El Control of Allergic Rhinitis and Asthma Test (CARAT) es un cuestionario diseñado para evaluar el control simultáneo del asma y la rinitis alérgica (RA) en los pacientes, mediante una evaluación retrospectiva de cuatro semanas. Recientemente, un estudio ha realizado una revisión sistemática y un meta-análisis siguiendo las directrices de COSMIN, con el objetivo de evaluar sus propiedades psicométricas.
¿Por qué usar CARAT en la práctica clínica?
La evaluación del control del asma y la rinitis alérgica suele realizarse por separado, con herramientas como el Asthma Control Test (ACT) o el Allergic Rhinitis Control Test (ARCT). Sin embargo, dado que la mayoría de los pacientes con asma también padecen rinitis alérgica, surge la necesidad de una herramienta unificada. CARAT cubre esta brecha con 10 preguntas sobre síntomas de vías respiratorias superiores e inferiores, calidad del sueño, impacto en la actividad diaria y uso de medicación.
Propiedades psicométricas de CARAT
En esta revisión sistemática se incluyeron 16 estudios con los que se concluye que CARAT posee:
Aplicación práctica
CARAT puede ser administrado en consulta mediante papel puesto que está validado al idioma castellano, pero también está disponible en formato digital a través de aplicaciones móviles como MASK-air y plataformas web, permitiendo un monitoreo continuo del paciente.
Conclusión
Esta revisión sistemática y meta-análisis refuerzan el uso de CARAT como una herramienta confiable para el control del asma y la rinitis alérgica en la práctica clínica habitual. Su implementación puede mejorar el seguimiento de los pacientes y facilitar decisiones terapéuticas más precisas
BIBLIOGRAFIA
Vieira RJ, Sousa-Pinto B, Cardoso-Fernandes A, et al. Control of Allergic Rhinitis and Asthma Test: A systematic review of measurement properties and COSMIN analysis. Clin Transl Allergy. 2022;12(9):e12194.
Diana Q, Abraham A, Yaicith A, Peter O, Juan T. Validation of the Spanish language version of the control of allergic rhinitis and asthma test. NPJ Prim Care Respir Med. 2022;32(1):47. Published 2022 Oct 29.
Sousa-Pinto B, Sá-Sousa A, Amaral R, et al. Assessment of the Control of Allergic Rhinitis and Asthma Test (CARAT) using MASK-air. J Allergy Clin Immunol Pract. 2022;10(1):343-345.e2.
El jueves 25 de febrero a las 18:00 tendrá lugar el seminario web «Actualización sobre polietilenglicol, un alérgeno oculto». El seminario está patrocinado por Roxall Group y cuenta con el aval de la SEAIC.
Se podrá acceder a través de este enlace.
Comienza una nueva etapa con un portal renovado y dinámico.
La actual página web de la SEAIC aporta más accesibilidad gracias a un nuevo diseño y a las nuevas secciones que contribuyen a dar difusión a los temas de interés científico, médico y social.
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El próximo 20 de octubre, tendrá lugar el seminario web «Investigación en Alergología en tiempos de COVID-19», promovido por la red ARADyAL. El enlace de acceso se publicará en la web de la red.
Programa (haga click para verlo a mayor tamaño):
El Comité de Alergia a los Medicamentos estudia las enfermedades de hipersensibilidad producidas por los fármacos. Además, la SEAIC tiene a través de este comité una posición de liderazgo a nivel mundial en el diseño de pautas de desensibilización a fármacos que permiten que pacientes con enfermedades graves que han desarrollado alergia a determinados medicamentos, puedan seguir recibiendo, por ejemplo, sus tratamientos oncológicos o sus fármacos biológicos. Por su contenido de trabajo, este Comité tiene una relación estrecha con el Comité de Anafilaxia y con el Comité de Alergia Cutánea, dado que muchas reacciones a fármacos se manifiestan con reacciones anafilácticas o con reacciones cutáneas graves.
Actualizado el día 09/01/2025
Con motivo del I aniversario de la erupción del volcán Cumbre Vieja de La Palma, se ha hecho público un estudio en el que se valora cómo la erupción ha repercutido en los síntomas cutáneos, rinoconjuntivales y bronquiales de los habitantes de la isla de La Palma, avalado y participado por SEAIC. En él se ha observado que el 30% de la población adulta y el 15% de la población pediátrica alérgica presentan empeoramiento en síntomas bronquiales al cabo de los 6 meses.
Envío de correo electrónico o mensaje de texto en aplicación segura al menos 1 semana antes con:
Esta fase puede estar dirigida a una visita de revisión ya programada o a una visita solicitada por el propio paciente para resolver dudas o abordar una reagudización de la enfermedad.
La Unidad de alergia deberá disponer de un servicio de mensajería segura para que el paciente pueda solicitar una visita en cualquier momento.
Se realiza mediante llamada telefónica o plataforma para videoconsultas. Se aconseja realizar consultas síncronas, aunque la disposición de consultas asíncronas puede ayudar a mejorar la accesibilidad del sistema y su usabilidad para el paciente. Comenzar siempre la consulta telemática presentándonos. Durante el su desarrollo de la consulta se abordarán los siguientes aspectos:
Control actual de rinitis:
Valoración de pruebas complementarias en caso de haberse solicitado antes
Comentar los resultados de los análisis de sangre y las pruebas de imagen, si estas se habían solicitado en la anterior consulta.
Revisión de medicamento de mantenimiento
Técnica de uso de nebulizadores nasales: Visualización de la técnica de nebulización del paciente (o la persona responsable) y corrección de ellos rrores detectados. Exige el uso de plataforma de videoconsulta.
Tratamiento con inmunoterapia específica (si pertinente): Interrogar sobre posibles reacciones inmediatas y tardías (locales y sistémicas), cumplimiento de las dosis, administración en centro médico y registro de número de dosis administradas desde inicio o última revisión. La disposición de sistemas de recordatorios a los pacientes con las fechas recomendadas de administración puede mejorar la adhesión.
Factores agravantes potenciales: Interrogatorio sobre posibles signos y síntomas de infección (síntomas nasales, óticos o faríngeos, fiebre, malestar), estrés psicológico, introducción de nuevos fármacos o exposición a alérgenos relevantes (mascotas, humedad, calimas, épocas de floración de plantas alergénicas, trabajo, alimentos), frío/humedad, contaminantes, humo del tabaco (activo o pasivo) o vapeo.
Comorbilidades: Identificar signos clínicos de rinosinusitis crónica con o sin pólipos, reflujo gastroesofágico, síndrome de apnea-hipopnea del sueño, enfermedad psiquiátrica (ansiedad-depresión), alergia alimentaria, dermatitis atópica, embarazo o pérdida de forma física.
Educación y asesoramiento
Tratamiento y Plan de Acción consensuado: Adecuar el tratamiento en función de la situación actual de la enfermedad y el riesgo futuro de reagudización, lo que podría contemplar su mantenimiento, aumento o reducción. Reformular el plan de acción de rinitis si es necesario. Abordar de forma específica los factores agravantes actuales y las comorbilidades, y considerar la necesidad de una visita presencial temprana. Alentar siempre la realización de ejercicio cuando la gravedad del asma lo permita. Actualizar o cambiar tratamiento sintomático si lo precisa en receta electrónica.
Seguimiento y programación de citas
Despedida
Fijar fecha de próxima cita y agendar.
Agradecer al paciente por su tiempo y colaboración.
Tratamiento con fármaco biológico en caso de poliposis nasal (si pertinente): Interrogar sobre posibles efectos adversos inmediatos y tardíos, cumplimiento de las dosis, deseo de administración hospitalaria o domiciliaria y registro de número de dosis administradas desde inicio o última revisión. La disposición de sistemas de recordatorios a los pacientes con las fechas recomendadas de administración puede mejorar la adhesión.
Consultas asíncronas: Aunque se aconseja realizar consultas síncronas, la disposición de consultas asíncronas puede ayudar a mejorar la accesibilidad del sistema y su usabilidad para el paciente. En caso de optar por esta modalidad debe disponerse siempre de un correo electrónico seguro con dirección de correo electrónico corporativa. A través de esta vía pueden enviarse al paciente:
La consulta remota debe quedar siempre reflejada en la historia clínica del paciente.
Finalizar siempre la consulta preguntando si queda alguna pregunta por responder.
Envío de correo electrónico o mensaje de texto en aplicación segura al menos 1 semana antes con:
Se realiza mediante llamada telefónica o plataforma para videoconsultas. Se aconseja realizar consultas síncronas aunque la disposición de consultas asíncronas puede ayudar a mejorar la accesibilidad del sistema y su usabilidad para el paciente. Durante el su desarrollo de la consulta se abordarán los siguientes aspectos:
Síntomas actuales compatibles con rinitis:
Antecedentes médicos relevantes: Se evalúa la existencia de síntomas nasales y uso de inhaladores nasales en el pasado y su posible eficacia, posibles diagnósticos anteriores de enfermedad alérgica, presencia de síntomas compatibles con asma estacional, diagnóstico de reflujo gastroesofágico, existencia de obesidad, trastornos en el sueño, enfermedades psiquiátricas y otras enfermedades sistémicas relevantes.
Datos epidemiológicos relevantes: Se interroga sobre el consumo actual y pasado de tabaco/vapeo, la ciudad de residencia, el tipo de vivienda, la presencia de mascotas, la existencia de humedad, alfombras y moqueta en el hogar, el tipo y lugar de trabajo y las aficiones.
Pruebas clínicas disponibles: Analizar informes médicos disponibles de médico/especialista/urgencias, análisis de sangre (examinar número de eosinófilos y valores de IgE total/específica) e informes radiológicos.
Tratamiento: Si se considera necesario, instaurar un tratamiento empírico para aliviar los síntomas del paciente o evaluar la respuesta de los síntomas/signos actuales al tratamiento hasta la siguiente consulta.
Solicitud de pruebas complementarias: Solicitar las pruebas complementarias que se consideraren pertinentes (rinometría, radiografía de senos paranasales/tórax, pruebas cutáneas intraepidérmicas, hemograma, valores de IgE total y específica, estudio de inmunoglobulinas séricas y actividad del complemento y tests de provocación nasal).
Programación de la siguiente visita: Fijar una fecha de consulta presencial para explorar al paciente y evaluar todos los resultados. Esta visita presencial será imprescindible para realizar el diagnóstico o descartar definitivamente el diagnóstico de rinitis.
La consulta remota debe quedar siempre reflejada en la historia clínica del paciente.
Finalizar siempre la consulta preguntando si queda alguna pregunta por responder.
Hoy toca presentar el captador de Córdoba, pertenece a la red de captadores de pólenes de la SEAIC.
La Dra Cristina De Castro Gómez, alergóloga en el Hospital San Juan De Dios, así como actual secretaria del comité de Aerobiología, nos aporta los datos en www.pólenes.com desde 2019.

La telemedicina, definida por la OMS como la prestación remota de servicios médicos o sanitarios (1), no es un fenómeno nuevo y de hecho tiene más de cien años de historia en paralelo a avances en tecnologías de telecomunicación (2). Sin embargo, hasta la llegada de la pandemia del COVID-19 su utilización quedó limitada a experiencias piloto (especialmente en situaciones de aislamiento extremo de los pacientes) y no llegó a penetrar en la práctica asistencial principalmente por barreras regulatorias y por la ausencia de incentivos económicos para su adopción (3). Los confinamientos impuestos tras el inicio de la pandemia supusieron una relajación de estas restricciones y marcaron un punto de inflexión en la expansión de estos servicios, cuya utilización llegó en 2021 a niveles 38 veces superiores a los prepandémicos (4). Este mayor uso provocó cambios en las actitudes ante la telemedicina en la sociedad y destapó carencias en infraestructura tecnológica y en procesos y protocolos para la atención remota de pacientes en los sistemas sanitarios de todo el mundo. En este periodo se ha producido, además, un cambio conceptual en el que la telemedicina queda englobada en un campo más amplio de “sanidad digital” (5), la aplicación de tecnologías digitales en el campo de la salud, incluyendo, además de teleconsultas, componentes como la computación en la nube, el big data, la inteligencia artificial, apps de salud y dispositivos de monitorización remota entre otros.
El interés por iniciativas de sanidad digital también es previo a la pandemia, como refleja la creciente inversión en este terreno a partir del año 2013, para llegar a una cifra récord de 52.000 millones de dólares en el 2021 (6, 7). Aunque posteriormente las inversiones han disminuido, el cambio cualitativo permanece: la sanidad digital se ha consolidado como un nuevo segmento en el sector, ya es parte de la medicina convencional (8). Revistas prestigiosas como Lancet y Nature han lanzado publicaciones específicamente dedicadas a la sanidad digital y el New England Journal of Medicine ha creado una dedicada a la inteligencia artificial y otra (Catalyst) a innovaciones en la prestación de servicios sanitarios. Nuevos actores han entrado en el sector -notablemente, las grandes empresas tecnológicas-, se están produciendo cambios en la dinámica competitiva (9) y se ha operado un cambio de paradigma: la prestación de servicios médicos y sanitarios ya no es una actividad exclusivamente presencial o vinculada a ubicaciones concretas (10).
La utilización de nuevos modelos de sanidad digital es así un fenómeno en evolución ante el que los diversos agentes están reaccionando de manera diversa. En Alergología se ha observado tras el inicio de la pandemia una elevada adopción de consultas síncronas (por ejemplo, videoconsultas), pero un escaso uso de otras modalidades de prestación digital (11).
La sanidad digital incluye la aplicación de varias tecnologías de la información y comunicación en diversas etapas de la cadena de valor sanitaria. Estas tecnologías son en su mayoría transversales -útiles en distintos tipos de actividades y no sólo sanitarias- y en todo caso son simplemente instrumentos facilitadores. La innovación que supone la sanidad digital surge cuando una o varias de estas tecnologías son utilizadas para el diseño y desarrollo de nuevos productos, servicios, modelos operativos y modelos de negocio (12).
Una clasificación basada la forma última de prestación de servicios médicos y en los tipos de comunicación (humano-humano, humano-máquina, máquina-máquina) distingue (13, 14) tres grandes categorías de modelos de provisión sanitaria digital:
Teleconsultas. Consultas remotas entre médico y paciente, que pueden ser síncronas (por video o voz) o asíncronas (vía chat, mensajería instantánea, correo electrónico, SMS). Algunas de las interacciones pueden ser -en parte o en su totalidad- automatizadas mediante el empleo de chatbots basados en algoritmos. La categoría de teleconsultas incluye también la interacción médico-médico para la transmisión (“store & forward”) de elementos de la historia clínica electrónica del paciente (por ejemplo, pruebas de laboratorio o de imagen).
Gestión remota de enfermedad crónica. i) Terapias digitales (Digital Therapeutics o DTx en su acrónimo en inglés): intervenciones terapéuticas implementadas en un programa de software y habitualmente accesibles a través de una app dedicada, con el objetivo de mejorar el control de enfermedades crónicas, apoyando el tratamiento prescrito; utilizan habitualmente técnicas basadas en ciencias del comportamiento (como el gamification) para tratar de mejorar la adherencia al tratamiento farmacológico prescrito e inducir cambios en estilo de vida del paciente. ii) Monitorización remota del paciente (RPM en sus siglas en inglés): sistemas, sensores y dispositivos que capturan datos médicos del paciente para su evaluación remota.
Autocuidado dirigido y conectado. “E-triaje”: comprobadores de síntomas, utilizando inteligencia artificial e implementados a través de chatbots; aplicaciones y dispositivos para el uso por el paciente, basadas en software ejecutable en la web, teléfonos móviles o dispositivos no-médicos; motores de búsqueda, que permiten al paciente encontrar información médica y de salud en buscadores generales o en sitios web dedicados y seguros para acceder a su propio historial clínico electrónico.
En la actualidad, los servicios digitales suelen prestarse de manera aislada y no integrada con la atención presencial. Sin embargo, el escenario más probable de desarrollo futuro es la combinación de intervenciones remotas y en persona dentro del concepto emergente de modelos de asistencia “híbridos”, que abren nuevas posibilidades en el diseño de protocolos y vías clínicas en diversas especialidades y, entre ellas, en Alergología (11).
En la década anterior al inicio de la pandemia, diversos artículos habían discutido la utilización de la telemedicina en otras especialidades y su posible aplicabilidad en Alergología (15-19) siempre que se pudiera garantizar la calidad y la seguridad en la asistencia. A partir del comienzo de los confinamientos, surgen publicaciones que tratan de ofrecer guías para la utilización de la telemedicina -un imperativo en ese momento- en el tratamiento de pacientes alérgicos (20,21). Un position paper de la asociación alemana de alergólogos AeDA publicado en este contexto (22) destaca la utilidad de la telemedicina y de otras aplicaciones digitales no sólo como alternativa en situaciones en las que la atención presencial no es posible sino también como herramientas que facilitan la práctica diaria del alergólogo, si bien destaca que aún existen barreras tecnológicas, legales y profesionales que superar. El artículo alaba el impulso a la digitalización de la sanidad en ese país que supuso la Ley de Salud Digital de 2019, que creó la posibilidad de empezar a prescribir apps digitales de salud (DiGa en acrónimo alemán) por parte de los médicos y con reembolso en el sistema público. La publicación del consenso multidisciplinar para el seguimiento y control del asma en la era de la telemedicina -proyecto COMETA- concibe la teleasistencia como una herramienta complementaria fundamental para garantizar el control del asma más allá de cualquier situación restrictiva de la visita presencial (23).
El reciente position paper de la EAACI sobre telemedicina (24) destaca que la asistencia remota reduce costes y ahorra tiempo a profesionales y pacientes, pero no puede reemplazar completamente a la atención en persona por la importancia de la exploración física y de algunas pruebas diagnósticas esenciales en el seguimiento de los pacientes. El artículo enumera también otras ventajas y desventajas de la telemedicina. Entre las primeras, una mayor accesibilidad de los servicios, mayor conveniencia y más fácil seguimiento del paciente. Entre las segundas, la falta de garantía sobre la seguridad y privacidad de datos del paciente, problemas en el reembolso o pago de los servicios, barreras tecnológicas para su adopción generalizada y la falta de estandarización de procesos y protocolos. Se discute también el posible impacto en la relación médico-paciente de la telemedicina y la necesidad de que el profesional desarrolle nuevas competencias para adaptarse a esta nueva forma de interacción.
Gran parte de la bibliografía sobre uso de sanidad digital en Alergología se centra en el asma, y el caso de uso más mencionado es en el seguimiento de pacientes ya diagnosticados, con el potencial de lograr un mejor control de la enfermedad. Las teleconsultas posibilitan nuevas formas de interacción con el paciente, las terapias digitales pueden contribuir a mejorar la adherencia al tratamiento, y los inhaladores digitales aportan datos en tiempo real sobre el grado de adherencia a la medicación de control, uso de beta-agonistas de acción corta y técnica de uso del inhalador (25). La sanidad digital ha tenido hasta la fecha mayor desarrollo en otras especialidades, por ejemplo, en el tratamiento y seguimiento de diabetes con los sensores de monitorización continua de glucemia (26) y otras aplicaciones, y el desarrollo y validación de biomarcadores digitales centrados en el paciente para asma y rinitis alérgicas podría aumentar la utilidad de los modelos de prestación digitales además de tener aplicaciones en la práctica presencial (27). Las intervenciones remotas, digitales, son generalmente bien aceptadas por los pacientes y los profesionales (28), y pueden mejorar el seguimiento del asma especialmente cuando incluyen inhaladores conectados y elementos de software para evaluar síntomas y grado de control, y para facilitar la educación y activación del paciente en el seguimiento de su enfermedad (29). Las tecnologías digitales posibilitan teóricamente el diseño de nuevos modelos asistenciales que, en combinación con la atención presencial, mejoren el control del asma, aunque aún son escasos los estudios de eficacia clínica de estos nuevos enfoques terapéuticos (30).
En años recientes hay publicaciones sobre la utilización de terapias digitales en dermatitis atópica como complemento al tratamiento habitual y con buenos resultados en la reducción de síntomas (31), de apps para el seguimiento de actividad y control en urticaria crónica espontánea (32), y de diversas aplicaciones digitales en la gestión de la inmunoterapia con alergenos, en la estratificación de pacientes, en su seguimiento y en la evaluación de eficacia, si bien, señalan los autores, son necesarios más estudios para comprobar su eficacia en mejorar resultados asistenciales (33).
La inteligencia artificial es una tecnología emergente con gran potencial disruptivo en diversos sectores de actividad y también en la medicina y la sanidad. En alergología, se explora (34) su utilización en, entre otros casos de uso, investigación básica y clínica (ensayos clínicos descentralizados, gemelos digitales), su integración en dispositivos de monitorización remota, el desarrollo de modelos predictivos de curso de la enfermedad, o en el diagnóstico y fenotipado de pacientes, si bien aún existen numerosos retos técnicos, éticos y regulatorios que afrontar antes de generalizar la utilización de esta tecnología en la práctica diaria.
La expansión de la telemedicina y otras formas de sanidad digital es un fenómeno reciente y su adopción en alergología y en otras especialidades está aún en una fase temprana. Estas nuevas modalidades asistenciales ofrecen diversos beneficios potenciales que deben ser balanceados por las limitaciones inherentes a servicios provistos a distancia -sin estar el paciente “presente”- y en algunos casos utillizando algoritmos automatizados. La evaluación y uso de los nuevos modelos digitales debe seguir las mismas reglas exigidas a otras tecnologías sanitarias y al estándar de calidad de los procesos asistenciales de demostración de evidencia científica y respeto a las preferencias e individualidad del paciente, priorizando la seguridad de los procedimientos y la privacidad de los datos. Adicionalmente, para que la sanidad digital llegue a tener impacto en la práctica asistencial, es necesario que los profesionales y las sociedades médicas desarrollen guías clínicas y protocolos, para cada especialidad, enfermedad y procedimiento (35). Aún es escasa la evaluación de impacto asistencial de soluciones de sanidad digital utilizando ensayos prospectivos aleatorizados controlados, y de impacto económico comparando resultados asistenciales y costes medidos longitudinalmente, y tal vez sea necesario también emplear nuevas metodologías de evaluación en esta área (36-38). Otro reto pendiente es la evaluación comparada de modelos asistenciales híbridos que combinen intervenciones presenciales y digitales, especialmente porque aún hay pocos ejemplos de su implementación (39). En cualquier caso, parece imperativo abordar el reto de adaptar las guías clínicas en medicina a la era digital (40).
La regulación de tecnologías digitales en sanidad fue una restricción a su adopción prepandemia y actualmente es un proceso en evolución (41), al igual que su reembolso o financiación, tanto en sistemas públicos como privados (42). Ambos factores tendrán gran influencia en el ritmo de adopción de estas nuevas modalidades asistenciales. La actitud que adopten médicos y otros profesionales será también un elemento crítico en la evolución de la sanidad digital: existen barreras relacionadas con el acceso a estas tecnologías y a formación específica en ellas, y también dudas sobre su utilidad y sobre el impacto que puedan tener en la carga de trabajo asistencial (43).
El gran desarrollo reciente de telemedicina y otras formas de sanidad digital presenta la posibilidad de innovar y de actualizar guías clínicas, protocolos y modelos asistenciales en alergología al igual que en otras especialidades, pero aún existen limitaciones y retos que superar antes de que estas nuevas modalidades sean adoptadas de forma generalizada en la práctica diaria (44).
Las enfermedades alérgicas suponen una carga de salud que afecta a todos los grupos de edad y que pueden manifestarse temprano en la vida como dermatitis atópica, alergia alimentaria, rinitis/conjuntivitis alérgica y asma alérgica.
En una revisión bibliográfica recientemente publicada por Dwived y col.1 revisan las estrategias de prevención que se pueden implementar en cada etapa de la vida:
Dado que el sistema inmunológico es más plástico en la primera infancia, esta etapa se considera ideal para llevar a cabo medidas para prevenir enfermedades alérgicas. En este sentido, se han investigado los efectos preventivos de la inmunoterapia con alérgenos (AIT). La evidencia para aplicar la inmunoterapia preventiva con alérgenos (pAIT) está creciendo rápidamente, aunque aún enfrenta desafíos debido a factores relacionados con la edad y que los datos son limitados.
Esta revisión presenta un resumen actualizado de la evidencia disponible sobre aspectos preventivos de AIT con alérgenos respiratorios en nuevas sensibilizaciones, inicio y progresión de enfermedades alérgicas, así como otros efectos inmunomoduladores, centrándose particularmente en niños.
Los autores realizaron una búsqueda en PubMed, Embase y el Registro Central de Ensayos Controlados de Cochrane (CCRCT) para estudios pediátricos sobre AIT con alérgenos inhalantes. Se evaluaron 33 publicaciones de 27 cohortes. En estos informes, participaron 2952 niños y 1491 fueron tratados activamente.
Según los datos obtenidos, la prevención primaria con pAIT parece segura, aunque con resultados inciertos. En uno de los ensayos se observó una efecto preventivo para nuevas sensibilizaciones transitorio y no alérgeno-específico al final del tratamiento (pero no durante ni tras el tratamiento). La reducción en la proporción de asma solo se evidenció después de una prolongación en uno de los estudios. Por tanto, este enfoque plantea algunos retos que aclarar, incluyendo la identificación de sujetos y la optimización de la dosis y duración efectivas.
La prevención secundaria sí demostró ser viable y segura según esta revisión. En un ensayo clínico doble ciego controlado con placebo se evaluó la prevención secundaria en niños asintomáticos y sensibilizados a ácaros o polen de gramíneas. Tras dos años de tratamiento con inmunoterapia sublingual, en este estudio no se observó una prevención en nuevas sensibilizaciones y tampoco mostró datos en relación al inicio de la enfermedad alérgica. Sin embargo, se describieron efectos pro-tolerogénicos como el desarrollo de IgG específica en el grupo activo y la inducción de citoquinas reguladores: Il10 y TGF-b. Por tanto, los niños en edad preescolar sensibilizados pero asintomáticos podrían ser objeto de intervención a este nivel de prevención.
La prevención terciaria fue estudiada en 28 publicaciones. Cambios en la tasa de sensibilización fueron reportados en 13 grupos al final del tratamiento. 6 de ellos observaron protección frente a nuevas sensibilizaciones en los grupos activos. En 9 publicaciones se evidenció un efecto tras el tratamiento en desarrollo de nuevas sensibilizaciones. 4 de ellos reportaron efectos favorables, mientras que en uno se observó un incremento en nuevas sensibilizaciones en el grupo activo. En 3 de 5 cohortes hubo un efecto de la pAIT sobre la progresión de la rinoconjuntivitis alérgica. La persistencia a largo plazo de este efecto se observó en 2 cohortes. 5 estudios que analizaban parámetros inmunomoduladores reportaron efectos favorables al final y tras el tratamiento (incremento en los niveles de IgG e IgG4 específicas, citoquinas reguladoras o niveles bajos de eosinófilos). Por tanto, a nivel de prevención terciaria, los resultados sobre la eficacia de la pAIT en nuevas sensibilizaciones o la progresión de la enfermedad alérgica se describen de manera inconsistente. Los autores concluyen que evaluar la eficacia de este enfoque es complejo y requiere más ensayos, particularmente enfocados en aspectos preventivos.
Los posibles mecanismos subyacentes a la inducción de tolerancia en AIT se han observado en niveles de prevención terciaria y secundaria, pero no en el nivel primario. Para la prevención primaria, algunos autores sugirieron que la inducción de tolerancia específica de alérgeno podría requerir un paso obligatorio que implicara la activación transitoria de la inmunidad primaria. En los otros niveles de prevención (secundaria y terciaria), los posibles mecanismos tolerogénicos incluyen la regulación positiva de IgG1 e IgG 4, principalmente, pero también IgA1 e IgA2. Estos anticuerpos pueden poseer capacidad neutralizante y podrían competir con IgE por el alérgeno. También pueden prevenir la activación de mastocitos y basófilos e inducir células B, que secretan estos anticuerpos bloqueadores y son responsables de la inmunotolerancia a largo plazo. Otras respuestas celulares implican la reducción del reclutamiento de eosinófilos, la supresión de células Th2 y la inducción de poblaciones de células reguladoras (de células linfoides innatas, células dendríticas, células T y B) y respuestas de citoquinas reguladoras (IL10 y TGF β), restableciendo el equilibrio Th1-Th2.
Según los autores, los efectos diferenciales de pAIT en cada etapa del desarrollo de niños y adolescentes deben ser evaluados para identificar la ventana de oportunidad para la prevención. Enfatizan en un inicio temprano de pAIT, ya que tener como objetivo el sistema inmunológico infantil puede ofrecer beneficios preventivos más efectivos y duraderos. Tener una sensibilización, especialmente polisensibilizaciones, a la edad escolar ya eleva el riesgo de asma en la edad adulta. Por lo tanto, los niños entre 5 meses y la edad preescolar, con un riesgo alto de desarrollar alergias debido a antecedentes familiares positivos, teniendo un menor grado de sensibilización y sin síntomas alérgicos o con síntomas leves, parecerían óptimos para pAIT.
El pAIT de ácaros es el más comúnmente estudiado. A diferencia de las mezclas heterogéneas de alérgenos, la aplicación de monoterapia de ácaros para la prevención primaria mostró un efecto protector sobre el desarrollo de nuevas sensibilizaciones.
Se ha establecido que la administración de AIT debe durar 2–3 años para lograr una inmunotolerancia duradera. Se están explorando regímenes de tratamiento más cortos, aunque el valor definitivo de los mismos aún no se ha aclarado, particularmente para enfoques de prevención primaria y secundaria.
Los autores de la revisión concluyen explicando que la eficacia global de pAIT sigue sin aclararse en niños debido a la naturaleza multifactorial de los resultados. La prevención secundaria parece factible y puede inducir inmunotolerancia. La prevención terciaria usando pAIT de pólenes de gramíneas y/o árboles parece ser capaz de prevenir la progresión de rinoconjuntivitis a asma, aunque los beneficios de pAIT basada en otras fuentes de alérgenos no son concluyentes. Es necesario definir la dosis óptima de alérgenos, adyuvantes y vías de administración.
La infancia representa una ventana de oportunidad para iniciar medidas profilácticas, pero se necesitan ensayos pediátricos adicionales bien diseñados para comprender los efectos preventivos de la AIT sobre las nuevas sensibilizaciones, el inicio y la progresión de enfermedades alérgicas junto con los beneficios inmunomoduladores.
Mercedes Ramírez Hernández. Complejo Hospitalario Universitario de Cartagena.Comité de Alergia Infantil SEAIC.
Bibliografía:
1,. Varsha Dwived, Sonja Kopanja, Klara Schmidthaler, Justyna Sieber, Christina Bannert, Zsolt Szépfalusi. Preventive allergen immunotherapy with inhalant allergens in Children. Allergy. 2024;79:2065–2087. DOI: 10.1111/all.16115
Capítulo 1. Metodología diagnóstica en la alergia a alimentos. (5339 descargas )
Capítulo 2. Alergia a proteínas de leche de vaca. (7249 descargas )
Capítulo 3. Alergia al huevo. (5058 descargas )
Capítulo 4. Alergia a legumbres. (5314 descargas )
Capítulo 5. Alergia a pescados. (9307 descargas )
Capítulo 6. Alergia a mariscos. (7389 descargas )
Capítulo 7. Alergia a los frutos secos. (8833 descargas )
Capítulo 8. Alergia a frutas y hortalizas. (7528 descargas )
Capítulo 9. El síndrome látex-frutas. (8112 descargas )
Capítulo 10. Reacciones alérgicas graves por alimentos. (3160 descargas )
Capítulo 11. Tratamiento y prevención de la alergia a alimentos. (3392 descargas )
Capítulo 1. Urticaria crónica y autoinmunidad (11737 descargas )
Capítulo 2. Autoinmunidad tiroidea e infección por H. pylori en la urticaria crónica (6492 descargas )
Capítulo 3. Avances en el tratamiento de la urticaria crónica (8508 descargas )
Capítulo 4. Angioedema por déficit de C1-inhibidor (16622 descargas )
Capítulo 5. Patogenia de la dermatitis atópica: hallazgos y controversia. (5303 descargas )
Capítulo 6. Dermatitis atópica extrínseca. Métodos diagnósticos. (3699 descargas )
Capítulo 7. Tratamiento de la dermatitis atópica. (6965 descargas )
Capítulo 8. Nuevos contactantes ocupacionales (1991-2001) (3571 descargas )
Capítulo 9. Dermatitis de contacto por medicamentos. (20067 descargas )
Capítulo 10. Guantes y patología alérgica. (10794 descargas )
Capítulo 11. Dermatitis de contacto por cosméticos. (8093 descargas )
Por fin llega el verano para disfrutar de unos días de ocio y descanso aprovechando el buen tiempo. Siempre pensamos en las vacaciones como el momento de viajar tanto a lugares nacionales como internacionales, de comer en restaurantes o bares fuera de nuestro domicilio y por supuesto de celebraciones y meriendas en reuniones familiares y fiestas.
Estas situaciones son de riesgo para las personas con alergia alimentaria, ya que puede ser más complicado la evitación de los alimentos a los que se es alérgico y porque, en ocasiones como las celebraciones, se suelen relajar las medidas de vigilancia. Así que nos gustaría daros una serie de consejos para poder disfrutar de los meses del verano sin sobresaltos ni sustos.
Desde los Comités de Alergia a Alimentos y de Alergia Infantil de la SEAIC queremos haceros llegar, tal y como hemos hecho en los últimos años, una serie de tips, recomendaciones y consejos:
1 – Usa la medicación de mantenimiento para el asma u otras enfermedades crónicas a diario sin olvidos.
Es importante no olvidaros de mantener el tratamiento que utilizáis a diario para enfermedades como son el asma bronquial, la dermatitis atópica, la esofagitis eosinofílica y/o la rinoconjuntivitis. Recordad que, si no mantenemos un buen control de estas enfermedades, sobre todo del asma bronquial, el riesgo de presentar una reacción alérgica alimentaria grave es mucho mayor, así que lleva siempre tu inhalador y/o medicación contigo y úsala a diario.
2 – No olvides tus informes y los protocolos de actuación recomendados.
Cuando vayas a viajar fuera de casa o en el caso de los niños, a campamentos de verano, lleva siempre contigo los informes médicos que indiquen qué tipo de alergia alimentaria tienes, qué alimentos debes de evitar y qué tratamiento se debe administrar si presentas una reacción alérgica. En los campamentos, los monitores deben tener formación para saber reconocer los síntomas de alergia y el tratamiento a administrar. Deben estar bien informados de a qué alimento tiene alergia cada niño, qué alimentos tolera, qué síntomas ha presentado en reacciones previas y saber reconocer de forma precoz una reacción potencialmente grave.
Si por algún motivo no dispones de un plan de tratamiento, existe un Protocolo de actuación ante reacciones alérgicas realizado por la Asociación Española de Personas con Alergia a Alimentos y Látex (AEPNAA), que está avalado por la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) y que se utiliza habitualmente como guía para el tratamiento de reacciones alimentarias en el ámbito escolar, el cual te dejamos a continuación: https://www.aepnaa.org/recursos/aepnaa/pdf/protocolo.pdf
Por supuesto, tampoco te olvides de llevar contigo tu tarjeta sanitaria, al igual que llevas contigo el DNI o el pasaporte y deberás solicitar la tarjeta sanitaria europea (TSE) cuando se vaya a viajar a países del territorio del Espacio Económico Europeo, Reino Unido o Suiza.
3 – Ten a mano tu medicación y teléfonos de contacto/emergencias siempre.
Es importante tener los contactos de los teléfonos de emergencias del lugar donde se viaja y llevar un botiquín preparado en el que incluyas toda la medicación que podrías necesitar en caso de presentar una reacción alérgica. Ten a mano siempre toda la medicación indicada en el informe médico de tu alergólogo (antihistamínicos, inhaladores bronquiales de acción rápida, corticoides orales …) y por supuesto ADRENALINA AUTOINYECTABLE.
No olvides que la adrenalina es el tratamiento específico y de primera línea en la anafilaxia, por lo que se debe conocer las situaciones en las que debe ser administrada y cómo hacerlo, además del lugar de administración, se recomienda que los pacientes y sus cuidadores practiquen regularmente cómo administrar la adrenalina y el resto de medicación para estar preparados en caso de una emergencia.
En el caso de los niños con alergia alimentaria es importante que haya dos personas responsables familiarizadas, esto se debe a que una sola persona puede estar ausente o incluso puede necesitar asistencia adicional durante una reacción alérgica. La presencia de dos cuidadores capacitados y conscientes de la situación aumenta las posibilidades de una respuesta rápida y adecuada ante una emergencia. La medicación necesaria, especialmente la adrenalina autoinyectable, debe estar accesible de forma rápida y el niño estar siempre acompañado y vigilado en caso de reacción.
Si se viaja en avión, tren o barco, puede solicitar a su alergólogo el Documento que acredita la necesidad de portar adreanlina autoinyectable en medios de transporte (https://www.seaic.org/documentos/adrenalina-en-medios-de-transporte) confeccionado por el Comité de Alergia a Himenópteros de la SEAIC en sus versiones en inglés, francés y español.
Comprueba que tu medicación no está caducada y revisa de vez en cuando el modo de empleo del autoinyector de adrenalina (puedes leerlo en el envase, pero recuerda no emplearlo si no es necesario, solo tienen un uso).
4 – Ten cuidado, especialmente cuando comas fuera de casa.
Sé muy cuidadoso y extrema las precauciones especialmente cuando comas fuera de casa, habitualmente las reacciones más graves ocurren fuera del hogar, principalmente en restaurantes, fiestas o reuniones.
Cuando comas en un restaurante, lee detenidamente la carta y ante la duda, pregunta directamente a los empleados sobre los ingredientes y/o si el plato que se va a consumir contiene aquello a lo que se es alérgico, antes de elegir la comida. Incluso se ha de comunicar que es preciso evitar la contaminación cruzada, ya que los alimentos pueden contaminarse con otros como en la utilización de planchas, batidoras, hornos, freidoras o incluso las superficies de cocinado de los alimentos… Además, nunca debes compartir comida ni los cubiertos con otras personas para evitar contaminación cruzada con otros platos. Estas recomendaciones son esenciales si tienes una alergia alimentaria muy sensible, con síntomas tras el contacto cutáneo con los alimentos a los que se es alérgico/a, o que incluso las trazas de éstos o la inhalación de los vapores de su cocinado, como es el caso de los algunos alérgicos a pescados, ya que el mínimo contacto puede tener consecuencias muy graves. En caso de viajes al extranjero es importante conocer el nombre de los alimentos a los que se tiene alergia en el idioma del país y en inglés, revisar siempre el etiquetado de los alimentos.
En general, las reacciones alérgicas a alimentos son causadas por nueve grupos de alimentos: cuatro de origen animal y cinco de origen vegetal. En países desarrollados, son ocho los alérgenos principales que deben ser declarados obligatoriamente en las etiquetas de los alimentos. Además, la normativa europea es más estricta, exigiendo la declaración de 14 alérgenos: cereales con gluten, crustáceos, moluscos, huevos, pescado, frutos de cáscara, altramuces, apio, mostaza, sésamo y sulfitos.
Finalmente, sólo queda desearos desde los Comités de Alergia a Alimentos y Alergia Infantil de la SEAIC un feliz y seguro verano libre de reacciones alérgicas.
Os presentamos el curso TRIPLE ASMA, patrocinado por Chiesi y Avalado por la SEAIC, un programa online avanzado diseñado específicamente para especialistas en alergología,
neumología, medicina familiar y comunitaria. Este curso se centra en la actualización de conocimientos y el desarrollo de habilidades en el manejo del asma incluyendo la utilización de la triple terapia
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