adultos con solo síntomas cutáneos, pero con alto riesgo de exposición y/o empeoramiento de su calidad de vida. La duración convencional del tratamiento es de 3 a 5 años. La eficacia de la inmunoterapia varía de persona a persona, pero en general se ha demostrado que es altamente efectiva hasta en un 97% de los casos, consiguiendo la reducción de los síntomas y prevención de reacciones graves. El efecto terapéutico es duradero, de modo que incluso 10 años después de la finalización de la IT alrededor del 90 % de los pacientes sigue estando protegido.

Es importante tener en cuenta que la IT es un tratamiento a largo plazo que requiere un compromiso y seguimiento adecuados. Debe ser administrada bajo la supervisión de alergólogos en una unidad de inmunoterapia y se realiza en etapas, comenzando con dosis bajas e incrementándolas gradualmente hasta llegar al mantenimiento (dosis fija mensual o cada dos meses). Además, es fundamental seguir tomando precauciones para evitar picaduras, como usar ropa protectora y evitar áreas donde suelen encontrarse estos insectos. Sin embargo lo más importante es portar un kit de emergencia con adrenalina auto inyectable hasta que se alcance el mantenimiento con la vacuna.

 

Javier Pereira

Médico Especialista en Alergología
Miembro del Comité de Alergia a Himenópteros y Mastocitosis de la SEAIC

 

Recomendaciones y algoritmos de práctica clínica

Documentos de descarga pública delde el día 25/05/2014.

Alergia a Alimentos icono PDF Alergia a los alimentos (8185 descargas )

– Alergia a los alimentos mediada por IgE
– Alergia a los alimentos no mediada por IgE
– Alergia a proteínas de leche de vaca
Alergia a Himenópteros icono PDF Alergia a himenópteros (actualización 2021) (4452 descargas )

– Algoritmo básico: alergia a veneno de himenópteros
– Dificultades diagnósticas en la alergia al veneno de los himenópteros
– Picaduras y mordeduras de invertebrados terrestres y marinos
– Reacciones adversas con inmunoterapia de veneno de himenópteros
Alergia a Medicamentos icono PDF Hipersensibilidad a los medicamentos (10636 descargas )

– Alergia a antibióticos betalactámicos
– Reacciones adversas medicamentosas con AINES
– Reacciones adversas a contrastes iodados
– Reacciones adversas sugestivas de alergia en anestesia general
Asma icono PDF Asma (5839 descargas )

– Diagnóstico del asma bronquial
– Diagnóstico del asma grave
– Asma ocupacional inmunológica
– Exacerbación de asma
Rinitis icono PDF Rinitis (15530 descargas )

– Rinitis alérgica
– Poliposis nasosinusal
Urticaria y Angioedema icono PDF Urticaria y angioedema (21879 descargas )

– Urticaria y angioedema
– Dermatitis de contacto
– Dermatitis atópica

Publicado el día 14/10/2011

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Algo muy pequeñito puede suponer la diferencia.

Sabemos desde hace años que estamos colonizados por millones de bacterias y cada vez más, nuestro microbioma personal, va ganando importancia en el desarrollo de las patologías que afectan al ser humano como la alergia.

Según lo publicado en el artículo de la revista Nature Medicine, Healthy infants harbor intestinal bacteria that protect against food allergy, Taylor Feehley, Catherine H. Plunkett, Riyue Bao, Sung Min Choi Hong, Elliot Culleen, Pedro Belda-Ferre, Evelyn Campbell, Rosita Aitoro, Rita Nocerino, Lorella Paparo,  Jorge Andrade, Dionysios A. Antonopoulos, Roberto Berni Canani and Cathryn R. Nagler, Nature Medicine volume 25, pag 448–453; Issue 3, march 2019, las colonias bacterianas que se asientan en el íleon, por ser el lugar de absorción de los nutrientes (y no en el colon como se analiza en otros estudios) tienen un importante papel regulador en la homeostasis de la luz intestinal y en la transcripción genética de las células epiteliales del íleon.

Se ha observado que familias bacterianas como Lachnospiraceae o Anaerostipes caccae, dentro de la clase Clostridia, son más frecuentes en las heces de niños con tolerancia a proteínas de leche de vaca (PLV) y escasas en las muestras de niños alérgicos a PLV. De hecho, los ratones que estaban monocolonizados por Anaerostipes caccae, estaban protegidos frente a la anafilaxia por PLV. Normalmente estas bacterias degradan oligosacáridos de leche humana y lactosa durante los primeros meses de vida, y favorecen la transición de la flora intestinal del niño al adulto, consistente en FirmicutesBacteroidetes. Además actúan sobre los Linfocitos T-reg de la mucosa intestinal y producen metabolitos inmunomoduladores.

Si bien los autores no insinúan que sea la única causa de estado alérgico/tolerancia a alimentos, sí consideran que las estrategias de modulación de la microbiota intestinal pueden ayudar a prevenir o tratar este tipo de enfermedad.

 

Silvia Veza Perdomo

Servicio de Alergología. Hospital Universitario de Getafe, Madrid. Comité de Alergia Infantil de la SEAIC.

Tratamiento dietético en la esofagitis eosinofílica

La esofagitis eosinofílica (EEo) es una enfermedad inmunológica crónica, desencadenada predominantemente, aunque no exclusivamente, por antígenos alimentarios. En el momento actual, las pruebas de alergia alimentaria no son capaces de predecir los alimentos responsables de la EEo, especialmente en adultos.

Las dietas elementales (basada en una dieta exclusiva con fórmulas a base de aminoácidos) y las dietas empíricas de 6 grupos de alimentos (6 GA) (exentas de leche, trigo, huevo, soja, frutos secos y pescado/marisco durante 6 semanas) han demostrado de manera consistente la mejor tasa de eficacia (entorno al 90% en el caso de las dietas elementales y del 72% en el caso de las dietas de 6 GA, tanto en niños como en adultos). Sin embargo, el alto nivel restrictivo (que conlleva una mala adherencia a la dieta y un importante impacto económico, social, psicológico y en la calidad de vida) y la necesidad de múltiples endoscopias, han dificultado su implementación en la práctica clínica.

Actualmente, la leche, gluten y huevo son los alimentos causantes más comunes tanto en niños como en adultos de EEUU, España y Australia. Por consiguiente, estrategias basadas en dietas menos restrictivas como la dieta de eliminación de 4 grupos de alimentos (4 GA) (leche, gluten, huevo y leguminosas) o una dieta de 2 grupos de alimentos (2 GA) (leche y gluten) se han venido desarrollando últimamente con buenas tasas de eficacia. En adultos, la tasa de eficacia de las dietas de eliminación de 4 GA es del  54%, siendo la leche, gluten o ambos los responsables en la mitad de los pacientes. En niños, esta dieta alcanza una tasa de remisión mayor (64%), con la leche (85%), el huevo (35%), el trigo (33%) y la soja (19%) como principales responsables de la EEo. Es de destacar que el 55% de los niños respondedores a la dieta de 4 GA tenían la leche como único desencadenante.

Una aproximación dietética escalonada (2-4-6 GA) podría resultar en un reconocimiento temprano de la mayoría de los respondedores a dietas con pocos alimentos responsables, reduciendo el número de endoscopias, los costes y acortando el proceso diagnóstico. En un estudio realizado en 130 pacientes (25 de los cuales eran niños), observaron una tasa de remisión del 43% con la dieta de 2 GA tanto en niños como en adultos. La dieta de 4 y 6 GA presentaba tasas similares a las referidas previamente (60% y 79% respectivamente). Con este protocolo se redujeron los procedimientos endoscópicos en un 20%. Además, el 90% de los pacientes fueron respondedores a una dieta de 2 ó 4 GA, con 1 ó 2 alimentos como causantes de la EEo, evitándose la dieta de 6 GA en la gran mayoría de los pacientes. Estos respondedores a dietas de pocos alimentos son los mejores candidatos a un tratamiento dietético mantenido, ya que dietas más amplias tienen peor adhesión al tratamiento. Los respondedores a la dieta de 6 GA tenían 3 ó más alimentos implicados en la enfermedad, por lo que se observa que a mayor restricción dietética necesaria, mayor el número de grupos de alimentos implicados en la EEo. Quizá estas dietas deberían reservarse para aquellos pacientes que estén muy motivados y que, tras el fracaso de las dietas de 2-4 GA, sigan deseando conocer los alimentos responsables de su enfermedad. Los resultados obtenidos en este estudio definitivamente mejoraría la aceptación del paciente al tratamiento dietético.

En cuanto a la dieta de eliminación de leche en niños, las tasas de remisión publicadas han sido del 65% y 61% en dos estudios, pero ambos presentan errores metodológicos. El primero de ellos incluía pacientes con EEo tras inmunoterapia oral con leche, que son siempre respondedores a una dieta de eliminación de leche. En el segundo, los pacientes recibían, concomitantemente a la dieta de evitación de leche,  fármacos inhibidores de la bomba de protones que obtienen por sí solos una tasa de remisión del 50% en niños y adultos, con lo que desconocemos qué número de pacientes en remisión se debe realmente a la dieta de leche y no al uso de este fármaco.

El tiempo de eliminación del alimento necesario para una remisión histológica es de un mínimo de 6 semanas, aunque se desconoce el tiempo exacto necesario. Ocurre lo mismo con el tiempo de reintroducción del alimento que, aunque desconocido, se estima que también debe ser como mínimo de 6 semanas.

Es necesaria la estandarización de la reintroducción de los alimentos, nuevas pruebas de alergia alimentaria, y estudios que evalúen la dieta de eliminación en niños y las consecuencias a largo plazo de las intervenciones dietéticas.

Molina-Infante J, Lucendo AJ. Dietary therapy for eosinophilic esophagitis. J Allergy Clin Immunol 2018; 142:41-47.

Eva Mª Lasa Luaces. Médico Adjunto de la Unidad de Alergología Infantil (Sº Alergologái). Hospital Universitario Donostia. San Sebastián. Comité de Alergia Infantil SEAIC.

 

Lo he tomado toda mi vida, ¿cómo voy a ser alérgico?

Parece llamativo que al tomar un medicamento que hemos tolerado con anterioridad sin tener ningún problema, de repente nos genere una reacción alérgica. Sin embargo, lo más habitual es que tras varias exposiciones a un fármaco sea cuando se desarrolle, siendo excepcional que ocurra la primera vez que lo tomamos.

La alergia consiste en una reacción desproporcionada de nuestro sistema inmunitario ante algo que identifica como dañino de manera equivocada. En general, para volvernos alérgicos a una sustancia tenemos que haber estado previamente en contacto con ella.

Hay algunos casos excepcionales en los que la primera dosis de un medicamento puede desencadenar una alergia. El más frecuente es la exposición previa a una sustancia con estructura similar, generalmente medicamentos de la misma “familia”, que el sistema inmunitario identifica cómo la misma sustancia. Aunque también puede suceder como reacción a excipientes del medicamento, principalmente derivados de alimentos, a los que el paciente puede ser previamente alérgico.

Las reacciones a medicamentos pueden ocurrir de manera inmediata, a los pocos minutos de haber recibido una dosis del fármaco; o comenzar tras varios días o incluso meses de haber iniciado un tratamiento. En este último caso, las reacciones se llaman “tardías” y suceden de una manera progresiva afectando en la mayoría de las ocasiones a la piel. Por este motivo, el haber tolerado un fármaco de manera diaria durante meses, tampoco excluye que desencadene una alergia durante el tratamiento.

Sin embargo, las reacciones alérgicas a medicamentos no son eventos habituales y hay determinados factores que aumentan su riesgo, como pautas de tratamiento intermitentes o la predisposición genética.

El desarrollo de alergia a un medicamento es un proceso complejo en el que intervienen diferentes factores. Es importante saber que haber tolerado un medicamento previamente no elimina la posibilidad de que se desarrolle una alergia en el futuro pero que no son eventos frecuentes. En caso de tener un síntoma nuevo o inesperado durante un tratamiento, es recomendable comunicárselo a su médico para valorar la orientación adecuada.

 

Leticia de las Vecillas

Alergóloga

Hospital Universitario La Paz

Reacciones adversas a vacunas en la era COVID-19

Las vacunas son elementos fundamentales en las estrategias de salud pública, pues ayudan a reducir la expansión, morbilidad y mortalidad asociadas a las enfermedades infecciosas. La vacunación es importante no sólo a nivel individual, sino también a nivel poblacional. Los programas de vacunación COVID-19 son un ejemplo del gran valor de esta estrategia de salud pública a todos los niveles.

Se administran millones de dosis de vacunas al año en todo el mundo, siendo el riesgo de reacciones adversas bajo y, en el caso de reacciones alérgicas  graves como la anafilaxia, el riesgo es aún menor. Esta baja incidencia de reacciones adversas observadas, incluso en las nuevas vacunas COVID-19, es otra de las razones para no retrasar o cancelar la administración de posteriores dosis.

Las reacciones a vacunas pueden ser de tipo alérgico o no alérgico, y ser debidas tanto al agente infeccioso que contienen como a alguno de los componentes utilizados en el proceso de fabricación de esa vacuna.

El estudio alergológico sólo es necesario en aquellas personas con historia de alergia a uno de los componentes de la vacuna que se desea administrar o que hayan presentado reacción alérgica con una vacuna en el pasado. El análisis detallado de la composición y el estudio alergológico adecuado, pueden ayudar a identificar el alérgeno responsable y el riesgo individual de sufrir una reacción posterior.

Recientemente hemos publicado una revisión donde se recogen los tipos y riesgos de reacciones adversas asociados con las vacunas anti-infecciosas, incluidas las nuevas vacunas COVID-19. Nuestro estudio también proporciona pautas para el diagnóstico preciso de estas reacciones e indicaciones para la administración controlada de nuevas dosis.

El objetivo final es mejorar la seguridad individual, asegurar la vacunación del mayor número posible de personas y que las personas con alergia puedan ser vacunadas en la misma medida que el resto de la población, ofreciéndoles alternativas si es necesario.

Todos estos enfoques podrían ayudar a eliminar barreras a la vacunación en personas con reacciones adversas a vacunas y a planificar su administración de manera segura.

Acceso al artículo completo en el siguiente enlace:  https://link.springer.com/article/10.1007/s40521-022-00311-8

Dra. Patricia Prieto Montaño. Facultativo Especialista Alergología. Hospital General Universitario Albacete. Comité de Alergia Infantil SEAIC

 

EL IMPACTO DE UNA ETIQUETA DE ALERGIA A ANTIBIÓTICOS BETALACTÁMICOS. LA IMPORTANCIA DE UN DIAGNÓSTICO CORRECTO.

El impacto de una etiqueta de alergia a antibióticos betalactámicos es significativo y puede tener consecuencias negativas tanto para la salud del paciente como para el manejo de su tratamiento médico. Los betalactámicos (penicilinas, cefalosporinas, carbapenemas) son los antibióticos más utilizados para tratar diversas infecciones bacterianas. Las penicilinas son también los antibióticos que producen con mayor frecuencia reacciones alérgicas. Sin embargo, la mayoría de los pacientes etiquetados como alérgicos a penicilinas realmente no lo son.  En un porcentaje importante de casos, la colocación de una etiqueta de alergia se realiza a partir de cualquier reacción adversa coincidente con la administración del antibiótico, sin haber realizado un estudio alergológico.  Si un paciente es etiquetado incorrectamente como alérgico a este tipo de antibióticos, puede conllevar varios problemas asociados:

1. Limitación de opciones terapéuticas: Los antibióticos betalactámicos son una de las opciones más efectivas para tratar infecciones bacterianas. Si un paciente es etiquetado erróneamente como alérgico, los médicos pueden verse limitados en las opciones de tratamiento disponibles, lo que podría resultar en el uso de antibióticos menos efectivos o más costosos.

2. Mayor riesgo de infecciones: El uso de antibióticos alternativos podría no ser tan efectivo en el tratamiento de ciertas infecciones. Esto podría resultar en una mayor duración de la enfermedad, recurrencias de infecciones y un mayor riesgo de complicaciones.

3. Mayor resistencia a antibióticos: El uso inapropiado y excesivo de antibióticos alternativos debido a una etiqueta de alergia falsa podría contribuir al problema global de la resistencia a los antibióticos. Esto sucede cuando las bacterias desarrollan la capacidad de resistir los efectos de los medicamentos, lo que dificulta el tratamiento de infecciones futuras.

4. Costos económicos: El uso de antibióticos alternativos o más avanzados puede ser más caro que el uso de antibióticos betalactámicos estándar. Esto podría aumentar los costes de la atención médica tanto para el paciente como para el sistema de salud a nivel global.

En definitiva, un diagnóstico preciso es esencial para garantizar que los pacientes reciban el tratamiento adecuado y evitar las consecuencias negativas asociadas con una etiqueta de alergia incorrecta. Por ello es fundamental realizar un estudio de alergia tanto para descartar como para confirmar el diagnóstico de alergia a betalactámicos, y en este último caso, ofrecer una alternativa de tratamiento.

 

Alicia Gallardo Higueras

Hospital Universitario de Salamanca

¿Si he tenido una reacción con Amoxicilina, qué antibióticos podría utilizar hasta ser valorado por alergología?

La amoxicilina es uno de los antibióticos más utilizados para el tratamiento de infecciones respiratorias, urinarias, dentales, de la piel, etc. También se utilizan para prevenir infecciones, o antes de algunos procedimientos diagnósticos o intervenciones quirúrgicas.

Pertenece a la familia de los antibióticos betalactámicos, y a este grupo pertenece también la penicilina, que es el antibiótico más antiguo conocido, así como otros muchos antibióticos pertenecientes a diferentes subfamilias como cefalosporinas, carbapenems o monobactams.

Cualquier antibiótico puede producir diferentes tipos de reacciones adversas, algunas conocidas y relacionadas con la dosis del antibiótico, por ejemplo, dolor abdominal, deposiciones diarreicas o infecciones por hongos en mucosa oral o genital. Tras este tipo de reacciones, y según la intensidad de la sintomatología, puede ser necesario suspender el tratamiento. Hay otro tipo de reacciones no predecibles, como son las reacciones alérgicas o de hipersensibilidad, que pueden aparecer incluso a dosis mínimas, y pueden ser desde muy leves a graves.

Cuando un paciente en tratamiento con amoxicilina presenta síntomas no relacionados con la infección que está tratando, debe consultar en un centro sanitario. Si los síntomas que presenta son efectos secundarios conocidos, será su médico el que valore la continuación de ese antibiótico, o el cambio a uno de la misma familia o de otra familia, según la infección que esté tratando. En estos casos se podría seguir tomando antibióticos de la familia de los betalactámicos.

Cuando su médico considere que presenta síntomas sugestivos de una reacción alérgica a la amoxicilina siempre debe ser valorado y estudiado en una Unidad de Alergología, y hasta entonces no debe tomar ningún antibiótico de la familia de los antibióticos betalactámicos. Hoy en día existen múltiples alternativas como antibióticos del grupo quinolonas, macrólidos, lincosamidas, aminoglucósidos, tetraciclinas y sulfamidas entre otros.

Es muy importante que este tipo de reacciones sean estudiadas ya que la sospecha de ser alérgico a antibióticos betalactámicos implica la evitación de un gran número de fármacos que son muy utilizados en la actualidad, y tras el estudio nos podrán dar alternativas dentro de este mismo grupo terapéutico.

 

María Salas Cassinello 

Hospital Regional Universitario de Málaga 

ESOFAGITIS EOSINOFÍLICA EN PACIENTES PEDIÁTRICOS

La esofagitis eosinofílica (EoE) se considera una enfermedad crónica emergente; en la actualidad, ha pasado a ser una de las condiciones más comunes en la valoración y diagnóstico de problemas alimentarios en niños así como en la evaluación de disfagia y/o impactación en la edad adulta.

Se ha estudiado más extensamente en países occidentales, pero, aunque existen datos de prevalencia, se precisan estudios más amplios para consensuar datos epidemiológicos reales. Una revisión sistemática reciente mostró que la prevalencia poblacional de esofagitis eosinofílica en niños es 19,1 casos por 100.000 niños/año (1), con gran variabilidad de los datos según la localización geográfica y, probablemente, de otros factores como el diseño del estudio, los criterios diagnósticos utilizados, etc.

Fisiopatogénicamente se caracteriza por una inflamación Th2 en la que intervienen mecanismos mixtos mediados y/o no mediados por IgE dando lugar a una inflamación eosinofílica en el epitelio esofágico que origina una disfunción del mismo, dando lugar a los síntomas clínicos característicos.

En la población pediátrica los síntomas más prevalentes son los vómitos, dolor abdominal, disfagia, odinofagia e impactación del bolo alimenticio. Estas características clínicas difieren también según la edad del niño, siendo en niños más pequeños (2-8 años) más frecuente: el fallo de medro, rechazo del alimento, dolor abdominal, vómitos, trastornos del sueño, etc. En niños mayores y adolescentes los síntomas se asemejan más a los adultos, presentando disfagia, impactación, odinofagia, regurgitación, etc.

La prueba de oro para el diagnóstico es la toma de biopsias tanto de esófago proximal como distal (aumentando así el rendimiento del estudio) mediante una endoscopia digestiva. Esta técnica precisa de la sedación del paciente, lo que supone un “inconveniente” sobre todo en población pediátrica. Por ello se están estudiando otras técnicas menos invasivas como:

Prueba del hilo esofágico (EST: esophageal string test), técnica basada en cápsulas que capturan las proteínas asociadas a los eosinófilos de la luz esofágica.

Citoesponja: tecnología basada también en cápsulas, diseñada originalmente para la evaluación de la mucosa esofágica en el esófago de Barrett.

Endoscopia transnasal sin sedación.

Estas técnicas y algunas otras en estudio también, podrían tener un papel importante en el control regular de la esofagitis, pero es muy poco probable que reemplacen la confirmación de un diagnóstico dudoso y/o actos terapéuticos realizables durante una endoscopia convencional como una dilatación.

Las opciones terapéuticas, ambas consideradas de primera línea son: tratamiento dietético y farmacológico:

– Terapias dietéticas: la fórmula de aminoácidos se describe como una terapia eficaz en niños con EoE, lo que indica la implicación de antígenos dietéticos en su patogenia. Se han descrito diversos enfoques dietéticos: dieta elemental, dieta dirigida según sensibilización alergénica, dietas empíricas, etc. La dieta de eliminación es una opción no farmacológica de primera línea para el manejo de la EoE; sin embargo, el orden y el número de antígenos específicos a evitar, así como su posterior reintroducción sigue siendo un área activa de investigación.

Corticoides tópicos: este tipo de fármaco actúa a diversos niveles en esta patología: vías/genes inducidos por IL-13, reducción de la eosinofilia esofágica e infiltración mastocitaria, regulación a la baja de los genes de los mastocitos, reducción de células T y citocinas proinflamatorias como el factor de necrosis tumoral (TNF), etc.  Los metanálisis realizados utilizando fluticasona o budesonida demuestran la superioridad de los corticoides frente a placebo para la eosinofilia esofágica, los hallazgos endoscópicos y los síntomas tanto en pacientes adultos como pediátricos. No están exentos de efectos adversos como puede ser la candidiasis, insuficiencia suprarrenal, etc. Los estudios abogan por una terapia que debe ser mantenida a largo plazo por la alta tasa de recaídas tras su retirada. Sigue en estudio la dosis y duración óptima de cada terapia.

Tratamiento con inhibidores de la bomba de protones (IBP): la tasa de respuesta varía ampliamente desde un 30 a un 70%.Están en estudio las posibles diferencias fisiopatológicas entre la EoE sensible y/o resistente a los IBP. Algunos ejemplos incluyen:

– Técnicas de biología molecular demuestran que la expresión del transcrito para el canal de potasio Kir2.1 (gen KCNJ2) es menor en los pacientes que responden a los IBP. Si se valida, esto podría proporcionar una detección potencial para terapias personalizadas.

–  Los pacientes con rinitis alérgica y metabolizadores rápidos CYP2C19 tienen un mayor riesgo de pérdida del control de la EoE a pesar de la terapia continua con IBP.

Dilatación esofágica: destinada a aliviar complicaciones como la estenosis; técnica destinada a modificar cambios estructurales sin alivio histológico.

Terapias emergentes:

* Nuevas formulaciones de esteroides: budesonida viscosa, budesonida en comprimidos bucodispersables, etc.

* Tratamientos biológicos: ANTICUERPOS MONOCLONALES

Anti-L5: benralizumab, mepolizumab, reslizumab. Se están realizando estudios para valorar la mejoría tanto clínica como histológica de estos tratamientos, por la involucración de la IL-5 en la infiltración y supervivencia del eosinófilo, sin resultados científicamente concluyentes aún.

Anti-IL13: la IL-13 es un mediador claramente implicado en la patogénesis de la EoE, mediante la activación y quimiotaxis de los eosinófilos  a través del aumento de los niveles de eotaxina-3 y periostina. El anticuerpo QAX576 parece reducir los síntomas pero no se ha demostrado efecto significativo en la actividad clínica de la enfermedad; mientras que  RPC4046 consigue una reducción significativa de la eosinofilia esofágica y la actividad de la enfermedad endoscópica así como en la reducción de síntomas.

Anti-IL4 y Anti-IL-13: Dupilumab (aprobado por la FDA en > 12 años). Se están llevando a cabo ensayos que parecen demostrar mejoría sintomática, endoscópica e histológica significativa.

Anti-IgE (omalizumab) y Anti-TNF (infliximab). No existe ningún ensayo clínico con evidencia científica que apoye su uso en la EoE.

*Otras dianas moleculares en estudio: Integrina α4β7, Siglec 8, TSLP, TGFβ, canales de calcio, IL- 9, 15 y 33, receptor de eotaxina anti CCR3.

Dra. Guacimara Hernández Santana,  Hospital Universitario Nuestra Señora de la Candelaria en Santa Cruz de Tenerife. Comité de Alergia Infantil SEAIC

 BIBLIOGRAFÍA:

  1. Arias A, Perez-Martinez I, Tenias JM, Lucendo AJ. Systematic review with meta-analysis: the incidence and prevalence of eosinophilicesophagitis in children and adults in population-based studies. Aliment Pharmacol Ther 2016; 43(1): 3-15.
  2. Alfredo J Lucendo (2019): Pharmacological treatments for eosinophilic esophagitis: current options and emerging therapies, Expert Review of Clinical Immunology, DOI:10.1080/1744666X.2019.1705784
  3. Nirmala P. Gonsalves, Seema S. Aceves. Diagnosis and Treatment of Eosinophilic Esophagitis. J Allergy Clin Immunol. 2020 January ; 145(1): 1–7.
  4. Thomas Greuter, Ikuo Hirano, Evan S. Dellon. Emerging therapies for eosinophilic esophagitis. J Allergy Clin Immunol. 2020 January ; 145(1): 38–45.
  5. Arianna De Matteis et al. Eosinophilic Esophagitis in Children: Clinical Findings and Diagnostic Approach.Current Pediatric Reviews, 2020, 16, 206-214.

Museo de la Alergología

Estimad@s soci@s: os dejamos unas imágenes que nos remite nuestro colega, el Dr. César Alías, del Museo de la Alergología que, gracias a la generosidad de la Fundación del Hospital de la Isla del Rey, está ubicado en dicha institución en el precioso puerto de Mahón.

Os animamos a todas aquellas personas que tengáis material (libros, fotografías, material médico, etc.) y que queráis donarlo, para que lo hagáis a través de nuestra secretaría técnica (seaic@seaic.org).

¡Muchas gracias!

Museo Alergologia SEAIC Museo Alergologia SEAIC Museo Alergologia SEAIC Museo Alergologia SEAIC Museo Alergologia SEAIC

 

 

European Biologics Course

EUFOREA presenta su primera edición del Curso Europeo de Formación Híbrida sobre Biológicos que tendrá lugar en la Real Academia de Medicina de Bruselas, Bélgica, el viernes 1 de marzo de 2024. Este curso de formación híbrido está diseñado para aumentar el compromiso y la comprensión de los productos biológicos entre los profesionales sanitarios (otorrinolaringólogos, neumólogos y alergólogos) que tratan a pacientes con enfermedades de tipo 2 no controladas, como el asma, la rinosinusitis crónica con pólipos nasales y la dermatitis atópica.

Toda la información diponible en la web (https://www.euforea.eu/events/european-biologics-training-course-2024) y en el siguiente documento: European-Biologic-Course-Agenda_SEAIC.pdf (1230 descargas )

V Foro de Investigación

Estimados socios,

El 27 de abril de 2015, a las 16:00, se celebrará en Madrid el V Foro de Investigación organizado por la Fundación Pfizer, en la Sede de la Fundación Ramón Areces, Madrid.

En esta ocasión, el programa estará dedicado a las enfermedades poco frecuentes, poniendo el foco en cómo se puede contribuir a lograr los objetivos de innovación, a la vez que se favorece el desarrollo de una sociedad basada en el conocimiento colaborativo.

Más información en la web.

Darío Antolín
Secretario de la Junta Directiva de la SEAIC

icono PDF Programa V Foro de Investigación (2234 descargas )

¿QUÉ ES UNA REACCIÓN ALÉRGICA PERIOPERATORIA? ¿CUÁLES SON LAS CAUSAS MÁS FRECUENTES DE ESTAS REACCIONES?

Las reacciones alérgicas perioperatorias (RAP) son las reacciones alérgicas que surgen en quirófano o en el área de reanimación. La incidencia es baja, varía entre 1:353 hasta 1:18600 anestesias, sin embargo, pueden ser graves e implicar un retraso en la cirugía. Tienen un diagnóstico diferencial amplio y precisan un estudio extenso ya que hay múltiples causas que pueden simular una RAP además de recibir un gran número de fármacos en este periodo.

Las reacciones pueden surgir en cualquier momento de la anestesia, pero la mayoría, aproximadamente el 90% de ellas, aparecen en la fase de inducción. Además de los fármacos anestésicos recibidos, cualquier medicamento administrado en ese periodo (antibióticos, antiinflamatorios no esteroideos, contrastes yodados, antisépticos, látex, etc.) puede ser responsable de la RAP.

Clásicamente los relajantes musculares están descritos como la causa más frecuente de RAP y en algunos países como Francia, Noruega, Bélgica lo siguen siendo. Sin embargo, los antibióticos se han convertido en la primera causa de RAP en países como, Estados Unidos, España y el Reino Unido, siendo los betalactámicos, especialmente la amoxicilina y la cefazolina los agentes más implicados.

Anteriormente el látex era una de las principales causas, pero en la última década, debido a la mejora de la calidad del látex y a la reducción de la exposición al mismo, el número de casos ha disminuido de forma muy importante siendo anecdótica en los últimos estudios.

La clorhexidina, el desinfectante más utilizado, representa una causa relativamente frecuente de RAP en algunos países como Reino Unido o Dinamarca. Por este motivo, actualmente en muchos centros se recomienda incluir la clorhexidina en el estudio alergológico de rutina de una RAP.

Las reacciones por propofol son raras a pesar de ser el anestésico intravenoso más utilizado. También, los anestésicos locales, a pesar de su uso muy frecuente, raramente causan RAP.

Entre los fármacos utilizados para el control del dolor, los antiinflamatorios no esteroideos son otras de las causas, aunque no muy frecuentes, estando el metamizol entre los más implicados de este grupo en España.

En los últimos años se han presentado casos de RAP por excipientes y  cada vez más casos por gelatinas y sugammadex.

Otras causas raras de RAP pueden ser las heparinas, el ácido tranexámico, la atropina o la oxitocina.

En conclusión, las RAP representan un problema importante para el paciente y suponen en muchas ocasiones un reto diagnóstico. Es recomendable por tanto que los hospitales tengan protocolos de actuación en esta situación que contemplen la colaboración estrecha entre alergólogos y anestesistas.

 

Cosmin Boteanu

Hospital Central de la Cruz Roja, Madrid. 

 

MI HIJO ES ALÉRGICO AL MARISCCO ¿PUEDE COMER PESCADO?

INTRODUCCIÓN

La alergia a marisco es una de las alergias alimentarias más frecuentes. Es más frecuente en adultos que en niños y en éstos últimos suele debutar en la infancia tardía o adolescencia. Su prevalencia varía entre países, siendo del 1.3% en Europa en niños entre 2 y 17 años1.

CLASIFICACION TAXONÓMICA

Marisco se define como animal marino invertebrado, por ello es importante conocer su clasificación taxonómica. El marisco se divide en dos reinos: moluscos y artrópodos2-4.

  • Los moluscos se dividen a su vez en los subfilos:
    • Gastrópoda (abalón, caracol, lapa)
    • Bivalvos (almeja, mejillón, vieira, ostra)
    • Cefalópodos (pulpo, sepia, calamar)
  • Los artrópodos se clasifican en los subfilos:
    • Crustáceos (gamba, langosta, bogavante, nécora, cigala, langostino, buey de mar, centollo, santiaguiño)
    • Queliceratos (ácaros, arañas)
    • Hexópodos (cucaracha)

Los crustáceos producen reacciones alérgicas más frecuentemente que los moluscos y dentro de ellos, la gamba es el crustáceo que con más frecuencia produce reacciones alérgicas2.

REACCIONES ADVERSAS

En cuanto a las reacciones adversas al marisco, hemos de diferenciar las reacciones adversas inmunológicas de las no inmunológicas:

  • REACCIONES ADVERSAS INMUNOLÓGICAS:

IgE mediadas: ocurren en las 2 horas siguientes a la ingesta del alimento. Pueden producir desde picor oral (60-95%), ronchas, inflamación facial; síntomas gastrointestinales como náuseas, vómitos, dolor abdominal (20%); síntomas respiratorios como congestión nasal, tos, dificultad para respirar o dificultad para tragar o anafilaxia (21-33%)1,2. La reacción alérgica no sólo ocurre tras la ingesta, sino que también puede desencadenarse con la inhalación de los vapores de cocción. También es importante saber que el ejercicio físico es un cofactor muy frecuente en la anafilaxia por marisco en niños1,2.

La sensibilización puede producirse bien a través de la ingesta o bien a través de la piel (sobre todo en pacientes con dermatitis atópica)2,3.

No IgE-mediadas: El Síndrome de enterocolitis por proteínas de la dieta (FPIES en inglés) por marisco en niños es poco frecuente (0,8% de los casos de FPIES) 5. Los síntomas consisten en vómitos proyectivos, repetidos, entre 1 y 4 horas de la ingesta del alimento, que pueden ir asociados a letargia, hipotensión, palidez y/o diarrea. Los síntomas se repiten cada vez que el niño toma el alimento y se resuelve una vez se retira el alimento implicado de la dieta5-6.

  • REACCIONES ADVERSAS NO INMUNOLÓGICAS:

Estos animales invertebrados pueden ingerir toxinas (algas tóxicas), contaminantes o parásitos. Dependiendo de la cantidad de toxina ingerida, los síntomas y duración de la clínica varía. Los síndromes más frecuentes son los síntomas gastrointestinales (náuseas, vómitos, dolor abdominal, diarrea), intoxicación paralítica (hormigueo o adormecimiento de lengua, cuello y dedos, debilidad, dificultad respiratoria), neurotoxicidad (síntomas gastrointestinales y neurológicos, como parálisis y coma), ciguatera (síntomas neurológicos y cardiovasculares) e intoxicación amnésica (síntomas gastrointestinas seguidos de síntomas neurológicos)1.

ALERGENOS DEL MARISCO

Un alérgeno es una sustancia antigénica que induce una reacción alérgica en un organismo. Los alérgenos más importantes del marisco son1,2:

  • Tropomiosina: es el principal alergeno de la alergia a gamba, ostra, caracol y calamar. También está en insectos, ácaros, insectos comestibles y anisakis simplex. Es resistente a la temperatura y a la digestión, por lo que no se degrada al cocinarlo ni con el jugo gástrico. El 90-100% de los pacientes alérgicos a un tipo de crustáceo también lo será a otros crustáceos y el 65% también tendrá alergia a moluscos. Hay estudios que demuestran que pacientes con alergia a marisco pueden tener alergia a los ácaros del polvo.
  • Arginina-kinasa: también resiste altas temperaturas y es muy volátil, por lo que el vapor producido durante la cocción del marisco puede producir síntomas respiratorios. La arginina-kinasa se encuentra fundamentalmente en el camarón, cangrejo, pulpo y ácaros.
  • Otros alérgenos menos relevantes son: cadena ligera de la miosina, proteína de unión al calcio sarcoplásmico, troponina C, etc.

Reactividad cruzada

  • Crustáceos-moluscos: El 45% de los alérgicos a crustáceos también tienen alergia a moluscos, sin embargo, la mayoría (70-80%) de las personas alérgicas a moluscos también lo son a crustáceos1,2.
  • Ácaros- crustáceos: pacientes alérgicos a ácaros pueden desarrollar alergia a marisco por reactividad cruzada. En ocasiones los síntomas tras ingesta de marisco se limitan al área orofaríngea (picor de boca, de garganta…) debido a la reactividad cruzada entre a tropomiosina de ácaros y marisco; a esto se le llama Síndrome de Alergia Oral ácaros-marisco 1-2

TRATAMIENTO

Los pacientes alérgicos a algún tipo de marisco deben evitar el consumo de todo tipo de marisco hasta que sea estudiado en Alergología1.

ENTONCES, ¿MI HIJO PUEDE COMER PESCADO?

El principal responsable de la alergia al pescado es la parvalbúmina. Es un alérgeno distinto al alérgeno principal del marisco (tropomiosina). Como diría una sabia compañera: «en lo único en que se parece el marisco y el pescado es que ambos viven en el mar». Por tanto, los pacientes alérgicos a marisco sí pueden comer pescado1.

Dra. Paloma Jaqueti Moreno. Hospital La Mancha Centro, Alcázar de San Juan, Ciudad Real. Comité de Alergia Infantil SEAIC.

BIBLIOGRAFÍA

  1. IgE-Mediated Shellfish Allergy in Children. Mattia Giovanini, Burcin Beken, Betul Buyuktiryaki, Simona Barni, Giulia Liccioli, Lucrezia Sarti, Lorenzo Lodi, Matteo Pontone, Irene Bartha, Francesca Mori, Cansin Sackesen, George du Toit, Andreas L Lopata, Antonella Muraro. 2023 Jun 11;15(12):2714. doi:10.3390/nu15122714.
  2. IgE Mediated Shellfish Allergy in Children-A Review. Ariana Giannetti, Andrea Pession, Irene Bettini, Giampaolo Ricci, Giuliana Gianni, Carlo Caffarelli. 2023 Jul 12;15(14):3112. doi: 10.3390/nu1514311
  3. Food allergy and hypersensitivity reactions in children and adults-A review. Sandra G Tedner, Anna Asarnoj, Helena Thulin, Marit Westman, Jon R Konradsen, Caroline Nilsson. J Intern Med. 2022 Mar;291(3):283-302. doi: 10.1111/joim.13422. Epub 2021 Dec 22
  4. C. Diéguez Pastor, F. Martín Muñoz, M. Reche Frutos, P.C. Vlaicu. Peculiaridades clínicas de la alergia a los alimentos de origen animal. En: Dávila, I. Jáuregui, I. Olaguibel, J. Zubeldía, J. SEAIC (Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica). Tratado de Alergología tomo III. 2ª edición. Madrid: Ergon. 2016. Página 1023-1048.
  5. Infante S, Argiz L, Cabrera-Freitag P, Fernández-de-Alba I, Moya B, Escudero C (2022) Spanish Survey of Food Protein-Induced Enterocolitis Syndrome. J Investig Allergol Clin Immunol 2023; Vol 33(2): 134-136. doi: 10.18176/jiaci.0828
  6. Infante, S., Marco-Martín, G., Sánchez-Domínguez, M., Rodríguez-Fernández, A., Fuentes-Aparicio, V., Alvarez-Perea, A., … Zapatero, L. (2017). Food protein-induced enterocolitis syndrome by fish: Not necessarily a restricted diet. Allergy, 73(3), 728–732. doi:10.1111/all.13336

Recomendaciones para pasar un Verano seguro con niños con Alergia Alimentaria

En los últimos años debido a que la pandemia nos ha obligado a mantener unos horarios y actividades más rutinarias, ha sido mucho más sencillo para los niños alérgicos a alimentos, sus padres y los responsables escolares, establecer y seguir unas medidas de control tanto en casa como en los comedores de colegios o institutos.

Con la llegada de este verano, un verano sin restricciones, el buen tiempo y los largos días de ocio y descanso, todos nos volvemos a plantear las vacaciones con un sinfín de posibilidades que incluyen viajes nacionales e internacionales, comidas fuera de nuestro domicilio en restaurantes, asistencia con cierta frecuencia a reuniones familiares, fiestas, etc.; situaciones potencialmente de riesgo en las que se relajan las medidas de vigilancia recomendadas y dificultan la completa evitación de los alimentos a los que nuestro hijos son alérgicos.
Para poder disfrutar sin sobresaltos ni sustos de estos meses de verano, desde el Comité de Alergia a Alimentos de la SEAIC queremos hacer llegar a nuestros niños alérgicos y sus familiares, tal y como hicimos el año pasado, una serie de directrices, recomendaciones o consejos:

1 – Continuar con el tratamiento de mantenimiento de otras patologías alérgicas, en especial del asma bronquial. La alergia a alimentos puede coexistir con diversas patologías alérgicas como dermatitis atópica, esofagitis eosinofílica, rinocojuntivitis o asma. El padecer asma bronquial, sobre todo si está mal controlada, aumenta el riesgo de sufrir una reacción alérgica a alimentos más grave. En vacaciones son más habituales los olvidos en la toma de la medicación, en particular los inhaladores que mantienen el asma estable.
2 – Siempre que se viaje o cuando se acuda a campamentos de verano es aconsejable llevar un informe en el que se especifique el tipo de alergia alimentaria que se padece y el tratamiento que se debe administrar en caso de una reacción alérgica. En su defecto existe un “protocolo de actuación ante una reacción alérgica en la escuela de la Asociación Española de Personas con Alergia a Alimentos y Látex (AEPNAA)”, avalado por la sociedad española de alergología e inmunología clínica (SEAIC), una guía para el tratamiento en las escuelas de niños con alergia a alimentos de fácil cumplimentación por parte del médico alergólogo. Tampoco hay que olvidar la tarjeta sanitaria y se deberá solicitar la tarjeta sanitaria europea (TSE) cuando se viaje a países del territorio del Espacio Económico Europeo, Reino Unido o Suiza.
3 – Preparar un botiquín con toda la medicación necesaria para su administración en caso de una reacción alérgica, el informe médico con el plan de tratamiento individualizado y los teléfonos de emergencias del lugar donde se viaja. El paciente alérgico a alimentos debe ser capaz de reconocer las distintas manifestaciones de una reacción alérgica a alimentos y las fuentes de exposición alergénica, debe estar entrenado en las medidas que son necesarias tomar en caso de que se presente una reacción, incluyendo la administración de mediación de urgencia. En el caso de los niños, lo recomendable es que sean dos las personas responsables.
La medicación que se incluirá en el botiquín será aquella aconsejada por su alergólogo y especificada en el informe, pudiendo tratarse de antihistamínicos, corticoides, inhaladores de acción rápida y/o adrenalina autoinyectable. La adrenalina es el tratamiento específico y de primera línea en la anafilaxia, por lo que se debe conocer las situaciones en las que debe ser administrada y cómo hacerlo.
Si se viaja en avión, tren o barco, puede solicitar a su alergólogo el “DOCUMENTO QUE ACREDITA LA NECESIDAD DE PORTAR ADRENALINA AUTOINYECTABLE EN MEDIOS DE TRANSPORTE” confeccionado por el Comité de Alergia a Himenópteros de la SEAIC en sus versiones en inglés, francés y español.

4 – Extremar las precauciones en las comidas que se realicen fuera de casa. Las reacciones más graves ocurren fuera del hogar, en lugares públicos, la mayoría en restaurantes, fiestas o reuniones.
En las comidas en restaurantes hay que leer detenidamente la carta y ante la duda, preguntar directamente a los empleados sobre los ingredientes de los platos que se van a consumir antes de elegir la comida. La mayoría de las reacciones alérgicas a alimentos están causadas por nueve grupos de alimentos, cuatro de origen animal (leche de vaca, huevo, pescado y marisco) y cinco de origen vegetal (legumbres, frutos secos, cereales, frutas y verduras). Las legislaciones de países desarrollados tienen en común la declaración obligatoria de ocho “alérgenos principales”: leche, huevo, pescado, mariscos crustáceos, nueces de árbol, trigo, cacahuete y soja. La normativa europea es más exigente aumentando el número a 14 alérgenos de declaración obligatoria: cereales que contengan gluten (trigo, centeno, cebada, avena, espelta, kamut o sus variedades híbridas), crustáceos, moluscos, huevo, pescado, cacahuete, soja, leche, frutos de cáscara (almendras, avellanas, nueces, anacardos, pacanas, castañas de Pará, pistachos/alfóncigos y macadamias o nueces de Australia), altramuces, apio, mostaza, sésamo y dióxido de azufre.
Por último, los pacientes deben estar familiarizados con situaciones en las que los alimentos puedan contaminarse con otros como en la utilización de planchas, batidoras… Y tener en cuenta que hay pacientes muy sensibles, que presentan síntomas tras el contacto cutáneo con los alimentos a los que son alérgicos, o trazas de éstos y tras la inhalación de vapores de su cocinado como es el caso de los algunos alérgicos a pescados. Y nunca deben compartir comida ni utensilios.
 
Finalmente, sólo queda desearos desde el Comité de Alergia Alimentos de SEAIC un feliz y seguro verano libre de reacciones alérgicas.

Dra Rosario Escudero
Hospital Reina Sofía de Tudela (Navarra)

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