Apreciados socios:
De nuevo la tragedia se ceba en los miembros de la SEAIC. Ayer falleció trágicamente en accidente de circulación la Dra. Carmen Morales Amodeo, socia de la SEAIC desde 1983. Sevillana de nacimiento y formada en Valencia, últimamente trabajaba en el servicio de Alergia del Hospital de Huelva.
La Junta Directiva de la SEAIC desea expresar su más sentido pésame por este suceso a sus familiares, amigos y compañeros de trabajo.
Descanse en Paz.
NB: Asimismo, deseamos una pronta recuperación a su acompañante en este trágico suceso, también alergóloga y miembro de la SEAIC, la Dra. Cesárea Sánchez Hernández.
Situación actual y epidemiología
Durante mucho tiempo se pensó que la dermatitis alérgica de contacto (DAC) era una enfermedad exclusiva del adulto. Sin embargo, estudios recientes revelan una prevalencia similar a la de adultos, con casos descritos incluso en lactantes (1). Se estima que hasta un 16–20% de la población pediátrica está sensibilizada a algún alérgeno, aunque muchos casos no se diagnostican porque los síntomas se confunden con otras afecciones más comunes, como la dermatitis atópica (DA) (1,2). De hecho, menos del 10% de las pruebas epicutáneas se realizan en niños, lo que contribuye a este infradiagnóstico (1).
Dermatitis atópica y dermatitis alérgica: ¿cómo se relacionan?
La DAC y la DA pueden coexistir y a menudo se solapan, ya que ambas provocan inflamación y picor. Más de un tercio de los niños con DAC tienen también DA (1), y en muchos casos, los productos utilizados para tratar la piel atópica contienen ingredientes sensibilizantes que agravan los síntomas (1). Esta superposición puede dificultar el diagnóstico y retrasar el tratamiento adecuado.
En niños con DA, debe sospecharse una DAC cuando la dermatitis es recalcitrante al tratamiento convencional, presenta una distribución atípica (como afectación localizada de párpados, labios, manos, pies o zona del pañal), o empeora con el uso de productos destinados al cuidado de la piel atópica, los cuales pueden contener alérgenos como fragancias, lanolina o conservantes. También debe considerarse la DAC si las lesiones se localizan en áreas en contacto con cosméticos, cremas, ropa, joyas, materiales escolares o deportivos. En estos casos, la realización de pruebas epicutáneas permite identificar alérgenos relevantes y guiar el tratamiento (1,3).
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico de la DAC en niños se basa en la historia clínica detallada y en la realización de pruebas epicutáneas, que son el método de referencia para identificar alérgenos causantes. Estas pruebas consisten en aplicar parches con alérgenos sobre la espalda del niño, retirarlos a las 48 horas, y realizar segunda lectura a las 72-96 horas. También se puede complementar con pruebas como el ROAT (Repeat Open Application Test), una prueba sencilla, no invasiva, que se utiliza para evaluar si un producto concreto (como una crema, cosmético o medicamento tópico) está causando una DAC. Es especialmente útil en niños o cuando no es posible realizar pruebas epicutáneas estándar (3,4).
En 2015, la EAACI (European Academy of Allergy and Clinical Immunology) propuso una batería reducida de alérgenos como herramienta práctica y segura para facilitar el diagnóstico en población pediátrica (5). Con el tiempo, la experiencia clínica y nuevas evidencias han puesto de manifiesto la necesidad de considerar también alérgenos emergentes, cada vez más presentes en productos infantiles como la metilisotiazolinona aislada, hidroperóxidos de limoneno y linalol, benzofenonas, 3-dimetilaminopropilamina (DMAPA), isobornil acrilato y clorhexidina. Además, se recomienda adaptar las pruebas a la exposición individual de cada paciente y complementarlas con productos propios y alérgenos actuales, con el objetivo de optimizar la precisión diagnóstica en niños (6-8).
¿Cuáles son los alérgenos más frecuentes?
En los niños, los alérgenos más comunes que pueden causar DAC incluyen (8-13):
Además de los alérgenos clásicos, en los últimos años se han identificado alérgenos emergentes en la población pediátrica. Entre ellos destacan la benzisotiazolinona, presente en ropa, calzado y detergentes (5); la acetofenona azina, un derivado de la goma EVA presente en espinilleras y calzado infantil (6); el isobornil acrilato (IBOA), utilizado en dispositivos médicos como las bombas de insulina (4); la benzofenona-4, presente en algunos protectores solares; y la clorhexidina, cuyo uso cada vez más frecuente en antisépticos se ha relacionado con un aumento de casos de sensibilización (8–13).
Estrategias de prevención
Una de las estrategias más prometedoras es el enfoque PEAS (Pre-Emptive Avoidance Strategy), que propone evitar desde el inicio los alérgenos más comunes en productos infantiles. Esta medida preventiva puede aplicarse incluso sin diagnóstico previo, especialmente en niños con piel sensible o antecedentes de dermatitis, para prevenir sensibilizaciones en la población pediátrica (14).
Manejo y tratamiento
El tratamiento principal es la evitación del alérgeno, una vez identificado mediante pruebas epicutáneas. Para controlar los brotes, se utilizan corticoides tópicos suaves, inmunomoduladores y emolientes para restaurar la barrera cutánea. En casos más graves, puede ser necesaria la fototerapia o tratamiento sistémico (3,4). El seguimiento debe incluir educación continua a las familias, revisión de productos y apoyo emocional, ya que un manejo adecuado mejora significativamente la calidad de vida del niño y su entorno (1,14).
Autora: Dra. Ana Láinez Nuez. Servicio de alergología, Hospital IMED Valencia. Comité de Alergia Infantil SEAIC
Bibliografía
Como sabemos, la temporada navideña suele estar llena de alegrías e ilusiones, pero puede resultar una época estresante y un desafío si su hijo padece de alergias alimentarias, ya que representa un momento especialmente crítico al aumentar el riesgo de sufrir una reacción alérgica. Los motivos pueden ser diversos:
Por todas estas circunstancias, es necesario extremar las precauciones que se deben seguir y adaptar los platos que se preparen a las necesidades de los niños para evitar reacciones alérgicas. Con la intención de que los padres se sientan más seguros y preparados para minimizar los riesgos durante las Navidades, recopilamos las siguientes recomendaciones:
Por último, además de todas las precauciones anteriores es imprescindible tener en cuenta las siguientes consideraciones generales:
Las fechas navideñas se acercan, no son pocas las tentaciones que nos empujan a celebrar unas fiestas como las de toda la vida, pero por segundo año consecutivo continúan condicionadas por la pandemia de Coronavirus. Ahora más que nunca, debemos respetar y cumplir las recomendaciones y restricciones en vigor dadas por las autoridades sanitarias frente al COVID 19. Con ello, evitaremos poner en riesgo a nuestras familias y a los demás, ayudándonos a mantenernos seguros mientras disfrutamos de las Navidades.
Dorimar Brugaletta Matheus. Hospital del Vinalopó, Elche, Alicante. Comité de Alergia Infantil SEAIC.
BIBLIOGRAFIA.
El diagnóstico de alergia alimentaria constituye un problema de salud grave y potencialmente crónico que puede afectar negativamente la vida de los niños y sus cuidadores con importantes implicaciones psicológicas, emocionales y económicas.
Los niños son, generalmente, asintomáticos en ausencia del alérgeno. Algunos cuidadores han declarado que la «invisibilidad» de la alergia alimentaria puede hacer que no se reconozca la importancia de los planes de manejo o no haya una respuesta adecuada a las adaptaciones solicitadas para el niño.
Por otra parte, las reacciones por exposición accidental a los alérgenos no son infrecuentes, incluso cuando se hayan adoptado cuidadosas medidas de prevención y estricta dieta de evitación. Este hecho puede agravar la ansiedad de los padres y reforzar la percepción de necesidad de mayor vigilancia.
La falta actual de tratamientos curativos para la alergia alimentaria requiere que los padres y cuidadores adopten comportamientos de vigilancia para evitar el alérgeno, que pueden afectar negativamente la calidad de vida y provocar ansiedad entre los padres, lo que a su vez puede obstaculizar el desarrollo del niño y afectar las relaciones con los demás.
No hay revisiones publicadas que examinen las intervenciones destinadas a mejorar el bienestar de los cuidadores de niños con alergia a alimentos.
Varios estudios han identificado que la alergia alimentaria en los niños está relacionada con una peor calidad de vida del cuidador. Sin embargo, no está claro qué intervenciones son más efectivas para mejorar los resultados para los cuidadores de niños alérgicos a alimentos.
Sugunasingha N, Jones FW, Jones CJ. Interventions for caregivers of children with food allergy: A systematic review. Pediatr Allergy Immunol. 2020;31: 805-812
Esta revisión tuvo como objetivo identificar y determinar la eficacia, aceptabilidad y calidad de las intervenciones para los cuidadores de niños con alergia alimentaria.
Se realizó una búsqueda sistemática de cuatro bases de datos para identificar estudios que evaluaran cualquier intervención que tuviera como objetivo el bienestar y el apoyo de los cuidadores de niños con alergia alimentaria. Los estudios no se excluyeron según el diseño y se calificaron según la calidad mediante la herramienta de evaluación de métodos mixtos y la herramienta Cochrane de riesgo de sesgo para ensayos controlados aleatorios.
Quince estudios cumplieron los criterios de inclusión. Todas las intervenciones tuvieron una alta aceptabilidad de los participantes; Se observó alguna evidencia de intervenciones cognitivo-conductuales en el apoyo a las madres. Las intervenciones educativas tendieron a asociarse con mejoras en el conocimiento de la alergia alimentaria.
Los autores concluyen que, aunque los resultados de esta revisión no son lo suficientemente concluyentes para realizar recomendaciones sólidas respecto a la intervención más eficaz que podría implementarse en contextos clínicos, los médicos deben ser conscientes de las necesidades crecientes de esta población.
Asimismo, es evidente la escasez de investigaciones de calidad que evalúen las intervenciones para ayudar a los padres de niños con alergia alimentaria. Sin embargo, los estudios resumidos en esta revisión indican que la investigación futura debe utilizar diseños metodológicamente sólidos con medidas de resultado validadas y desarrollar intervenciones que proporcionen información educativa a los cuidadores, lo que puede influir en su bienestar psicológico.
Para más información:
Pediatr Allergy Immunol. 2020;31: 805-812 https://doi.org/10.1111/pai.13255
Dra. Victoria Fuentes Aparicio. Médico adjunto. Hospital Materno Infantil Gregorio Marañón. Madrid. Comité de Alergia Infantil SEAIC.
El síndrome respiratorio agudo severo coronavirus 2 (SARS-CoV-2), también conocido como COVID-19, está causado por una nueva cepa de coronavirus que no se ha identificado previamente en humanos. El SARS-CoV-2 se reconoce como un virus respiratorio altamente contagioso con elevada morbilidad y mortalidad, especialmente en poblaciones vulnerables1. Con el fin de evitar la propagación de la infección, las políticas sanitarias han establecido planes con medidas de restricciones que han modificado nuestros hábitos de higiene, sociales, laborales y sanitarios.
Durante la pandemia, el personal sanitario, requirió la adaptación de las medicinas convencionales llevando a cabo estrategias de atención sanitaria en remoto (telemedicina) con el objetivo de no saturar los servicios médicos, los servicios de urgencias, proteger a los pacientes y a sí mismos. Estas recomendaciones han ido cambiando a medida que evolucionaba la pandemia por sus diferentes etapas.
Los alergólogos nos hemos enfrentado al reto de continuar tratando a nuestros pacientes alérgicos sin poder valorarlos presencialmente y con la dificultad añadida de que algunos síntomas alérgicos como la tos, la disnea y las dermatitis se encuentran entre los síntomas del diagnóstico diferencial de COVID-19. Estos síntomas alérgicos pueden limitar la vida de los pacientes, ya que les pueden impedir acudir al trabajo, al colegio o incluso asistir a centros sanitarios por el riego de contagios por SARS-CoV-2. El manejo mediante telemedicina del paciente alérgico nos resulta inquietante pero quizás, la anafilaxia, es unas de las patologías que nos genera más preocupación, por tratarse de una enfermedad con posibles consecuencias fatales.
Es por ello, que los alergólogos hemos tenido que establecer recomendaciones y pautas para el tratamiento agudo de anafilaxia en domicilio, para garantizar óptimos resultados en el manejo de ésta, sopesando el riesgo de la gravedad de la reacción, el riesgo de contraer la infección y el de la carga asistencial en centros médicos asociados con la pandemia de COVID-19 2. En la toma de decisiones llevamos a cabo una valoración personalizada de los riesgos/beneficios de acudir a urgencias según el tipo de reacción sufrida por el paciente, la respuesta al tratamiento inicial y según la presión sanitaria por infección por coronavirus en los centros sanitarios.
La telemedicina (ya sea por teléfono o mediante vídeo llamada) es una manera nueva de relación medico-paciente en tiempos de pandemia que usamos para informar sobre los planes de tratamiento de la anafilaxia. El acceso a la medicina especializada durante la pandemia de COVID ha estado muy limitado por lo que el uso de la telemedicina se implantó y extendió para establecer una comunicación estrecha, clara y directa con los pacientes sobre síntomas, tratamientos y planes de actuación en la anafilaxia, valorando factores de riesgos individualizados. Los alergólogos hemos usado la telemedicina para educar y ofrecer planes de actuación para el manejo de los síntomas de la anafilaxia. Algunas de las recomendaciones e instrucciones han sido:
– Instruir sobre el uso del dispositivo autoinyectable de adrenalina (AIA) mediante demostración online, envío de folletos explicativos e información sobre accesos a paginas web con videos demostrativos para facilitar la adherencia al tratamiento
– Informar al paciente que, en casos de anafilaxia, se recomienda el uso precoz de adrenalina y que precisarán de asistencia a servicios de urgencias después de usar el autoinyector. Después de usar el AIA los pacientes deben monitorizar la respuesta al tratamiento:
– Llevar a cabo una comunicación abierta con pacientes y familiares respecto a los riesgos / beneficios de la evaluación en urgencias después de la administración de adrenalina 3. Enfatizando que la recomendación de ser evaluados por los servicios médicos se basa en la probabilidad de que se necesite una intervención médica para controlar los síntomas de la anafilaxia, y no porque la adrenalina sea un medicamento peligroso 2. Por otra parte, debemos informar que pueden ocurrir reacciones anafilácticas bifásicas o prolongadas4, y ayudarles a gestionar una recurrencia de la reacción.
– Dotar al paciente de 2 dispositivos de adrenalina fundamentalmente en aquellos que requirieron tratamiento con múltiples dosis de adrenalina en reacciones previas.
– Explicar sobre la necesidad de inspección de posibles defectos en los dispositivos inyectables y la comprobación de la fecha de caducidad.
– Abordar dudas que puedan surgir respecto a la evitación de factores desencadenantes de anafilaxia y el manejo de reacciones futuras.
– Recomendar al paciente con riesgo de anafilaxia, tener acceso a un pulsioxímetro y tensiómetro en el domicilio.
– Explicar a los pacientes asmáticos que deben mantener un control óptimo del mismo.
En vista de que los servicios de urgencias estaban saturados por la pandemia y había alto riesgo de contraer infección por COVID-19, en la ciudad de Nueva York, se establecieron unas recomendaciones basadas en opiniones de expertos para ajustar la practica clínica habitual del manejo del paciente con anafilaxia a éstas difíciles circunstancias (Figura 1).
Se debe resaltar la importancia de uso precoz de AIA: cuanto más rápido se administra la adrenalina, la probabilidad de un desenlace fatal, disminuye 5.
Esperamos que la evolución de la pandemia tenga una tendencia favorable para poder recuperar pronto la atención cercana de nuestros pacientes alérgicos, aunque el uso de la telemedicina jugará un papel clave en el futuro del campo de la salud, para la derivación de pacientes, la asistencia y otras aplicaciones de la atención médica.
Rocío Candón Morillo
FEA Alergología. Hospital General Mancha Centro. Alcázar de San Juan.
Miembro Comité de Alergia infantil (CAI). Grupo de trabajo sobre Anafilaxia.
SEAIC.
BIBLIOGRAFIA
1. A Cianferoni, M Votto. COVID-19 and allergy: How to take care of allergic patients during a pandemic? Pediatr Allergy Immunol. 2020;31(Suppl 26):96-101.
2. T Casale, J Wang, A Nowak- Wegrzyn. Acute At Home Management of Anaphylaxis During the Covid-19 Pandemic. J Allergy Clin Immunol Pract. 2020.8(6):1795-1797.
3. Shaker MS, Oppenheimer J, Wallace DV, Golden DBK, Lang DM, Lang ES, et al. Making the GRADE in anaphylaxis management: towards recommendations integrating values, preferences, context, and shared decision-making. Ann Allergy Asthma Immunol. 2020;124:526-35.
4. Shaker M, Wallace D, Golden DBK, Oppenheimer J, Greenhawt M. Simulation of health and economic benefits of extended observation of resolved anaphylaxis. JAMA Netw Open. 2019;2;2(10):e1913951.
Figura 1:Algoritmo propuesto por Thomas B. Casale et al de anafilaxia revisado que reemplaza el protocolo de manejo estándar durante la pandemia de COVID-192
LTP simplemente quiere decir “Lipid Transfer Protein”, es decir, proteína de transferencia de lípidos. A continuación, 3 datos claves para entenderla:
1) ¿Qué es? Es una proteína vegetal que cumple múltiples funciones en frutas, verduras, hortalizas y frutos secos, fundamentalmente. Esta proteína se encuentra en mayor concentración en la piel de la fruta que en su pulpa. En el caso de la fruta, si has tolerado su pulpa, seguramente te recomendaran que siempre la tomes pelada.
2) Es muy importante entender que no hay unas recomendaciones generales para todos los pacientes sensibilizados o alérgicos a la proteína LTP. Es decir, cada paciente recibe unas pautas completamente personalizadas. Tu especialista te ha diagnosticado y ha ajustado el tratamiento y las normas de evitación de manera individualizada.
3) La alergia a la LTP puede ser un fenómeno mediado o no por cofactores.
Los cofactores son una serie de agentes (o factores) que unidos a la ingestión de un alimento que contiene LTP hacen que desencadene una reacción alérgica, que no hubiese ocurrido, o hubiese sido menos grave, si no hubiesen estado presentes.
Los cofactores ayudan a que se liberen mediadores de la inflamación a través de la “rotura” o degranulación de las células que intervienen en una reacción alérgica (como los mastocitos o basófilos).
Los más habituales son: el ejercicio físico, la fiebre, las infecciones o la toma de antiinflamatorios no esteroideos (AINE) como, por ejemplo: Ibuprofeno, metamizol, ácido acetilsalicílico, etc. Además, hay otros cofactores que pueden llegar a ser importantes tras la ingestión de alimentos con LTP como son: el estrés intenso, la falta de sueño extrema, la menstruación, la toma de alcohol o el uso de drogas como la marihuana.
Una vez que conozcamos estos datos, debemos intentar, cuando sea posible, separar los cofactores y la ingestión del alimento que pueda contener LTP al menos 2 horas.
¿Existe tratamiento para la alergia a LTP?
El principal tratamiento de la alergia a LTP es su evitación. Como hemos comentado previamente, la dieta de evitación será individualizada y específica para cada paciente. El alergólogo debe informar claramente de aquellos alimentos y situaciones que se deben evitar.
En segundo lugar, todo paciente con alergia a alimentos debe llevar consigo un plan y medicación de rescate acompañado de un correcto adiestramiento, para saber cómo actuar en el caso de que acontezca una reacción alérgica por ingesta inadvertida.
En último lugar, es posible que hayas leído que existe una opción de inmunoterapia frente a esta proteína. Es cierto: existe la opción de tratamiento con inmunoterapia frente a rPrup p3 (la proteína específica de LTP de melocotón). Este tratamiento está indicado para pacientes con “síndrome LTP”, es decir, aquellos pacientes que deben evitar la ingesta de múltiples alimentos de diferentes grupos no relacionados entre sí (frutos secos, hortalizas o frutas). Es tu alergólogo el que debe decidir si este tratamiento es adecuado para ti, de forma completamente personalizada.
Dra. Isabel Fernández de Alba Porcel, Hospital HLA Inmaculada de Granada. Comité de Alergia Infantil SEAIC
Fuentes:
Llevo más de un mes en el hospital. Perdí el conocimiento en plena calle y cuando desperté ya estaba aquí. Al principio me hacían pruebas, que si un “tac”, unos análisis, una resonancia, pero creo que ya me han dado por imposible, porque todo está bien y no saben que me pasa. Por las mañanas rodean mi cama varias batas blancas que discuten sobre enfermedades raras: ¡no!, en ese síndrome no hay visión borrosa, ¡no!, ese cuadro nunca se acompaña de vómitos, ¡no!, en esa patología jamás se ha visto pérdida de conciencia. Y así. Es mi momento de gloria, porque aunque nunca me hablan ni me miran, me hacen sentir importante. Me gustaría que me descubrieran algo, aunque sólo fuese para darles esa satisfacción.
Yo me encuentro bien; no se come mal y total, tampoco tenía trabajo…, aquí nadie me obliga a levantarme, ni me manda al supermercado o a sacar la basura. Al revés, todos son muy agradables y si necesito algo sólo tengo que tocar el timbre.
Cuando tiene turno de noche la enfermera rubia de las tetas estupendas, mando a mi mujer a dormir a casa; que descanse la pobre, lleva mucho tiempo a mi lado en un sillón y amanece como una alcayata. Piropeo a la sanitaria y ella hace que se enfada, pero yo sé que le encanta. Cosas de mujeres.
Si me aburro mucho, me pongo rígido, me cimbreo un poco, vuelvo los ojos y dejo que se me caiga la baba. Entonces me ponen algo que me deja flotando varias horas. Gratis, y mejor que la buena hierba, o sea que no puedo quejarme.
En fin, ellos siguen enredando. Vuelven a preguntarme si me ha pasado otras veces, y yo que sí, que cuántas, y yo que dos o tres, que desde cuándo, y yo que desde la Comunión de mi chico…, después que cuantos años hace de la Primera Comunión de mi niño, ¡qué importará eso! Tendrán muchos estudios, pero conmigo no aciertan.
Me parece, (es mi modesta opinión), que esto que me pasa es porque tengo alergia a las avispas y cuando me pican me quedo muerto, pero ellos sabrán, que son los médicos. Mientras tanto yo aquí, como un señor: a mesa y mantel.
Virginia Reguera Parra
Ganador del I Certamen de Alergia y Humanidades en la categoría de «Relatos»
El tabaquismo agrava los síntomas alérgicos en los pacientes alérgicos y dificulta su tratamiento. Ello provoca una peor calidad de vida en comparación con los alérgicos no fumadores. “Dejar de fumar evitaría el desarrollo y frecuencia de muchas enfermedades alérgicas, como el asma y la rinitis”, afirma el doctor Ricardo Abengózar, alergólogo del Hospital Virgen del Valle de Toledo y especialista en tabaquismo.
Descargar documento: Alergia y tabaco (6623 descargas )
En relación con el desafortunado suceso ocurrido en el Hospital Clínico de Valencia el pasado 10 de Julio, la Junta Directiva de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica estima conveniente comunicar la siguiente Nota de Prensa acerca de la Seguridad de las Pruebas Cutáneas. Así como dar su más sentido pésame a los padres, familiares y allegados de la menor fallecida dicho día.
Comunicado de Prensa Oficial sobre Seguridad de Pruebas Alérgicas Cutáneas (10850 descargas )
La doctora Nancy Ortega, alergóloga del Hospital Doctor Negrín en Las Palmas de Gran Canaria, es la nueva presidenta de la Sociedad Canaria de Alergología e Inmunología Clínica (SCAIC).
Las pruebas cutáneas son útiles para el diagnóstico de la alergia a medicamentos. Existen tres tipos de pruebas cutáneas para el diagnóstico alergológico: prick-test (pruebas intraepidérmicas), pruebas intradérmicas y las pruebas epicutáneas (parches). En el prick test se aplica una gota del medicamento a estudiar en la cara anterior del antebrazo y se hace una ligera punción con una lanceta a través de la gota de dicho medicamento y la capa más externa de la piel conocida como epidermis. De esta forma, se permite que el medicamento penetre y contacte directamente con las células responsables de las reacciones alérgicas, los mastocitos.
Si el paciente presenta un resultado positivo, los mastocitos reaccionan, liberando unas sustancias que producen inflamación, lo que se traduce en la aparición de una roncha o habón, rodeada de un eritema (piel roja). Esta respuesta se inicia en pocos minutos y es máxima a los 15 o 20 minutos y va cediendo a lo largo de las horas.
Si el resultado es negativo, es decir, no se produce la aparición de la roncha, se procede a la prueba cutánea intradérmica. Estas pruebas son más sensibles que las anteriores y consisten en la inyección directa del medicamento en la segunda capa de la piel del paciente (dermis), con una aguja muy fina y se procede a la lectura de forma similar al prick. Está técnica tiene la ventaja de poder investigar la alergia de tipo tardío, que consiste en hacer una lectura a las 24, 48 e incluso 96 horas.
Las pruebas epicutáneas, llamadas también pruebas de parche, consisten en la aplicación sobre la piel, sin punzar, del medicamento sospechoso. Se utilizan generalmente para el diagnóstico de dermatitis de contacto y reacciones tardías, aquellas que aparecen más de 6 horas entre la administración del fármaco y la aparición de la reacción. Se mantiene el alérgeno en la piel, tapado con una tira adhesiva, que se retirará a las 48 horas. La lectura inicial de estas pruebas se realiza a las 48 horas y la respuesta se observa aproximadamente 2 días después de la retirada del parche.
Para realizar las pruebas cutáneas, no se debe de dejar de tomar la medicación habitual. Es importante evitar el tratamiento con antihistamínicos (cetirizina, ebastina, loratadina…) 5-7 días antes de las pruebas y los corticoides orales entre 7 a 21 días antes de las pruebas.
Dra. Giovanna Araujo Sánchez, M.D. PhD.
Servicio de Alergología (ICR).
Hospital Clínic Barcelona. IRCE-IDIBAPS.
Desde SEAIC queremos dar la enhorabuena por los resultados obtenidos en las pasadas elecciones de la EAACI. El resultado de las elecciones se puede consultar en el documento que se adjunta.
También damos la enhorabuena a la Dra. Belén de la Hoz Caballer, tras ser nombrada Adjunta a la Gerencia para la Gestión del Conocimiento en el Hospital Ramón y Cajal.
En los últimos años debido a que la pandemia nos ha obligado a mantener unos horarios y actividades más rutinarias, ha sido mucho más sencillo para los niños alérgicos a alimentos, sus padres y los responsables escolares, establecer y seguir unas medidas de control tanto en casa como en los comedores de colegios o institutos.
Con la llegada de este verano, un verano sin restricciones, el buen tiempo y los largos días de ocio y descanso, todos nos volvemos a plantear las vacaciones con un sinfín de posibilidades que incluyen viajes nacionales e internacionales, comidas fuera de nuestro domicilio en restaurantes, asistencia con cierta frecuencia a reuniones familiares, fiestas, etc.; situaciones potencialmente de riesgo en las que se relajan las medidas de vigilancia recomendadas y dificultan la completa evitación de los alimentos a los que nuestro hijos son alérgicos.
Para poder disfrutar sin sobresaltos ni sustos de estos meses de verano, desde el Comité de Alergia a Alimentos de la SEAIC queremos hacer llegar a nuestros niños alérgicos y sus familiares, tal y como hicimos el año pasado, una serie de directrices, recomendaciones o consejos:
1 – Continuar con el tratamiento de mantenimiento de otras patologías alérgicas, en especial del asma bronquial. La alergia a alimentos puede coexistir con diversas patologías alérgicas como dermatitis atópica, esofagitis eosinofílica, rinocojuntivitis o asma. El padecer asma bronquial, sobre todo si está mal controlada, aumenta el riesgo de sufrir una reacción alérgica a alimentos más grave. En vacaciones son más habituales los olvidos en la toma de la medicación, en particular los inhaladores que mantienen el asma estable.
2 – Siempre que se viaje o cuando se acuda a campamentos de verano es aconsejable llevar un informe en el que se especifique el tipo de alergia alimentaria que se padece y el tratamiento que se debe administrar en caso de una reacción alérgica. En su defecto existe un “protocolo de actuación ante una reacción alérgica en la escuela de la Asociación Española de Personas con Alergia a Alimentos y Látex (AEPNAA)”, avalado por la sociedad española de alergología e inmunología clínica (SEAIC), una guía para el tratamiento en las escuelas de niños con alergia a alimentos de fácil cumplimentación por parte del médico alergólogo. Tampoco hay que olvidar la tarjeta sanitaria y se deberá solicitar la tarjeta sanitaria europea (TSE) cuando se viaje a países del territorio del Espacio Económico Europeo, Reino Unido o Suiza.
3 – Preparar un botiquín con toda la medicación necesaria para su administración en caso de una reacción alérgica, el informe médico con el plan de tratamiento individualizado y los teléfonos de emergencias del lugar donde se viaja. El paciente alérgico a alimentos debe ser capaz de reconocer las distintas manifestaciones de una reacción alérgica a alimentos y las fuentes de exposición alergénica, debe estar entrenado en las medidas que son necesarias tomar en caso de que se presente una reacción, incluyendo la administración de mediación de urgencia. En el caso de los niños, lo recomendable es que sean dos las personas responsables.
La medicación que se incluirá en el botiquín será aquella aconsejada por su alergólogo y especificada en el informe, pudiendo tratarse de antihistamínicos, corticoides, inhaladores de acción rápida y/o adrenalina autoinyectable. La adrenalina es el tratamiento específico y de primera línea en la anafilaxia, por lo que se debe conocer las situaciones en las que debe ser administrada y cómo hacerlo.
Si se viaja en avión, tren o barco, puede solicitar a su alergólogo el “DOCUMENTO QUE ACREDITA LA NECESIDAD DE PORTAR ADRENALINA AUTOINYECTABLE EN MEDIOS DE TRANSPORTE” confeccionado por el Comité de Alergia a Himenópteros de la SEAIC en sus versiones en inglés, francés y español.
4 – Extremar las precauciones en las comidas que se realicen fuera de casa. Las reacciones más graves ocurren fuera del hogar, en lugares públicos, la mayoría en restaurantes, fiestas o reuniones.
En las comidas en restaurantes hay que leer detenidamente la carta y ante la duda, preguntar directamente a los empleados sobre los ingredientes de los platos que se van a consumir antes de elegir la comida. La mayoría de las reacciones alérgicas a alimentos están causadas por nueve grupos de alimentos, cuatro de origen animal (leche de vaca, huevo, pescado y marisco) y cinco de origen vegetal (legumbres, frutos secos, cereales, frutas y verduras). Las legislaciones de países desarrollados tienen en común la declaración obligatoria de ocho “alérgenos principales”: leche, huevo, pescado, mariscos crustáceos, nueces de árbol, trigo, cacahuete y soja. La normativa europea es más exigente aumentando el número a 14 alérgenos de declaración obligatoria: cereales que contengan gluten (trigo, centeno, cebada, avena, espelta, kamut o sus variedades híbridas), crustáceos, moluscos, huevo, pescado, cacahuete, soja, leche, frutos de cáscara (almendras, avellanas, nueces, anacardos, pacanas, castañas de Pará, pistachos/alfóncigos y macadamias o nueces de Australia), altramuces, apio, mostaza, sésamo y dióxido de azufre.
Por último, los pacientes deben estar familiarizados con situaciones en las que los alimentos puedan contaminarse con otros como en la utilización de planchas, batidoras… Y tener en cuenta que hay pacientes muy sensibles, que presentan síntomas tras el contacto cutáneo con los alimentos a los que son alérgicos, o trazas de éstos y tras la inhalación de vapores de su cocinado como es el caso de los algunos alérgicos a pescados. Y nunca deben compartir comida ni utensilios.
Finalmente, sólo queda desearos desde el Comité de Alergia Alimentos de SEAIC un feliz y seguro verano libre de reacciones alérgicas.
Dra Rosario Escudero
Hospital Reina Sofía de Tudela (Navarra)
La necesidad de información y educación del paciente con patología alérgica, es una
necesidad constante que aparece reflejada en todas las guías clínicas. En este sentido
la figura de las enfermeras de los servicios de alergia es fundamental para que los
pacientes adquieran conocimientos y desarrollen habilidades para mejorar tanto su
calidad de vida como el control de su enfermedad.
Un ejemplo en este sentido, de divulgación y educación, es la entrevista que realizaron
a nuestra compañera Silvia Castro Fernández del Hospital Abente y Lago de A Coruña
en el medio digital Mundiario.
Enlace al artículo:
Apreciados socios:
Ayer nos enteramos de la triste noticia del fallecimiento del Dr. José Conde, quien fuera Jefe del Servicio de Alergia del Hospital Virgen Macarena de Sevilla desde su creación.
El Dr. Conde fue una persona tremendamente activa, volcada con nuestra especialidad y nuestra Sociedad. En la última etapa de su vida, supo afrontar con dignidad y estoicismo la lucha con el cáncer, como gran luchador que siempre fue. Fue muy grato escuchar sus palabras de aliento y el mensaje de ilusión por las cosas que nos dedicó en el homenaje que se le brindó en el Simposio de Logroño. Se nos ha ido un gran profesional y un gran amigo.
Desde la Junta Directiva de la SEAIC, deseamos hacer llegar nuestro más sentido pésame a su mujer Amparo, el resto de sus familiares y amigos, y a sus compañeros de profesión.
Pepe, d.e.p.
Junta Directiva de la SEAIC.
Apreciados socios:
Os adjuntamos información de dos eventos científicos, independientes, dirigidos y coordinados por socios de SEAIC:
– II Jornada de Piel en RED, sobre actualización en Reacciones cutáneas graves. Este año contará con la presencia de Maja Mockenhaupt y Jean Claude Roujeau, fundadores y principales impulsores de RegiSCAR.
Será el próximo 13 de Noviembre en el Hospital La Paz. Se adjunta el programa en el que figura también el sistema de inscripción y envío de comunicaciones
– Drug desensitization international meeting. 21-22 noviembre de 2014. Barcelona. También se adjunta el programa y las instrucciones para inscribirse
Un cordial saludo
Dr. Pedro Ojeda
Secretario de la Junta Directiva de la SEAIC.
Programa II Jornada Piel en RED (2840 descargas )
Programa del Drug Desensitization International Meeting (2817 descargas )
Apreciados socios:
Os adjuntamos los datos relativos al reclutamiento del estudio epidemiológico 2014, de la que SEAIC es promotora y que patrocina el laboratorio FAES.
Entrada restringida a socios.
Del 19 al 21 de septiembre de 2013 se celebra en Málaga el próximo Allergy School de la Academia Europea de Alergología e Inmunología Clínica (EAACI), que organiza el Servicio de Alergia del Hospital Carlos Haya y trata sobre «reacciones alérgicas a fármacos, del fenotipo al genotipo».
La prevalencia de alergia a alimentos ha ido en aumento en las últimas décadas tanto en España como a nivel global, hasta hace unos años no existía otra recomendación más que la de evitar el alimento al que el paciente es alérgico, lo cual en ocasiones lleva a una dieta muy restrictiva y un empeoramiento en la calidad de vida. Por lo tanto, existe la necesidad de ofrecer nuevos tratamientos más allá de las dietas de evitación.
Una alternativa de tratamiento en auge es la inmunoterapia oral (ITO), la cual consiste en administrar dosis crecientes del alimento al que el paciente es alérgico para aumentar su tolerancia. Esta es generalmente efectiva, pero tiene varias limitaciones como la larga duración del tratamiento durante el cual se pueden presentar reacciones graves y otros efectos adversos, ser específica para cada alimento, no estar estandarizada y no estar disponible en todos los centros ni para todos los alimentos.
Otra alternativa emergente en la alergia a alimentos es el uso de fármacos biológicos. Un fármaco biológico es un medicamento producido a partir de organismos vivos o componentes de estos, como células, tejidos, proteínas o anticuerpos. Estos medicamentos están diseñados para actuar sobre procesos biológicos específicos. Ejemplos comunes incluyen vacunas, hormonas y moduladores inmunitarios. En el campo de la alergología se dirigen contra moléculas concretas de la respuesta inmune de tipo alérgico, es por este motivo que los fármacos biológicos han revolucionado el manejo de enfermedades alérgicas e inflamatorias como el asma, urticaria y la dermatitis atópica, especialmente en casos severos que no responden a terapias convencionales y se muestran prometedores en el tratamiento de alergia alimentaria.
Una aplicación destacada es el uso del biológico Omalizumab, que bloquea la IgE, utilizado desde hace años en asma y urticaria y recientemente aprobado por la FDA para reducir las reacciones alérgicas a alimentos en pacientes con múltiples alergias alimentarias (febrero de 2024), basado en estudios como el OUTMATCH. Aunque no está aprobado específicamente para su uso en combinación con la ITO, múltiples ensayos clínicos han explorado esta combinación con resultados alentadores. Incluso consensos de expertos recomiendan el uso de Omalizumab como adyuvante de la ITO. Esta combinación permitiría aumentar las dosis del alimento en ITO de manera más rápida y segura.
Otro biológico en investigación en alergia alimentaria es el Dupilumab que bloquea ciertas moléculas que participan en la señalización de la respuesta alérgica (IL4 e IL13) y que cuenta ya con eficacia demostrada en múltiples patologías alérgicas como dermatitis atópica, asma grave, poliposis nasosinusal y este mes de noviembre ha sido aprobado por la EMA como el primer y único tratamiento biológico para la esofagitis eosinofílica en pacientes de >1 año de edad. En alergia alimentaria su uso sólo o en combinación con ITO aún está en etapas iniciales de investigación, pero los resultados preliminares son prometedores.
Actualmente están en investigación varios fármacos biológicos dirigidos frente a diferentes moléculas involucradas en la respuesta alérgica y su posible uso en alergia alimentaria, sin embargo, se encuentran todavía en etapas preliminares.
El desarrollo de terapias biológicas ofrece esperanza para muchos pacientes que hasta hace poco no tenían opciones viables pero hace falta más investigación para optimizar su aplicación y establecer guías clínicas claras.
María Carabel Lahera. Clínica Universidad de Navarra (Madrid).
Rosialzira Vera Berrios. Hospital Clínico San Carlos, IdISSC (Madrid).
Bibliografía:
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Sindher SB, Fiocchi A, Zuberbier T, Arasi S, Wood RA, Chinthrajah RS. The Role of Biologics in the Treatment of Food Allergy. J Allergy Clin Immunol Pract. 2024 Mar;12(3):562-568. doi: 10.1016/j.jaip.2023.11.032. Epub 2023 Nov 25. PMID: 38013157; PMCID: PMC11104487.
Wood RA, Chinthrajah RS, Rudman Spergel AK, Babineau DC, Sicherer SH, Kim EH, Shreffler WG, Jones SM, Leung DYM, Vickery BP, Bird JA, Spergel JM, Kulis M, Iqbal A, Kaufman D, Umetsu DT, Ligueros-Saylan M, Uddin A, Fogel RB, Lussier S, Mudd K, Poyser J, MacPhee M, Veri M, Davidson W, Hamrah S, Long A, Togias A; OUtMATCH study team. Protocol design and synopsis: Omalizumab as Monotherapy and as Adjunct Therapy to Multiallergen OIT in Children and Adults with Food Allergy (OUtMATCH). J Allergy Clin Immunol Glob. 2022 Jul 21;1(4):225-232. doi: 10.1016/j.jacig.2022.05.006. PMID: 37779534; PMCID: PMC10509974.
Zuberbier T, Muraro A, Nurmatov U, Arasi S, Stevanovic K, Anagnostou A, Bonaguro R, Chinthrajah S, Lack G, Fiocchi A, Le TM, Turner P, Lozano MA, Angier E, Barni S, Bégin P, Ballmer-Weber B, Cardona V, Bindslev-Jensen C, Cianferoni A, de Jong N, de Silva D, Deschildre A, Galvin AD, Ebisawa M, Fleischer DM, Gerdts J, Giovannini M, Gradman J, Halken S, Arshad SH, Khaleva E, Lau S, Loh R, Mäkelä MJ, Marchisotto MJ, Morandini L, Mortz CG, Nilsson C, Nowak-Wegrzyn A, Podestà M, Poulsen LK, Roberts G, Rodríguez Del Río P, Sampson HA, Sánchez A, Schnadt S, Smith PK, Szajewska H, Mitrevska NT, Toniolo A, Venter C, Warner A, Wong GWK, Wood R, Worm M. GA2LEN ANACARE consensus statement: Potential of omalizumab in food allergy management. Clin Transl Allergy. 2024 Nov;14(11):e70002. doi: 10.1002/clt2.70002. PMID: 39506193; PMCID: PMC11540805.
El asma es una de las patologías respiratorias más prevalentes en la actualidad. Se caracteriza por un aumento de la reactividad bronquial y, principalmente, por un componente inflamatorio a este mismo nivel. La prevalencia del asma es muy variable entre países, pero se podría considerar que entre el 5 y 10% de la población padece asma. Dentro de esta población existe un cierto número de pacientes que presentan un asma grave no controlada y que según varios estudios podrían suponer entorno al 4-5% de los mismos [1,2]. Para mejorar la respuesta terapéutica de los pacientes que no controlan bien su asma, han aparecido recientemente diferentes tratamientos biológicos que actúan frente a mecanismos fisiopatológicos específicos de la enfermedad.
En los últimos años se ha avanzado mucho en el estudio de la fisiopatología del asma, se ha mejorado de forma exponencial el conocimiento sobre la base inmunológica del asma. La utilización de diferentes técnicas, como las técnicas de imagen radiológicas de alta precisión, la citometría de flujo para estudiar la citología del esputo, o la transcriptómica que ayuda a identificar diferentes fenotipos moleculares, han supuesto un enorme progreso a la hora de plantear el diagnóstico, la clasificación y sobre todo el tratamiento del asma. Todo este conocimiento ha llevado a clasificar inicialmente al asma en fenotipo de inmunidad Th2 alta y de inmunidad Th2 baja (algo que posteriormente se ha modificado por el término T2, debido que las interleuquinas implicadas no son únicamente producidas por linfocitos Th2, sino que también actúan otras células inflamatorias).
El uso de biomarcadores es el siguiente paso, ayudando a clasificar los pacientes en uno u otro grupo. Para esta clasificación utilizamos principalmente los niveles de IgE sérica y el recuento de eosinófilos en sangre (aunque en ocasiones se puede utilizar también el recuento de eosinófilos en esputo). Según estos biomarcadores, pertenecerán al endotipo T2 alto aquellos pacientes con valores de IgE sérica ≥100 UI/L y recuento de eosinófilos en sangre ≥140 eosinófilos/mm3. Del mismo modo, aquellos pacientes que no cumplan alguno de estos 2 criterios se incluirán en el endotipo T2 bajo. Esta clasificación se puede ir ampliando con diferentes subgrupos en función de la edad de comienzo (temprana o tardía), de la patología asociada (atópica o de características intrínsecas), etc…
Finalmente, es importante hacer un repaso de las principales interleuquinas y moléculas inflamatorias relacionadas con la fisiopatología del asma, puesto que éstas son la mayoría de los casos la diana frente a la que actúan los fármacos biológicos. Las más importantes para el manejo del asma en la actualidad son (Tabla 1):
| Tabla 1. Moléculas más relevantes implicadas en el proceso inflamatoriodel asma |
| Quimiocinas. Fundamentalmente expresadas por las células epiteliales, son importantes en el reclutamiento de las células inflamatorias en la vía aérea. |
| Cisteinil leucotrienos. Potentes broncoconstrictores liberados por mastocitos y eosinófilos. |
| Citocinas. Dirigen y modifican la respuesta inflamatoria en el asma y determinan su gravedad:
– IL-1 y TNFα: Amplifican la respuesta inflamatoria. – GM-GSF: Prolongan la supervivencia de los eosinófilos en la vía aérea. Citocinas derivadas del epitelio: – IL-33: Promueve las propiedades inflamatorias proalérgicas de las células CD4 y actúa como quimioatrayente de las células Th2. – IL-25: Implicada en la inflamación eosinofílica, en la remodelación y en la hiperreactividad bronquial (esta última más discutida). – TSLP: Induce eosinofilia, aumenta el nivel de IgE, la hiperrespuesta y el remodelado de la vía aérea. – IL-4: importante para la diferenciación de célulasTh2, el aumento de la secreción de moco y la síntesis deIgE. – IL-5: necesaria para la diferenciación y supervivencia de los eosinófilos. – IL-13: importante para la síntesis de la IgE y la metaplasia de las células mucosas. |
| Histamina. Liberada por los mastocitos, contribuye a la broncoconstricción y la respuesta inflamatoria. |
| Óxido nítrico. Potente vasodilatador producido predominantemente en las células epiteliales por la enzima óxido nítrico sintetasa inducible. |
| Prostaglandina D2. Broncoconstrictor derivado fundamentalmente de los mastocitos, está implicada en el reclutamiento de células Th2 en las vías respiratorias. |
| GM-GSF: factor estimulante de colonias de granulocitos y macrófagos, TNF: factor de necrosistumoral. |
Tabla 1: Modificado de GEMA 5.3 [3].
En los últimos años han surgido una serie de fármacos que tratan de ayudar a controlar el asma en aquellos pacientes en los que no se consigue de la forma habitual. El tratamiento habitual del paciente asmático va encaminado a conseguir el control de la sintomatología, a prevenir las exacerbaciones y a prevenir la evolución a la obstrucción crónica del flujo aéreo. Este tratamiento se basa principalmente en la utilización de corticoesteroides inhalados (CSI), que puede ir asociada al uso de agonistas adrenérgicos β2 de corta (SABA) o larga duración (LABA). En aquellos pacientes en los que esta medicación no es suficiente (y que podían suponer hasta el 4-5% de los asmáticos, como ya hemos mencionado), solemos encontrar reagudizaciones e ingresos hospitalarios, así como el uso de corticoesteroides orales (CSO), por lo que nos referimos a ellos como pacientes con asma grave no controlada. Es en este grupo de pacientes en los que ha surgido la necesidad de utilizar estos nuevos fármacos biológicos, que van dirigidos frente a mecanismos fisiopatológicos específicos de la enfermedad.
A continuación, procedemos a realizar un breve resumen de los fármacos biológicos disponibles en la actualidad, que incluye sus principales características, tanto clínicas como farmacológicas. Se incluye al final de esta publicación el enlace a las fichas técnicas de todos los fármacos disponibles:
El desarrollo de nuevos fármacos biológicos se encuentra ahora en pleno proceso de expansión, por lo que es muy probable que en los próximos años podamos hablar de multitud de nuevos fármacos (algunos de ellos ya en pleno desarrollo). Del mismo modo, el conocimiento cada vez más profundo de la base inmunológica de la patología asmática, hace pensar que nuevas vías y nuevos enfoques de tratamiento se abrirán paso en el futuro. Estaremos atentos a todo ello y lo analizaremos cuando llegue ese momento.
BIBLIOGRAFÍA:
FICHAS TÉCNICAS: