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Revisión con enfoque al paciente de Esofagitis Eosinofílica

La esofagitis eosinofílica (EoE) es una enfermedad de tipo alérgico caracterizada por una inflamación crónica del esófago (el tubo muscular que transporta la comida desde la boca hasta el estómago) por eosinófilos. En condiciones
normales no hay eosinófilos en el esófago. Esta acumulación es consecuencia de una reacción frente a determinados alimentos, alérgenos ambientales (polen, polvo, hongos…) o en ocasiones también al reflujo gastroesofágico y puede
dañar el tejido esofágico, lo que origina dificultad para tragar la comida (disfagia) o hacer que los alimentos queden atascados (impactación).
Los eosinófilos son las células que participan habitualmente en enfermedades alérgicas como la rinitis, la conjuntivitis, la dermatitis atópica o el asma bronquial. Sin embargo, a diferencia de éstas, el mecanismo alérgico no es inmediato, si no retardado.
La EoE se conoce desde hace menos de tres décadas y desde entonces, el número de casos nuevos ha crecido exponencialmente, especialmente en Norteamérica y Europa. En la actualidad, se estima que la prevalencia (número
de personas afec- tas) media de la EoE es de 22 personas por cada 100.000 habitantes, con cifras de 46 y 55 casos por 100.000 habitantes recientemente descritas en España y EE.UU. En la actualidad, ya representa la segunda
causa de inflamación del esófago (tras la enfermedad por reflujo gastroesofágico) y es la primera causa de disfagia e impactación alimentaria en niños y adultos jóvenes.
Esta patología se puede presentar a cualquier edad y sexo, si bien suele ser más común en jóvenes caucásicos de sexo masculino. Los síntomas varían dependiendo de la edad a la que se manifieste. La gran mayoría de los pacientes
suelen padecer otras enfermedades alérgicas, como rinitis, asma bronquial o alergia a alimentos.

CAUSAS

Los alimentos que producen esta alergia son muy variados y en muchos pacientes no conocidos con certeza. Los más frecuentes son la leche de vaca, el trigo, el huevo, las legumbres, además de alérgenos aéreos, como pólenes, ácaros del polvo,etc. No está claro por qué los alimentos que se han consumido durante siglos ahora puedan causar estos síntomas, si bien todo apunta a que el aumento en la contaminación ambiental, las modificaciones genéticas
aplicadas a las plantas, la maduración artificial de los alimentos vegetales y otros factores, posiblemente sean los causantes del aumento en la frecuencia de ésta y del resto de enfermedades alérgicas en los países desarrollados.

SÍNTOMAS

En niños menores de 2 años, las manifestaciones clínicas más comunes son el rechazo del alimento y vómitos. Entre los 2 y los 8 años predominan los vómitos, regurgitación, ardores y dolor abdominal o torácico, además puede existir
de pérdida de peso o retraso en el crecimiento. A partir de los 10 años, todos los pacientes refieren como síntomas dominantes y de forma intermitente la disfagia para sólidos (dificultad para el paso de la comida) y la impactación
alimentaria (atascamiento de comida), debido a la presencia de inflamación y en algunos casos, de disminución en el calibre del esófago.

PREVENCIÓN

Puesto que esta enfermedad aún permanece en estudio, no se conocen medidas concretas que puedan prevenirla. Todos los pacientes que tienen alguna patología alérgica diagnosticada deberían estar atentos ante los síntomas de alerta y
consultar con un alergólogo y/o gastroenterólogo si comienzan a tener alguno de ellos.

DIAGNÓSTICO

Hoy en día sólo existe una manera de diagnosticar la enfermedad y es realizando una endoscopia digestiva alta con toma de biopsias por el gastroenterólogo. En las biopsias se confirmará la existencia de eosinófilos.
Después, el alergólogo le realizará un estudio y junto con el gastroenterólogo, se diseñará el tratamiento más adecuado.

TRATAMIENTO

Los objetivos principales del tratamiento son la curación de los síntomas, de la inflamación esofágica, así como la eliminación o reducción de las estrecheces (si las hubiera) en el esófago.
La curación de la inflamación esofágica se puede conseguir mediante tres tipos de tratamientos: protectores de estómago (por ejemplo, omeprazol), corticoides tópicos (fórmulas viscosas o líquidas que actúan al adherirse a la pared del esófago) o la eliminación de determinados alimentos de la dieta.  La dieta que se incluya como parte del tratamiento se establecerá a partir de las características individuales de cada uno de los pacientes.
Además del tratamiento para la inflamación, en algunos casos se debe añadir dilatación (ensanchamiento) mediante endoscopia en el caso de la existencia de estrecheces en el esófago.
La EoE es una enfermedad crónica progresiva, por lo que la presencia de inflamación mantenida en el esófago sin tratamiento da lugar a una elevada probabilidad de estrecheces con el paso del tiempo. Por lo tanto, es tan
importante el diagnóstico y tratamiento precoz, como el seguimiento y tratamiento a largo plazo, que se deben de consensuar con el paciente, dado que es una enfermedad que incide negativamente en la calidad de vida del
paciente.

PRONÓSTICO

La EoE es una enfermedad de buen pronóstico, si bien al ser una enfermedad nueva, no existe un seguimiento de pacientes superior a los 15 años. Hasta la fecha no se ha descrito que predisponga a enfermedades malignas, tales como cáncer de esófago ni que evolucione hacia otros tipos enfermedades alérgicas más graves.

SUBCOMITÉ ESOFAGITIS EOSINOFILICA

Rosario González Mendiola. Facultativo Especialista en Alergología. Hospital
Central de la Cruz Roja, Madrid
Joan Doménech Witek. Facultativo Especialista en Alergología. Hospital de
Elda, Alicante

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Alergia a las carnes

El valor nutricional de la carne se debe a que está formada por proteínas de alto valor biológico como fuente de aminoácidos esenciales, vitamina B y hierro, muy aprovechables por nuestro organismo.

La alergia a las carnes es una alergia alimentaria poco frecuente en los países desarrollados, a pesar de su elevado consumo.  En la infancia, suele asociarse con dermatitis atópica y tiende a desaparecer en los primeros años de vida.  No obstante, la alergia a la carne también puede aparecer “de novo” en la edad adulta.

En la actualidad, se desconoce la incidencia general y la prevalencia de la alergia a las carnes en la población general.  Entre los pacientes con alergia alimentaria, se ha informado de alergia a la carne en el 3-15% de casos pediátricos y en el 3% de casos adultos.

Su baja prevalencia puede atribuirse, en parte, al hecho de que la mayoría de las carnes se consumen cocidas, y cocinarlas, normalmente aunque no siempre, reduce su alergenicidad.

Las reacciones pueden ser muy variables, desde un cuadro leve de picor en la boca y garganta o algunos habones aislados, pasando por angioedema (inflamación) de labios, párpados… hasta urticaria más extensa, rinoconjuntivitis, asma, síntomas digestivos, y/o cuadros muy graves de anafilaxia.

El tipo de carne que causa la alergia, presenta variabilidad geográfica, en relación con los diferentes hábitos de consumo.  En nuestro medio, la alergia a las carnes de mamíferos es más frecuente que la alergia a las aves de corral.  De acuerdo con esto, se ha descrito alergia a carne de canguro en Australia y a carne foca y ballena en Alaska.

La alergia a carne de vaca es la más comúnmente reportada, con una prevalencia que oscila entre el 1,5 y el 6,5% entre los niños con dermatitis atópica o con alergia alimentaria.  Sin embargo, la alergia a carne de ternera, puede llegar al 20% en niños con alergia a leche de vaca.  También se han informado casos de alergia a carne de cerdo, cordero, conejo, pollo y pavo, pudiendo ser alérgico a la carne de una especie o de varias.

  • Alergia a carne de vacuno: frecuentemente debida a una proteína (albúmina sérica bovina), que se inactiva con el calor, pudiendo producir reacciones si la carne está cruda o poco cocinada, tolerándose perfectamente cuando la carne está bien cocinada. Se ha demostrado que la homogeneización y liofilización (empleadas en la producción de alimentos para bebés) disminuyen el contenido de albúminas e inmunoglobulinas en la carne, al igual que la digestión con pepsina.  Algunos niños con alergia a proteínas de leche de vaca pueden presentar también reacciones con ternera e incluso con otras carnes, pero esto solo ocurre en un pequeño número de casos, generalmente cuando el alérgeno responsable de su alergia es la albúmina sérica bovina.
  • Alergia a carne de cerdo: se pueden producir sensibilizaciones primarias a la albúmina sérica y a las inmunoglobulinas por vía inhalada o cutánea, que en primer lugar ocasionan alergia respiratoria y, de forma secundaria, y por reactividad cruzada, reacciones alérgicas tras la ingestión de carne de cerdo poco cocinada. El denominado “síndrome gato-cerdo” es la asociación de alergia respiratoria a gato y alergia alimentaria a la carne de cerdo. Característicamente, estos pacientes pueden no tener síntomas de rinitis al contacto con gatos, ya que la mayoría de los pacientes con síntomas alérgicos a la caspa de gato están sensibilizados a un alérgeno diferente. Se ha descrito también una asociación entre la alergia respiratoria a gato y la carne de cordero o de caballo, y una alergia respiratoria a hámster y alergia a carne de caballo.
  • Alergia a carne de cordero: es la más infrecuente aunque, en ocasiones, se asocia a alergia a carne de ternera y cerdo.
  • Alergia a carne de pollo: aunque la alergia a huevo es muy frecuente en la infancia, casi todos los niños alérgicos a huevo toleran la carne de pollo. Por otro lado, se han descrito adultos alérgicos a la carne de ave, con tolerancia de huevo y sin alergia a plumas o caspa de ave, cuyos alérgenos responsables, no han sido identificados.  Por otra parte existe un síndrome poco frecuente, el “síndrome pescado-pollo”, donde las personas presentan síntomas alérgicos tanto con carne de pollo como pescado y en el que los alérgenos principalmente responsables son las parvalbúminas.
  • Síndrome ave-huevo: debido al contacto frecuente con pájaros en el domicilio o en criaderos, hay un grupo minoritario de alérgicos que se sensibilizan por vía inhalada a proteínas de las plumas y/o excrementos de las aves y posteriormente desarrollan alergia al huevo y a la carne de pollo u otras aves (loros, periquitos, canarios, palomas, aves de corral, etc.). Afecta a personas adultas que presentan síntomas con la yema de huevo cruda o poco cocinada, a diferencia de lo que ocurre con la forma de alergia más habitual al huevo que se produce en la infancia y es por sensibilización a proteínas de la clara.
  • Síndrome Alfa-gal: en general, las reacciones alérgicas a las carnes suelen ser reacciones de hipersensibilidad inmediata, que ocurren en la primera hora tras la ingesta. En este síndrome, las reacciones tras ingerir carnes de mamíferos (ternera, cerdo, cordero) tienen lugar más tarde de lo habitual, entre 3, 6 y hasta 8 horas después de haberlas ingerido, debido a la unión del alérgeno alfa-gal a los lípidos, que se absorben más lentamente y mediante mecanismos diferentes en comparación con las proteínas. Pueden producirse desde urticarias más o menos extensas hasta cuadros graves de anafilaxia.  Estas personas reaccionan a un carbohidrato presente en las carnes de mamíferos no primates llamado galactosa alfa 1-3 galactosa (alfa-gal), al que se han sensibilizado.  La sensibilización se ha producido en algún momento, tras la picadura de garrapatas que llevan alfa-gal en su saliva y la inoculan con la picadura.  Además de reaccionar a los alimentos, los pacientes sensibilizados a alfa-gal también pueden tener reacciones al anticuerpo monoclonal cetuximab, gelatinas, coloides intravenosos, heparina, válvulas cardiacas de origen bovino o porcino y otros agentes hemostáticos derivados de productos animales.

 

En la alergia a las carnes, a diferencia de lo que sucede con otros alimentos, se han identificado alérgenos tanto de proteínas como de carbohidratos. Las albúminas séricas y las inmunoglobulinas parecen ser las principales proteínas alergénicas en la carne de ternera y otras carnes de mamíferos (cerdo, cordero, conejo), con una gran homología entre sí, lo que explicaría la alta reactividad cruzada entre carnes de mamíferos.  Estas proteínas también podemos encontrarlas en aves como el pollo, aunque con una menor homología con las de los mamíferos, lo que explicaría que los individuos tiendan a reaccionar a carnes de mamíferos o aves pero rara vez a ambas.

El diagnóstico general de alergia a las carnes se realizará en base a la historia clínica y mediante la realización de pruebas cutáneas (prick-test) con extractos de las distintas carnes y la medición en sangre de los niveles de anticuerpos IgE específicos para cada uno de ellos.  En ocasiones es necesaria la realización de una prueba cutánea con el alimento en freso (prick-prick) y si hay dudas, también puede ser necesario realizar un test de exposición oral controlada, siempre bajo supervisión del especialista.

En las reacciones con preparados cárnicos, como embutidos o salchichas, habrá que descartar una alergia a algún alimento o compuesto añadido o en el proceso de elaboración, como las proteínas de la leche, el huevo o los hongos.

Ante un diagnóstico confirmado, hoy por hoy, el tratamiento es evitar la ingesta de la carne responsable y los productos elaborados con ella (embutidos, salchichas, gelatinas,…).    No obstante, conocer los alérgenos responsables, puede permitir una dieta más flexible, de manera que hay pacientes, cuya alergia depende de las albúminas séricas, que toleran la carne bien cocinada, y otros, presentan síntomas o no dependiendo del grado de cocinado y otro grupo no la tolera de ninguna forma.  En algunos casos, se deberán eliminar de la dieta varios tipos de carnes, en cuyo caso, podría ser necesario aportar a la dieta suplementos de hierro y vitamina B.

Dra. Angélica Feliú Vila. Hospital Universitario del Tajo, Madrid. Comité de Alergia Infantil. SEAIC

 

Bibliografía

  • Scott P Commins, MD, PhD. Allergy to meats. In:  UpToDate, Scott H Sicherer, MD, FAAAAI (Ed),Up To Date, Anna M Feldweg, MD. (Accessed on april of 2024).
  • Scott H Sicherer, MD, FAAAAI. Food allergens: Clinical aspects of cross-reactivity. In:  UpToDate, Robert A Wood, MD (Ed), UpToDate, Elizabeth TePas, MD, MS. (Accessed on april of 2024).
  • Julie Wang, MD. Component testing for animal-derived food allergies. In: UpToDate, Scott H Sicherer, MD, FAAAAI (Ed), UpToDate, Elizabeth TePas, MD, MS. (Accessed on april 2024).
  • García Figueroa, B.E, Mateo Borrega, M.B, 2021. Alergia a las carnes. Zubeldia, J.M, Baeza, M.L, Chivato, T, Jáuregui, I, Senent, C.J. Libro de las enfermedades alérgicas (287-292).

Día internacional de concienciación de la Enterocolitis Inducida por Proteínas de la Dieta (FPIES).

El pasado 4 de mayo se celebró el día de Star Wars (May the 4th) que coincidió con el día internacional de concienciación de la Enterocolitis Inducida por Proteínas de la Dieta (FPIES).

La FPIES es una alergia a alimentos no mediada por IgE, que típicamente comienza en la infancia, y que se caracteriza por vómitos repetidos, prolongados en el tiempo, que comienzan entre 1 y 4 horas tras la ingesta del alimento y que a menudo se acompañan de decaimiento, letargia o palidez y deposiciones diarreicas.

Los datos epidemiológicos referentes a esta enfermedad son escasos y variables, esto es debido a que, hasta finales de los años 70 no se había reconocido ni definido formalmente este síndrome y también a que no ha recibido una codificación adecuada hasta octubre de 2015 cuando se implementó el código K52.2 en la décima revisión de la Clasificación Internacional de las Enfermedades (CIE-10).

El diagnóstico de FPIES se basa fundamentalmente en la presencia de síntomas característicos que mejoran tras la retirada del alimento causal de la dieta. Estos criterios se han ido modificando según ha ido avanzando el conocimiento y reconocimiento de esta enfermedad. Actualmente están en vigor los propuestos por el Consenso Internacional para el Diagnóstico y Manejo de la Enterocolitis Inducida por Proteínas de la Dieta, elaborado por el grupo de trabajo de reacciones adversas a alimento de la Academia Americana de Alergia, Asma e Inmunología (AAAAI).

Actualmente se reconocen dos presentaciones clínicas:

  1. FPIES aguda.- Que se manifiesta por los síntomas típicos previamente mencionados.
  2. FPIES crónica.- Peor caracterizada que la FPIES aguda, descrita fundamentalmente en lactantes menores de 4 meses alimentados con fórmula adaptada de proteínas de leche de vaca o de soja. Las manifestaciones clínicas incluyen vómitos intermitentes, diarrea acuosa y fallo de medro. Los síntomas se producen a lo largo de varios días o semanas y no tienen una clara relación causal con el alimento.

Cualquier alimento es susceptible de producir FPIES, los alimentos más frecuentemente implicados son las proteínas de leche de vaca, y en nuestro medio el pescado. El alimento implicado varia en función de la localización geográfica y no resultan extrapolables las series anglosajonas o japonesas publicadas. En el área mediterránea no es tan frecuente la asociación de FPIES por leche de vaca y la FPIES por soja, por lo que la evitación de este último alimento es discutible y debe ser evaluarse de manera individual. En cuanto a los alimentos sólidos, el pescado es si duda el principal agente causal de FPIES en el área mediterránea. En estos casos se pueden evitar dietas restrictivas innecesarias testando pescados alternativos, minimizando los riesgos de déficits nutricionales en nuestros pacientes para mas información sobre este punto: Infante et al. Food protein-induced enterocolitis syndrome by fish: Not necessarily a restricted diet. Allergy. 2017;00:1-5.

Dado que las manifestaciones clínicas son exclusivamente gastrointestinales y la edad más frecuente de presentación es la infancia, el retraso diagnóstico o un diagnóstico erróneo suele ser habitual. La mayoría de los niños sufren mas de una reacción, en ocasiones grave y con necesidad de acudir a Urgencias, antes de que sean correctamente diagnosticados. Por ello es importante tener presente esta patología ante cuadros exclusivamente digestivos y con resolución en las siguientes 24 horas.

Para un mejor conocimiento de esta patología recomendamos la lectura de:

  1. International consensus guidelines for the diagnosis and management of food protein-induced enterocolitis syndrome: Executive summary-Workgroup Report of the Adverse Reactions to Foods Committee, American Academy of Allergy, Asthma and Immunology. Nowak-Wegryzn et al. J Allergy Clin Immunol. 2017 Apr;139(4):1111-1126.e4. doi: 10.1016/j.jaci.2016.12.966
  2. Food Protein-Induced Enterocolitis Syndrome. Nowak-Wegryzn A et al. J Investig Allergol Clin Immunol 2017;27(1):1-18. Doi: 10.18176/jiaci.0135.

 

Ambos artículos, de acceso libre, resumen de manera práctica y didáctica el conocimiento actual de FPIES. “Aquello que no se conoce no se diagnostica”

 Sonsoles Infante Herrero. Médico Adjunto. Unidad de Alergia Pediátrica. Hospital General Universitario Gregorio Marañón. Madrid.   

V Congreso Nacional sobre Esofagitis Eosinofílica

El 18 de octubre de 2025 se celebrará en Sevilla el V Congreso Nacional sobre Esofagitis Eosinofílica (EoE), organizado por:
  • European Consortium for Eosinophilic Diseases of the Gastrointestinal Tract (EUREOS)
  • Asociación Española de Esofagitis Eosinofílica (AEDESEO)
  • Hospital Universitario Virgen Macarena de Sevilla
  • Asociación de Investigación Biomédica La Mancha Centro
Información útil:
  • Modalidad: presencial y online en directo.
  • Inscripción: gratuita para profesionales de la salud → Formulario de inscripción
  • Acreditación: solicitada ante la Comisión de Formación Continuada del Sistema Nacional de Salud.
  • Facilidades: el Congreso cuenta con la autorización de Farmaindustria para que los profesionales presenciales puedan gestionar con sus compañías farmacéuticas la cobertura de desplazamiento y alojamiento.
  • Más información: web del Congreso

XXXIV Congreso Nacional de la SEAIC

Santiago de Compostela, 25-28 de octubre de 2023.
JIACI Volumen 33, Suplemento 1.

Simposio Internacional Enfermedades Alérgicas de Riesgo Vital

Bilbao 6-9 noviembre 2024

JIACI Volumen 34, suplemento 1

Simposio Internacional Avances y Perspectivas en Alergia Cutánea e Inmunología

Gran Canaria, 23-26 de octubre de 2019
JIACI Volumen 29 Suplemento 1

XXXII Congreso Nacional de la SEAIC

Virtual, 5-7 de noviembre de 2020
JIACI Volumen 30 Suplemento 1

XXVII Congreso Nacional de la SEAIC

Madrid, 10-13 de noviembre de 2010
JIACI Volumen 20 Suplemento 2

Simposio Internacional de Alergia Alimentaria

Barcelona, 10-12 de noviembre de 2011
JIACI Volumen 21 Suplemento 4

XXVIII Congreso Nacional de la SEAIC

Pamplona, 17-21 de octubre de 2012
JIACI Volumen 22 Suplemento 1

Simposio Internacional de Alergia a Himenópteros

Granada, 14-16 de octubre de 2013
JIACI Volumen 23 Suplemento 2

XXIX Congreso Nacional de la SEAIC

Salamanca, 22-25 de octubre de 2014
JIACI Volumen 24 Suplemento 2

Simposio Internacional de Vía Aérea Única

Sevilla, 22-24 de octubre de 2015
JIACI Volumen 25 Suplemento 2

XXX Congreso Nacional de la SEAIC

San Sebastián, 19-22 de octubre de 2016
JIACI Volumen 26 Suplemento 1

Simposio Internacional de Aerobilogía, Contaminación y Cambio Climático

Murcia, 26-28 de octubre de 2017
JIACI Volumen 27 Suplemento 2

XXXI Congreso Nacional de la SEAIC

Valencia, 24-27 de octubre de 2018
JIACI Volumen 28 Suplemento 2

XXXV Congreso Nacional de la SEAIC

Granada, 1-4 de octubre de 2025.

JIACI Volumen 35, Suplemento I

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