La alergia al veneno de himenópteros (abejas, avispas, etc.) no es una enfermedad genética o de nacimiento, sino que se puede desarrollar a lo largo de la vida tras haber sufrido picaduras de estos insectos y haberse sensibilizado a ellos. El estudio alergológico está indicado en pacientes que, o bien han sufrido una reacción generalizada con alguna de estas picadura, o que presentan reacciones locales extensas y tienen una alta exposición o mala calidad de vida, con el objetivo de demostrar la presencia de sensibilización específica mediada por IgE frente al veneno del insecto responsable y valorar si son candidatos a recibir una inmunoterapia con alérgenos (vacuna). Por lo tanto, no está indicado el estudio predictivo ni preventivo en pacientes con miedo a las reacciones o con antecedentes familiares de esta alergia.
Para realizar un diagnóstico correcto, se disponen de una serie de procedimientos que explicamos a continuación:
Historia clínica
Es la herramienta fundamental. Los síntomas presentados con la picadura permiten conocer el tipo de reacción sufrida. Es decir, si se trató de una reacción local normal, local extensa, sistémica o incluso si pueden existir otras enfermedades asociadas como los síndromes de activación mastocitaria. Debe recogerse el número y la zona de las picaduras recibidas, el intervalo de tiempo entre la picadura y el inicio de los síntomas y el tratamiento que se administró en ese momento. Otro aspecto muy importante es la identificación del insecto picador. En algunas ocasiones puede parecer más evidente, aunque en otras es posible que sea ambiguo o realmente difícil. El entorno en el que se produce la picadura puede ayudar a ello, sobre todo con respecto al lugar donde sucedió, época del año, comportamiento del insecto, alimentos cercanos, persistencia del aguijón tras la picadura o presencia cercana de nidos o de colmenas. Es posible que esta información pueda sugerir el género del himenóptero, si se trataba de una avispa (Vespula, Dolichovespula, Vespa, Polistes), una abeja (Apis) o un abejorro (Bombus), entre los más habituales. Incluso, en el caso de que se pudiera haber recogido el insecto que picó, se podría aportar el ejemplar en la consulta.
El cuestionario de calidad de vida (HiCaVi), validado por nuestro comité de la SEAIC, permite evaluar este aspecto en este grupo de pacientes y apoyar la indicación de tratamiento con inmunoterapia en algunos casos.
Pruebas cutáneas
Se realizan de dos tipos: Intraepidérmicas o skin prick test, que son similares a las que se hacen en el estudio de pólenes y de otros alérgenos respiratorios ; e intradérmicas, a concentraciones crecientes seriadas. Su positividad es suficiente para demostrar sensibilización.
Pruebas de laboratorio
Mediante una analítica de sangre se pueden medir las IgE específicas frente a venenos completos, que son los anticuerpos que una persona puede generar después de recibir picaduras. Se consideran positivas a partir de 0,1 kUA/L.
El conocido como diagnóstico molecular permite detectar anticuerpos frente a alérgenos concretos para conocer la clase de proteínas que han podido causar la alergia. Es útil en el caso de que varios venenos sean positivos, con el fin de poder diferenciar entre si estamos sensibilizados de forma primaria a uno solo, a varios a la vez (cosensibilización) o si es por el fenómeno de reactividad cruzada (que es la positividad de varios pero por la composición parecida entre ellos).
El uso de otras técnicas de laboratorio más complejas como el CAP-Inhibición o el test de activación de basófilos (TAB) permiten aumentar la precisión y poder llegar a un diagnóstico definitivo.
Además, en todo paciente que haya sufrido una anafilaxia debe solicitarse una triptasa basal, que es una proteasa que puede estar elevada en algunas patologías del sistema inmunitario.
La prueba de exposición mediante repicadura controlada con el propio insecto no está indicada como método diagnóstico por motivos éticos, pero sí es un procedimiento utilizado en pacientes que ya están recibiendo una vacuna y que tiene como objetivo comprobar la eficacia de este tratamiento.
En el caso de pacientes con una historia de una reacción sistémica y un estudio temprano negativo, hay que repetir las pruebas aproximadamente 1-2 meses después, ya que existe un periodo de tiempo en el que pueden darse falsos negativos. Sin embargo, en un 15% de los pacientes con una historia sugerente de alergia no se llega a detectar IgE específica frente a venenos. Igualmente, es importante señalar que los resultados de estas pruebas no se correlacionan con la gravedad de la picadura ni con el riesgo de tener una nueva reacción generalizada posterior.
Finalmente y teniendo en cuenta lo anterior, queda de manifiesto la relevancia de ser valorado por un médico alergólogo, quien brindará a sus pacientes el diagnóstico más preciso y los mejores cuidados.
Jesús Macías Iglesias
Médico Especialista en Alergología
Miembro del Comité de Alergia a Himenópteros y Mastocitosis de la SEAIC
Bibliografía: Comité de Alergia a Himenópteros de la SEAIC. Algoritmo básico: Alergia al veneno de los himenópteros. En: Alergia a Himenópteros: Recomendaciones y algoritmos de práctica clínica de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica. Actualización. Majadahonda (Madrid): ERGON; 2021. 11-21. ISBN: 978-84-18576-24-9
Las picaduras de abejas y avispas son relativamente frecuentes. Se estima que entre el 56 al 94% de los adultos han sido picados al menos una vez en su vida. A pesar de estos datos, las reacciones por picaduras que precisan de tratamiento médico son menos frecuentes. Es por este motivo que debemos de poder identificar de forma correcta aquellas reacciones graves o potencialmente graves de aquellos que no lo son y consultar con el Especialista en Alergología cuando la situación lo amerite.
¿Por qué se producen las reacciones por las picaduras de las abejas y las avispas?
El veneno de las abejas y avispas está compuesto por diferentes proteínas y enzimas que al ser inoculadas producen, en la mayoría de personas, una reacción tóxica local no alérgica (reacciones locales). Solo en aquellos individuos que previamente han sido picados y que han formado anticuerpos específicos para el veneno (sensibilizados), la picadura puede desencadenar reacciones posteriores graves (reacciones alérgicas).
¿Qué son las reacciones locales?
La mayoría de las reacciones locales (RL) se producen como respuesta a los diferentes componentes tóxicos del propio veneno (reacciones no alérgicas). Se caracterizan por picor, dolor e inflamación en el sitio de la picadura. El picor es molesto, el dolor no suele ser muy intenso y el diámetro de la inflamación no supera los 10 cm de diámetro. Son reacciones que desaparecen en menos de 48 horas.
Si el diámetro de la inflamación se extiende por más de 10 cm, abarca más de 2 articulaciones y persiste durante más de 48 horas se le considera una Reacción Local Extensa (RLE). Estas reacciones se deben a un mecanismo alérgico y se presentan en individuos previamente sensibilizados, aquellos que han desarrollado anticuerpos específicos por picaduras previas.
¿Qué son las reacciones sistémicas?
Las Reacciones Sistémicas se presentan solo en personas alérgicas. Se estima que apenas un 2,3 a 2,8% de las picaduras pueden desarrollar una reacción de este tipo. A pesar de ser un porcentaje bajo estas reacciones son potencialmente mortales por lo que merecen toda nuestra atención.
Las Reacciones Sistémicas (RS) se pueden presentar a los pocos minutos tras la picadura. Además de la reacción local en el sitio de la picadura, las Reacciones Sistémicas se caracterizan por la presencia de síntomas que pueden afectar cualquier a órgano desde prurito, urticaria generalizada, malestar general, hasta dificultad para respirar, náusea, vómitos, diarrea, relajación de esfínteres, debilidad, confusión, hipotensión, pérdida de consciencia (Shock Anafiláctico). Debido a la gravedad de esta reacción, la rápida actuación en estos casos puede salvarles la vida a los pacientes.
¿Cómo se tratan las reacciones por picaduras de abejas y avispas?
Es muy importante retirar, si lo hubiese, el aguijón. En el caso de las abejas, el saco del veneno unido al aguijón puede continuar inyectando veneno incluso sin la presencia del insecto.
Se recomienda, además, lavar la zona de la picadura, colocar frío local y si el picor es muy molesto se pueden tomar antihistamínicos orales. Si se trata de una reacción local extensa, además de las medidas anteriores es recomendable el uso corticoides. Para las reacciones sistémicas el uso de auto Inyectores de adrenalina es indispensable. Los pacientes alérgicos deben de portar siempre consigo un “kit de emergencia” con al menos 2 auto inyectores de Adrenalina así como el resto de medicación (antihistamínicos y corticoides).
En caso de presentar una reacción local extensa o una reacción sistémica, es imprescindible acudir al alergólogo para que estudie el caso y vea si es subsidiario de recibir vacuna frente al insecto responsable de la reacción. Este tratamiento es el único capaz de evitar reacciones posteriores.
Federico de la Roca Pinzón
Especialista en Alergología
Miembro Comité Himenópteros de SEAIC
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En el siguiente enlace puede descargar el Cuestionario de Calidad de Vida en Pacientes Alérgicos a Veneno de Himenópteros
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