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¿Qué podemos esperar de la vacuna para la alergia al cacahuete?

La alergia al cacahuete es una alergia grave y a menudo persistente que, en la mayoría de los casos, se mantiene hasta la vida adulta. Los contactos accidentales con cacahuete o alimentos que lo contienen pueden dar lugar a reacciones alérgicas graves e incluso anafilácticas, que pongan en riesgo la vida del paciente. De hecho, la primera causa de muerte por anafilaxia en pacientes adolescentes a nivel mundial, es la alergia a cacahuete.

Hasta ahora, el único tratamiento disponible era la dieta de evitación, eliminando tanto el cacahuete como sus trazas, así como los alimentos que lo contienen de la dieta del paciente. Cantidades tan pequeñas como 0,05 gramos de cacahuete pueden desencadenar reacciones alérgicas en algunos pacientes con alergia a este alimento.

Por tanto, el seguimiento de una dieta de exclusión es un proceso complicado que disminuye la calidad de vida de los pacientes con alergia a cacahuete, puesto que la industria alimentaria actual, lo utiliza en numerosos productos envasados, especialmente dentro del campo de la repostería, salsas y alimentos pre-cocinados.

Por todo ello, en los últimos años, diferentes grupos de investigación han desarrollado diversos ensayos clínicos para conseguir una vacuna frente a la alergia al cacahuete que permita modificar el curso clínico de esta enfermedad. La inmunoterapia o vacuna para la alergia al cacahuete, consiste en la administración por vía oral, sublingual o epicutánea, de cantidades crecientes del alimento hasta conseguir que el paciente no reaccione a la ingestión del mismo.

El principal inconveniente que detectan los autores de los diversos trabajos de la inmunoterapia con alimentos², es que, al finalizarlos, no conseguimos una tolerancia real del alimento, sino una desensibilización al mismo. Es decir, los pacientes mientras realizan el tratamiento, pueden tolerar dosis mayores de cacahuete que antes de la inmunoterapia. Con esta vacuna el organismo desarrolla anticuerpos bloqueantes de la respuesta alérgica, pero en el momento en que se suspende, el paciente vuelve a la situación basal, pudiendo volver a sufrir reacciones alérgicas tras la ingestión de cacahuete.

Esta observación es compatible con las conclusiones de un grupo de investigadores del Reino Unido, para quienes esta inmunoterapia realmente no cura la alergia al cacahuete, sino que proporciona un grado de protección frente a la misma. Es decir, mientras el paciente lleva a cabo la inmunoterapia con cacahuete, si tiene un contacto accidental con el alimento, será necesaria una dosis mayor del alimento para inducir la misma respuesta alérgica³.

Por todo ello, la inmunoterapia con cacahuete no busca sólo desensibilizar al paciente, sino modificar la respuesta de su sistema inmune, para conseguir desviar el fenotipo alérgico del paciente hacia una verdadera tolerancia inmunológica. En este sentido, en nuestro país, el primer ensayo autorizado por la Agencia Española del Medicamento fue el desarrollado por la Clínica Universidad de Navarra y el Complejo Hospitalario de Navarra (CHN). La vacuna, desarrollada por la compañía biotecnológica InnoUp Farma y dirigido por las Drs. Tabar y Ferrer, pretende modificar el sistema inmunológico para superar la alergia a cacahuete en un tiempo determinado. La nueva vacuna INP20 es un preparado de nanopartículas de extracto de cacahuete capaces de actuar a nivel celular. Al ser nanopartículas, tras ser ingeridas, su pequeño tamaño evita provocar una respuesta alérgica, consiguiendo llegar hasta las células T, un tipo de células inmunitarias, y regular su activación hacia un fenotipo T regulador, no alérgico. De este modo, el sistema inmune no reconoce como extrañas a las proteínas del cacahuete y éstas se convierten en toleradas por el organismo4.

Se requieren, por tanto, más estudios con un número mayor de pacientes, para una mejor comprensión de los mecanismos inmunológicos subyacentes en la alergia grave al cacahuete, y conseguir así, una vacuna lo más eficaz posible que nos ayude a mejorar el pronóstico y manejo de esta enfermedad alérgica.

 

Dra. Marta Reche Frutos. Hospital Universitario Infanta Sofía de Madrid. Comité de Alergia Infantil.

 

Bibiliografía

  1. Infosalus (30/10/2019).Vacuna para la alergia al cacahuete, ¿qué podemos esperar?  Disponible en: https://www.infosalus.com/nutricion/noticia-vacuna-alergia-cacahuete-podemos-esperar-20191030082941.html
  2. Gray C. L. Current Controversies and Future Prospects for Peanut Allergy Prevention, Diagnosis and Therapies. J. Asthma Allergy 2020; 13: 51–66
  3. Francis O. et al. Effect on age on clinical and immunologic efficacy of peanut sublingual  Immunotherapy.  JACI 2021, Vol 147, Issue 2, suplement AB 164, February 01,2021. DOI:https://doi.org/10.1016/j.jaci.2020.12.585.
  4. De Souza Reboucas J. Nanoparticulate Adjuvants and Delivery Systems for Allergen Immunotherapy. J Biomed Biotechnol. 2012;2012:474605. doi: 10.1155/2012/474605.

 

Captador de la semana: Alcazar de San Juan

La doctora Ana Burgos, alergóloga, es la responsable desde 2011 de la lectura de pólenes para la red de captadores de SEAIC, desde el Hospital Universitario La Mancha Centro, en Alcázar de San Juan.

Contajes de la estación de Alcázar de San Juan en 2024.

Lo he tomado toda mi vida, ¿cómo voy a ser alérgico?

Parece llamativo que al tomar un medicamento que hemos tolerado con anterioridad sin tener ningún problema, de repente nos genere una reacción alérgica. Sin embargo, lo más habitual es que tras varias exposiciones a un fármaco sea cuando se desarrolle, siendo excepcional que ocurra la primera vez que lo tomamos.

La alergia consiste en una reacción desproporcionada de nuestro sistema inmunitario ante algo que identifica como dañino de manera equivocada. En general, para volvernos alérgicos a una sustancia tenemos que haber estado previamente en contacto con ella.

Hay algunos casos excepcionales en los que la primera dosis de un medicamento puede desencadenar una alergia. El más frecuente es la exposición previa a una sustancia con estructura similar, generalmente medicamentos de la misma “familia”, que el sistema inmunitario identifica cómo la misma sustancia. Aunque también puede suceder como reacción a excipientes del medicamento, principalmente derivados de alimentos, a los que el paciente puede ser previamente alérgico.

Las reacciones a medicamentos pueden ocurrir de manera inmediata, a los pocos minutos de haber recibido una dosis del fármaco; o comenzar tras varios días o incluso meses de haber iniciado un tratamiento. En este último caso, las reacciones se llaman “tardías” y suceden de una manera progresiva afectando en la mayoría de las ocasiones a la piel. Por este motivo, el haber tolerado un fármaco de manera diaria durante meses, tampoco excluye que desencadene una alergia durante el tratamiento.

Sin embargo, las reacciones alérgicas a medicamentos no son eventos habituales y hay determinados factores que aumentan su riesgo, como pautas de tratamiento intermitentes o la predisposición genética.

El desarrollo de alergia a un medicamento es un proceso complejo en el que intervienen diferentes factores. Es importante saber que haber tolerado un medicamento previamente no elimina la posibilidad de que se desarrolle una alergia en el futuro pero que no son eventos frecuentes. En caso de tener un síntoma nuevo o inesperado durante un tratamiento, es recomendable comunicárselo a su médico para valorar la orientación adecuada.

 

Leticia de las Vecillas

Alergóloga

Hospital Universitario La Paz

Curso Patología Ocupacional

Estimados socios,

Os adjuntamos información del Programa de XIX Curso de Patología Ocupacional Respiratoria que tendrá lugar el día 2 de Noviembre en el Salón de Actos del Hospital Universitario Vall d’Hebrón. Podéis consultar el programa, por si fuera de vuestro interés.

Un cordial saludo,

Darío Antolín
Secretario de la Junta Directiva de la SEAIC

icono PDF Programa XIX Curso de Patología Ocupacional (1923 descargas )

Mª Teresa Caballero premiada con el «For HAE Patient Award» 2019

La doctora M.ª Teresa Caballero Molina, facultativa Especialista de Área del Servicio de Alergología del Hospital Universitario La Paz de Madrid, jefe del Grupo U754 del Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Raras (CIBERER) y miembro del comité de inmunología de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica, ha sido distinguida con el Premio Internacional “For HAE (Hereditary Angioedema) Patient Award” otorgado por el Comité Científico del “11th C1-inhibito Deficiency and Angioedema Workshop” durante la gala celebrada el pasado 23 de mayo en Budapest (Hungría)

icono PDF Premio "For HAE Patient Award" 2019 (5684 descargas )

Convocatoria de FEA en Alergología

Estimados socios:

Nos llega información a la SEAIC de la convocatoria pública para provisión temporal de puesto de FEA de Alergología en el Hospital Regional Universitario de Málaga, que se ha hecho pública el dia 24/01/2014. El plazo es de 20 días.

Podeis acceder al enlace con todas las condiciones desde aquí.

Un cordial saludo

Dr. Pedro Ojeda

Secretario de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica

Ventajas del diagnóstico molecular frente a Ses i 1 y test de activación de basófilos en el diagnóstico de alergia a sésamo.

La prevalencia de alergia a sésamo (Sesamum indicum) se está incrementado a nivel mundial, en buena parte debido al uso cada vez mayor de esta semilla como parte de la dieta Mediterránea.

Se estima que la incidencia de alergia a sésamo en EEUU es del 0,2% (1). En 2021 se hizo pública una actualización legislativa referente a la declaración del sésamo como alérgeno y a la obligatoriedad de etiquetarlo en los productos que se exporten a EE.UU.

Además de las semillas de sésamo, en alimentación se emplea su aceite como saborizante y decorativo de las comidas preparadas. Puede encontrarse sésamo en margarinas, productos de panadería y bollería, chips, galletas y otros productos de aperitivo, comidas preparadas, etc. Además, la exposición a sésamo puede pasar inadvertida en la medida en que se utiliza también para la elaboración de perfumes, cosméticos, lubricantes, insecticidas o fungicidas.

El aceite de sésamo se ha empleado incluso como disolvente para inyecciones intramusculares, fomentos, emulsiones, suspensiones farmacológicas y preparaciones oftálmicas (3).

En 2005 se aprobó en nuestro país el Real Decreto 2220/2004 en el que se obligaba a que en el etiquetado de los alimentos se informase de la presencia de 12 alérgenos, ampliado a 14 en 2006. El actual reglamento Europeo, en vigor desde el 13 de diciembre de 2014, obliga a que no solo los productos envasados informen de la presencia de alérgenos, sino también los distribuidos en bares, hospitales, restaurantes, colegios y los vendidos a granel y a distancia.

La legislación actual debería contribuir a reducir el potencial riesgo de reacciones anafilácticas tras exposiciones inadvertidas a sésamo y al mismo tiempo incrementar las pruebas de detección de trazas del mismo en los alimentos.

Por tanto, el incremento en el consumo de productos derivados de sésamo y la frecuencia de reactividad cruzada de esta semilla con frutos secos, hace que sea fundamental diferenciar entre individuos sensibilizados, pero tolerantes, de los verdaderamente alérgicos.

Goldberg y cols. (2) evaluaron las ventajas del uso combinado del diagnóstico molecular (IgE frente a Ses i 1, albumina 2S, alérgeno mayoritario del sésamo) y del test de activación de basófilos (TAB) en una cohorte de 42 pacientes con sospecha de alergia a sésamo, con el fin de minimizar el número de pruebas de exposición oral .

Estas pruebas diagnósticas fueron validadas mediante prueba de exposición oral en todos los pacientes excepto en 1 que había presentado una reacción anafiláctica que requirió ingreso hospitalario en los 9 meses previos al estudio alergológico.

Se realizaron pruebas cutáneas con un extracto de sésamo de alta concentración proteica (100 mg/mL), determinaciones de IgE sérica específica frente a extracto completo de sésamo  y frente a Ses i 1 (ImmunoCAP, Thermo Fisher Scientific) (niveles por debajo de 0,1 KU/L se consideraban negativos). Para el TAB se utilizaron CPA anti CD63 para detectar activación de basófilos (pacientes con menos del 10% de basófilos expresando CD63 en su superficie eran considerados no respondedores).

El 64% (27/42) de los pacientes fueran considerados alérgicos a sésamo, bien por una prueba de exposición oral controlada positiva (26), o por el antecedente de una reacción grave documentada tras su ingestión (1). La dosis umbral para la prueba de exposición fue de 120 mg de media de proteína de sésamo. Los síntomas mayoritariamente referidos fueron gastrointestinales (56%), respiratorios (41%) y cutáneos (37%). El tratamiento con adrenalina fue necesario en el 15% (4/26) de los pacientes. Respecto a la gravedad de la reacción, el 41% experimentaron una reacción grado 1, el 7% grado 2 y el 52% grado 3, sin que se hubiese ninguna reacción grado 4.

Se evaluó la precisión de las 4 pruebas (IgE frente a Ses i 1, IgE frente al extracto completo de sésamo, TAB y prick test con un extracto altamente concentrado de sésamo), para el diagnóstico de alergia a sésamo. La media de IgE frente a Ses i 1 de los pacientes alérgicos fue de 6,8 kUA/L (1,8-39) vs 0,85 kUA/L (0-1,2) en los no alérgicos (p=0,0001). El TAB-CD63 fue del 56% vs 1,6% (p=0,0001) y el prick test fue de 11 mm (10-15 mm) vs 6 (4,5-11) (p=0,0008) para los alérgicos comparado con los no alérgicos respectivamente.

El análisis de la curva ROC de cada una de estas pruebas proporcionó unos niveles de precisión diagnóstica (AUC) de 0,87+/- 0,07 para el TAB, 0,88+/-0,05 para la IgE frente a Ses i 1; 0,84+/-0,06 para la IgE frente al extracto completo de sésamo y 0,82+/-0,07 para el prick test.

El uso INDIVIDUAL de la IgE frente a Ses i 1 utilizando el punto de corte de 2,01 KU/L (valor predictivo positivo (VPP) del 95%) condujo al diagnóstico en 21 de los 42 pacientes, con 1 falso positivo. Un abordaje dual clasificando al paciente como alérgico (punto de corte > 2,01 KU/L, con un VPP del 95%) y no alérgico (punto de corte < 0,27 KU/L correspondiente a una sensibilidad del 100%), permitía clasificar correctamente a 20 pacientes en alérgicos (verdadero positivo) y 6 no alérgicos (verdadero negativo). Quince pacientes no pudieron ser clasificados en base a este abordaje.

Entre los pacientes alérgicos, la determinación de IgE frente a Ses i 1 se correlacionaba con los resultados del TAB pero no con los del prick. Por tanto, los autores estudiaron un abordaje conjunto de ambas pruebas utilizando el punto de corte del 95% de sensibilidad para cada una de ellas y clasificando a los pacientes como alérgicos si tenían las 2 pruebas positivas y no alérgicos si tenían las 2 negativas. En caso de disparidad entre ambas, los pacientes eran sometido a una prueba de exposición.

Utilizando ambas pruebas, se obtuvo una clasificación correcta para 25 de los 27 pacientes alérgicos con un VPP del 93%.

A pesar de las limitaciones del estudio, el uso conjunto de la determinación serológica de Ses i 1 y el TAB podría ser útil para el diagnóstico de alergia a sésamo, obviando la prueba de exposición y los riesgos que ésta conlleva en un alto porcentaje de pacientes. No obstante, antes de su incorporación en la práctica clínica, deberían realizarse estudios prospectivos con un mayor número de pacientes para validar estos hallazgos en diferentes poblaciones.

Sandra Blanco Bermejo. Hospital Universitario Infanta Elena (Valdemoro). Comité de Alergia Infantil

Bibliografía:

  1. JB Ziegler et al. Sesame: an increasingly popular Word and common food allergen. J Allergy Clin Immunol Pract 2020;8(5):1689-1691.
  2. MR Golberg et al. Combinatorial advantage of Ses i 1-specific IgE and basophil activation for diagnosis of sesame food allergy. Pediatr Allergy Immunol 2021:32:1482-1489.
  3. Steinman H. Legumes, Nuts and Seeds. Allergy, which allergens? ImmunoCAP Phadia 2008.

Reacciones adversas a vacunas en la era COVID-19

Las vacunas son elementos fundamentales en las estrategias de salud pública, pues ayudan a reducir la expansión, morbilidad y mortalidad asociadas a las enfermedades infecciosas. La vacunación es importante no sólo a nivel individual, sino también a nivel poblacional. Los programas de vacunación COVID-19 son un ejemplo del gran valor de esta estrategia de salud pública a todos los niveles.

Se administran millones de dosis de vacunas al año en todo el mundo, siendo el riesgo de reacciones adversas bajo y, en el caso de reacciones alérgicas  graves como la anafilaxia, el riesgo es aún menor. Esta baja incidencia de reacciones adversas observadas, incluso en las nuevas vacunas COVID-19, es otra de las razones para no retrasar o cancelar la administración de posteriores dosis.

Las reacciones a vacunas pueden ser de tipo alérgico o no alérgico, y ser debidas tanto al agente infeccioso que contienen como a alguno de los componentes utilizados en el proceso de fabricación de esa vacuna.

El estudio alergológico sólo es necesario en aquellas personas con historia de alergia a uno de los componentes de la vacuna que se desea administrar o que hayan presentado reacción alérgica con una vacuna en el pasado. El análisis detallado de la composición y el estudio alergológico adecuado, pueden ayudar a identificar el alérgeno responsable y el riesgo individual de sufrir una reacción posterior.

Recientemente hemos publicado una revisión donde se recogen los tipos y riesgos de reacciones adversas asociados con las vacunas anti-infecciosas, incluidas las nuevas vacunas COVID-19. Nuestro estudio también proporciona pautas para el diagnóstico preciso de estas reacciones e indicaciones para la administración controlada de nuevas dosis.

El objetivo final es mejorar la seguridad individual, asegurar la vacunación del mayor número posible de personas y que las personas con alergia puedan ser vacunadas en la misma medida que el resto de la población, ofreciéndoles alternativas si es necesario.

Todos estos enfoques podrían ayudar a eliminar barreras a la vacunación en personas con reacciones adversas a vacunas y a planificar su administración de manera segura.

Acceso al artículo completo en el siguiente enlace:  https://link.springer.com/article/10.1007/s40521-022-00311-8

Dra. Patricia Prieto Montaño. Facultativo Especialista Alergología. Hospital General Universitario Albacete. Comité de Alergia Infantil SEAIC

 

Autores de la Web

-. Arantza Vega Castro [ Alergóloga]

Hospital Universitario, Guadalajara
-. Comité de Alergia a Himenópteros de la Sociedad Española
de Alergología e Inmunología Clínica

La Prof. Torres, primera presidenta española de la EAACI

La Academia Europea de Alergia e Inmunología Clínica (EAACI) ha elegido como presidenta a la Prof.ª María José Torres, jefa de Servicio de Alergología del Hospital Regional Universitario de Málaga. Su nombramiento abre las puertas a la SEAIC a participar en nuevas iniciativas europeas.

Nota de prensa: nombramiento Prof. Torres (3874 descargas )

Los inesperados riesgos del control del asma en niños.

El asma es una condición médica crónica muy común en niños y es especialmente susceptible a los cambios provocados por el COVID-19. Actualmente se dispone de poca información sobre el impacto que la pandemia COVID-19 puede tener en el control y manejo de los niños y jóvenes con asma bronquial.

El siguiente artículo “Oreskovic N, Bernard T, Aryee E, Kuhlthau K, Perrin J. The Unexpected Risks of COVID-19 on Asthma Control in Children. J Allergy Clin Immunol Pract.2020;8(8):2489-2491” revisa las influencias que han podido ser importantes o afectar en el control del asma en niños durante la pandemia de COVID-19 debido a los cambios sociales que estamos viviendo. Estos suponen cambios en el entorno, en la práctica clínica médica diaria y su gestión, y en el uso de medicación de esta enfermedad, cambios que tendrán repercusión a largo plazo en los resultados de control del asma. Además, desde nuestro Comité de Alergia Infantil se realizó una encuesta entre los especialistas para conocer cómo ha afectado la pandemia al manejo del asma pediátrico en España, que ha sido publicada en Sanchez-Garcia S, Ruiz-Hornillos J, Escudero C. Pediatric Asthma Management during the COVID-19 pandemic: Results of a national survey. Ped All Immunol Pulm. 2020 Dec; 33(4):199-203. https://doi.org/10.1089/ped.2020.1250 

Los pacientes con asma tienen especial vulnerabilidad a los cambios provocados en el contexto de la pandemia COVID-19, con muchas vías y factores de riesgo compartidos, incluyendo la calidad del aire, el ambiente interior, la actividad física, el control del peso, la gestión de la medicación y la prestación de atención sanitaria.

El lugar donde los niños pasan mayor cantidad de tiempo, que ahora es en los interiores, los hábitos diarios (patrón de asistencia a clases), de viaje o transportes, y la actividad física que realizan, afectan al asma.

Además, ha habido cambios en la disponibilidad, la prestación y la utilización de la atención sanitaria que tienen importantes implicaciones para el asma y otras enfermedades crónicas que requieren atención médica continuada. Se han limitado las visitas a la consulta para el control del asma, tanto en atención primaria como especializada (Neumología y Alergología) y se han limitado las visitas a urgencias. Todo ello ha favorecido el formato de visita telefónica o videoconferencia. Estos cambios han ofreciendo nuevas oportunidades gracias a la denominada “telesalud”, que deberán ser valoradas y aprovechadas.

En cuanto a las visitas a Urgencias, se observó una importante disminución en la atención relacionada con el asma y el comienzo de la pandemia, que atiende seguramente el temor de las familias al contagio y/o las recomendaciones sanitarias del momento. Todo esto condujo además, a que la realización de las pruebas tempranas para un mejor control de la enfermedad, como las pruebas de función pulmonar, se viera afectada.

La COVID-19 también ha influido probablemente en la adherencia de los pacientes a los medicamentos controladores del asma. Los padres de los niños con asma pueden tener un mayor control y ser más vigilantes para que los niños tomen su medicación con regularidad y que una mayor adherencia a la medicación mejore el control del asma o, por el contrario, que otros dejen su medicación ante el temor de los posibles efectos de los corticoides, tanto orales como inhalados, en la infección por coronavirus.

Todos estos factores han podido influir de diferente manera en función del lugar en el que residiese el niño, de la situación socioeconómica de la familia, de las limitaciones para realizar actividad física al aire libre a causa de las restricciones particulares de cada zona, etc. En este sentido, los niños de familias de entornos urbanos con menores ingresos tienen un acceso más limitado a espacios seguros para la actividad física, tienen domicilios en los que la exposición a alérgenos/contaminantes de interior (hongos, roedores, cucarachas y el humo del tabaco, entre otros) es mayor, y pueden convivir además con adultos con menor posibilidad de teletrabajar y más expuestos a la infección por coronavirus.

Estos cambios en el entorno, en la práctica médica y en la gestión del tratamiento, tendrán probablemente un gran impacto en el asma infantil que tendremos que vigilar para evaluar su impacto final a medio y largo plazo.

Margarita Tomás Pérez. Médico Adjunto Alergología Hospital General Universitario La Paz. Madrid.  Comité de Alergia Infantil SEAIC.

Inmunoterapia sublingual para alergia a cacahuete a largo plazo: evidencia de desensibilización clínica e inmunológica

Se estima que la alergia a alimentos afecta a un 6-8% de los niños y hay evidencia de un incremento global en la prevalencia. Los alimentos que con mayor frecuencia causan reacciones anafilácticas en los niños mayores son los frutos secos. Hasta hace pocos años, el tratamiento se basaba en la evitación del alimento y el tratamiento de las reacciones alérgicas. La inmunoterapia con alimentos supone una alternativa de tratamiento en pacientes con alergia persistente, aunque no está aprobado como tratamiento en la práctica clínica habitual.

La inmunoterapia sublingual podría representar, a diferencia de la inmunoterapia oral o epicutánea, una alternativa viable por su vía de administración sencilla y el buen perfil de seguridad y eficacia observado en pequeños ensayos clínicos.

En esta publicación (Long-term sublingual immunotherapy for peanut allergy in children: Clinical and immunologic evidence of desensitization. J Allergy Clin Immunol 2019;144:1320-6.) se evalúa la eficacia y seguridad de la inmunoterapia sublingual con cacahuete a largo plazo en niños de 1 a 11 años que recibieron una dosis de mantenimiento de 2 mg/d de proteína de cacahuete durante 5 años. Los criterios de inclusión eran los siguientes: niños de 1 a 11 años, con anamnesis de reacción tras ingesta de cacahuete e IgE específica de 7 KU/L o mayor.

Treinta y siete de los cuarenta y ocho pacientes (77,1%) completaron el estudio y once (22,9%) abandonaron antes de finalizar.

Hubo reacción en 4,78% de las dosis. La mayoría de los síntomas se resolvieron espontáneamente y solo un 0,21% requirió tratamiento con antihistamínicos, no requiriendo el uso de adrenalina en ninguno de los casos. El prurito orolingual fue el síntoma más frecuente (3,6% de las dosis), y fue disminuyendo con las siguientes dosis. El edema labial se reportó en un 0,15% de las dosis y los síntomas gastrointestinales en 0,3% de las dosis.

El 67% de los sujetos toleraron al menos 750 mg de proteína de cacahuete, un 48% toleraron al menos 1750 mg y un 35% toleraron 2750 mg o más. Doce de los cuarenta y ocho sujetos (25%) tuvieron una prueba de provocación controlada negativa con 5000 mg de cacahuete. Tras un período de evitación de 2-4 semanas, diez de los doce sujetos tuvieron una prueba de provocación negativa, demostrando tolerancia permanente.

La media de la reactividad cutánea para los diez pacientes que demostraron tolerancia permanente fue de 11,5 mm al inicio del estudio, al finalizar el tratamiento dicha reactividad cutánea se redujo a 5,8 mm.

El nivel basal de IgE específica a cacahuete para los diez pacientes con una prueba de provocación oral negativa fue de media 28 KU/L y al finalizar el tratamiento la media de IgE específica fue de 7,8 KU/L.

Para los diez pacientes que alcanzan tolerancia permanente los niveles basales de IgG4 fueron de 0,4 mg/L y al finalizar el estudio se incrementan a 10,9 mg/L.

También se redujo de forma significativa el test de activación de basófilos al finalizar el estudio, comparativamente con el basal.

Entre los posibles sesgos del estudio destacar la falta de un grupo placebo control y la no realización de una prueba de exposición controlada al inicio del estudio.

En este estudio el tratamiento con inmunoterapia sublingual durante 5 años alcanzó desensibilización clínicamente significativa en la mayoría de los pacientes alérgicos a cacahuete compensado con una fácil administración y un favorable perfil de seguridad.

 

Dra. Sandra Blanco Bermejo

Hospital Universitario Infanta Elena

Comité de Alergia Infantil SEAIC

Alergólogos celebran el primer servicio de alergología en Baleares

Tras más de una década de peticiones por parte de las diferentes juntas directivas de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), los alergólogos se congratulan de la creación del primer servicio de alergología de las Islas Baleares.

  • Se ha contratado a tres Alergólogos en la Sanidad Pública balear, concretamente en el Hospital Universitario Son Espases.
  • Ante la falta de este Servicio, los pacientes alérgicos en Baleares sufrían una inequidad asistencial en relación con los ciudadanos que residían en el resto de las autonomías.
  • Los doctores José María Olaguibel, Joaquín Sastre, Antonio Valero, Ignacio Dávila, César Alías, Ana Elices y Alberto Oehling han sido clave en la consecución de este gran hito.

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Importancia de la correcta identificación del niño con anafilaxia en Urgencias pediátricas

La mayoría de las guías nacionales e internacionales de anafilaxia recomiendan a nuestros pacientes acudir a urgencias después de un episodio de anafilaxia, independientemente de que se hayan tratado o no.

La puerta de entrada de todos ellos en Urgencias es el triaje. Allí, el personal, habitualmente de enfermería, decidirá en pocos minutos, cuándo, quién y donde serán atendidos. En esto consiste la priorización o triaje.

Todos sabemos que la anafilaxia es una reacción de hipersensibilidad potencialmente mortal y que por ello requiere el máximo nivel de prioridad. Sin embargo, los pocos datos disponibles muestran que estos pacientes no se identifican correctamente, reciben una prioridad menor que la merecen y reciben tratamiento tarde, con riesgo de empeorar su pronóstico.

Hasta la fecha, los datos disponibles acerca de la priorización del paciente con anafilaxia se han limitado a hospitales seleccionados y a sistemas de triaje específicos.

Desde el Comité de Alergia Infantil de Seaic, nuestro objetivo ha sido conocer y describir la priorización que reciben los niños con anafilaxia en España. Este es el primer estudio que revisa la priorización de la anafilaxia pediátrica más allá de un solo centro, superando las barreras de los múltiples sistemas de triaje existentes en España. Los participantes en el estudio trabajan en 36 hospitales de 12 comunidades autónomas distintas. Su conocimiento acerca de que anafilaxia es una emergencia que merece atención médica inmediata es correcto. Sin embargo, su aplicación práctica no lo es al analizar la prioridad que recibirían casos reales. Asi, los niños con anafilaxia probablemente son identificados de forma incorrecta en los servicios de urgencias pediátricas en España, lo que puede empeorar su pronóstico.

La anafilaxia debería identificarse en triaje para garantizar un tratamiento precoz y adecuado.

Los alergólogos podemos ayudar a mejorar el triaje del niño con anafilaxia por nuestro conocimiento acerca de sus peculiaridades, variedades en la presentación clínica, ausencia de datos patognomónicos, y porque aportamos un punto de vista que complementa la visión del especialista en Urgencias.

“Anaphylaxis must be suspected in triage. Triage advice regarding anaphylaxis identification should be included in anaphylaxis guidelines”

J Investig Allergol Clin Immunol 2025; Vol. 35(4)(enlace a la versión del artículo)  doi10.18176_jiaci.1064.pdf

Esozia Arroabarren Aleman. Servicio de Alergología del Hospital Universitario de Navarra. Comité de Alergia Infantil de la Sociedad Española de Alergia e Inmunología Clínica

¿Cómo influyen las infecciones por virus en las reacciones a antibióticos en niños?

Aunque las infecciones más conocidas en la infancia y potencialmente graves son el sarampión, las paperas, la varicela y la rubeola, gracias a las vacunaciones periódicas mediante el calendario vacunal, están prácticamente erradicadas en los países que de forma regular siguen estas recomendaciones. Habitualmente, las infecciones más comunes por virus suelen ser leves y se resuelven satisfactoriamente en la mayoría de los casos.

El sistema inmunológico de los niños está en desarrollo durante la infancia y, debido a la alta exposición en guarderías y colegios, frecuentemente desarrollan infecciones que pueden durar más de los periodos típicos que suelen ser otoño e invierno, e incluso pueden aparecer varias veces al año.

Entre estas está la gripe, también conocida como influenza estacional, el resfriado común, la gastroenteritis, la enfermedad boca-mano-pie, conjuntivitis, faringoamigdalitis, y en algunos casos, particularmente en niños menores de dos años, la bronquiolitis. Los síntomas típicos que pueden aparecer en estos cuadros infecciosos son tos, dolor de garganta, congestión nasal, malestar general, fiebre que puede llegar a ser alta, y menos frecuentemente manifestaciones gastrointestinales.

Generalmente el tratamiento es paracetamol y/o ibuprofeno que alivian el dolor y el malestar general y controlan la fiebre. Para la mayoría de los casos no hay tratamientos antivirales específicos, aunque a veces se prescriben o auto consumen antibióticos, a pesar de que estos solo están indicados en infecciones bacterianas.

En el curso del tratamiento con antibióticos durante una infección viral pueden aparecer manifestaciones cutáneas como eritema o enrojecimiento generalizado, exantema o urticaria (ronchas), que puede estar acompañadas de edema (hinchazón), y más raramente manifestaciones en las mucosas. Generalmente estos síntomas aparecen tras varios días de haber iniciado el tratamiento antibiótico, aunque a veces pueden suceder tras un periodo más corto de tiempo, incluso en menos de 24 horas. En la mayoría de estos casos se interrumpe el tratamiento con antibióticos y las manifestaciones cutáneas desaparecen en poco tiempo. En la mayoría de los casos, una vez que se ha resuelto la infección viral, los niños que toman de nuevo el antibiótico por alguna otra indicación lo toleran sin problema.

En cualquier caso, toda manifestación cutánea o de otro tipo que aparezca cuando se toman antibióticos en el curso de una infección viral, una vez resuelta, debería ser evaluada por un alergólogo para verificar que realmente el niño afectado no es alérgico. En muchos casos, de no realizarse esta valoración, se considera erróneamente el caso como alérgico con los consiguientes perjuicios que esto puede tener.

 

Natalia Blanca

Servicio de Alergia

Hospital Universitario Infanta Leonor, Madrid

Jornada de Clausura AVAIC 2014

El día 31 de mayo se celebra la Jornada de Clausura de la Asociación Valenciana de Alergología e Inmunología Clínica, que este año tendrá lugar en el Hospital Universitario de La Ribera en Alzira (Valencia). Para realizar la inscripción visite el sitio www.avaic.org.

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EL IMPACTO DE UNA ETIQUETA DE ALERGIA A ANTIBIÓTICOS BETALACTÁMICOS. LA IMPORTANCIA DE UN DIAGNÓSTICO CORRECTO.

El impacto de una etiqueta de alergia a antibióticos betalactámicos es significativo y puede tener consecuencias negativas tanto para la salud del paciente como para el manejo de su tratamiento médico. Los betalactámicos (penicilinas, cefalosporinas, carbapenemas) son los antibióticos más utilizados para tratar diversas infecciones bacterianas. Las penicilinas son también los antibióticos que producen con mayor frecuencia reacciones alérgicas. Sin embargo, la mayoría de los pacientes etiquetados como alérgicos a penicilinas realmente no lo son.  En un porcentaje importante de casos, la colocación de una etiqueta de alergia se realiza a partir de cualquier reacción adversa coincidente con la administración del antibiótico, sin haber realizado un estudio alergológico.  Si un paciente es etiquetado incorrectamente como alérgico a este tipo de antibióticos, puede conllevar varios problemas asociados:

1. Limitación de opciones terapéuticas: Los antibióticos betalactámicos son una de las opciones más efectivas para tratar infecciones bacterianas. Si un paciente es etiquetado erróneamente como alérgico, los médicos pueden verse limitados en las opciones de tratamiento disponibles, lo que podría resultar en el uso de antibióticos menos efectivos o más costosos.

2. Mayor riesgo de infecciones: El uso de antibióticos alternativos podría no ser tan efectivo en el tratamiento de ciertas infecciones. Esto podría resultar en una mayor duración de la enfermedad, recurrencias de infecciones y un mayor riesgo de complicaciones.

3. Mayor resistencia a antibióticos: El uso inapropiado y excesivo de antibióticos alternativos debido a una etiqueta de alergia falsa podría contribuir al problema global de la resistencia a los antibióticos. Esto sucede cuando las bacterias desarrollan la capacidad de resistir los efectos de los medicamentos, lo que dificulta el tratamiento de infecciones futuras.

4. Costos económicos: El uso de antibióticos alternativos o más avanzados puede ser más caro que el uso de antibióticos betalactámicos estándar. Esto podría aumentar los costes de la atención médica tanto para el paciente como para el sistema de salud a nivel global.

En definitiva, un diagnóstico preciso es esencial para garantizar que los pacientes reciban el tratamiento adecuado y evitar las consecuencias negativas asociadas con una etiqueta de alergia incorrecta. Por ello es fundamental realizar un estudio de alergia tanto para descartar como para confirmar el diagnóstico de alergia a betalactámicos, y en este último caso, ofrecer una alternativa de tratamiento.

 

Alicia Gallardo Higueras

Hospital Universitario de Salamanca

Actualización en Anafilaxia (guía GALAXIA)

Recientemente, se ha presentado en el Congreso de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica, la tercera actualización de la Guía Galaxia, un documento de posicionamiento sobre el diagnóstico y el tratamiento de la anafilaxia, en esta edición se presentan novedades relevantes como la perspectiva del paciente y la implicación de la sociedad para la creación de ambientes seguros.

La anafilaxia es la presentación clínica aguda más grave de una reacción alérgica y puede comprometer la vida del paciente, es una emergencia médica que requiere de una actuación inmediata, con el reconocimiento de la clínica y un tratamiento precoz, y de un manejo a medio y, largo plazo  que incluya  medidas de educación y prevención, en algunos casos se puede conseguir la curación, como la anafilaxia por veneno de himenópteros, o en algunas alergias alimentarias

Todo paciente que ha sufrido una anafilaxia debe ser derivado a un especialista de Alergología para realizar un estudio completo, confirmar el desencadenante sospechoso, prevenir nuevos episodios, evaluando la posibilidad del paciente de volver a desarrollarlos y recibir información, y un tratamiento adecuado.

El paciente diagnosticado de anafilaxia debe ser valorado por el especialista

por lo menos una vez al año, y en esa consulta se le debe explicar y dar por escrito:

  • Normas estrictas de evitación de los alérgenos (sustancias que provoca la reacción alérgica) implicados o sospechosos que incluyan los alergenos específicos y su reactividad cruzada con otros productos, esta información debe ser revisada en cada visita
  • Educación para el reconocimiento precoz de los síntomas típicos de la anafilaxia incluyendo un plan de actuación que indique al paciente que tratamiento administrar dependiendo de la clínica que presente en el momento de la reacción, y que le permita una actuación lo más rápida posible, para evitar un desenlace fatal
  • Educación y entrenamiento sobre el uso de autoinyectores de adrenalina. En los siguientes casos es necesario llevar dos dispositivos:  si hay coexistencia de asma inestable o moderada-grave persistente y alergia a alimentos, si hay coexistencia de enfermedad mastocitaria y/o triptasa basal elevada, falta de acceso rápido a asistencia sanitaria por barreas geográficas o idiomáticas, requerimiento previo de más de una dosis antes de llegar a un hospital, reacción previa casi mortal, dosis del autoinyector inferior a la calculada por peso del paciente.  Se deben administrar de forma precoz.

Existe un uso deficiente de los autoinyectores, por escasa información, miedo o aversión al tratamiento intramuscular, dificultades económicas o afectación en la calidad de vida por la dificultad de llevarlo consigo.  Los padres, tutores y docentes deben estar entrenados en su uso en el caso de los niños. El alergólogo debe informar de que la adrenalina tiene una vida útil corta, por lo que se debe revisar la fecha de caducidad y la reposición de los dispositivos caducados

  • Recibir información sobre las enfermedades o tratamientos (comorbilidades) que pueden provocar una sintomatología más grave, o disminuir la atención del paciente ante los síntomas. El asma mal controlada, las enfermedades cardiovasculares, algunos fármacos como los betabloqueantes, los IECA (inhibidores del enzima convertidor de la angiotensina), ansiolíticos, pueden aumentar el riesgo de desarrollar una anafilaxia fatal
  • Medidas de prevención: Tratamientos que pueden curar o mitigar la sensibilización a alérgenos específicos, como la inmunoterapia oral con alimentos en casos seleccionados, desensibilización a fármacos, o inmunoterapia con venenos de himenópteros. Llevar una pulsera o tarjeta de identificación médica en la cartera, recomendar llevar teléfono móvil si el paciente está solo

También es labor de los especialistas, pacientes, y asociaciones de pacientes impulsar medidas de salud pública, como exigir la mejora del etiquetado de los alimentos, exigir planes de acción en colegios, restaurantes ( información disponible y accesible para los ingredientes del alimento no envasado) y centros de ocio ( recomendar espacios alergoprotegidos que dispongan de lo necesario para asistir a una persona que sufra un episodio de anafilaxia ) e intentar conseguir que en edificios públicos, centros de ocio , y comerciales se disponga de autoinyectores de adrenalina, como ahora se dispone de desfibriladores.

Se aconseja al lector visualizar los siguientes videos sobre

Auto inyectores de adrenalina:

Anapen: https://youtu.be/8I-r_ftcUMc

Jext::  https://youtu.be/QDXRhZBNjFw

Altellus:  https://www.epinefrina.es/es-es/epinefrinaguide?userstate=public#

Emerade: https://youtu.be/NzyNoUeiu9o

Dra. M.ª Isabel Alvarado Izquierdo. Alergóloga del Complejo Hospitalario Universitario de Cáceres. Miembro del Comité de Alergia Infantil de la SEAIC 

Obituario Dr. Muñoz Lejarazu

Estimados socios:

Desde la SEAIC queremos expresar nuestro más sincero pésame a los familiares, amigos, compañeros y conocidos del Dr. Daniel Muñoz Lejarazu, Jefe de Servicio del Hospital Universitario de Álava (Vitoria), que falleció ayer. Dadas sus cualidades humanas y científicas siempre ocupará un puesto relevante en la historia de la Alergología Española. Descanse en paz.

Un cordial saludo,

Darío Antolín
Secretario de la Junta Directiva de la SEAIC

Alergia a las carnes

El valor nutricional de la carne se debe a que está formada por proteínas de alto valor biológico como fuente de aminoácidos esenciales, vitamina B y hierro, muy aprovechables por nuestro organismo.

La alergia a las carnes es una alergia alimentaria poco frecuente en los países desarrollados, a pesar de su elevado consumo.  En la infancia, suele asociarse con dermatitis atópica y tiende a desaparecer en los primeros años de vida.  No obstante, la alergia a la carne también puede aparecer “de novo” en la edad adulta.

En la actualidad, se desconoce la incidencia general y la prevalencia de la alergia a las carnes en la población general.  Entre los pacientes con alergia alimentaria, se ha informado de alergia a la carne en el 3-15% de casos pediátricos y en el 3% de casos adultos.

Su baja prevalencia puede atribuirse, en parte, al hecho de que la mayoría de las carnes se consumen cocidas, y cocinarlas, normalmente aunque no siempre, reduce su alergenicidad.

Las reacciones pueden ser muy variables, desde un cuadro leve de picor en la boca y garganta o algunos habones aislados, pasando por angioedema (inflamación) de labios, párpados… hasta urticaria más extensa, rinoconjuntivitis, asma, síntomas digestivos, y/o cuadros muy graves de anafilaxia.

El tipo de carne que causa la alergia, presenta variabilidad geográfica, en relación con los diferentes hábitos de consumo.  En nuestro medio, la alergia a las carnes de mamíferos es más frecuente que la alergia a las aves de corral.  De acuerdo con esto, se ha descrito alergia a carne de canguro en Australia y a carne foca y ballena en Alaska.

La alergia a carne de vaca es la más comúnmente reportada, con una prevalencia que oscila entre el 1,5 y el 6,5% entre los niños con dermatitis atópica o con alergia alimentaria.  Sin embargo, la alergia a carne de ternera, puede llegar al 20% en niños con alergia a leche de vaca.  También se han informado casos de alergia a carne de cerdo, cordero, conejo, pollo y pavo, pudiendo ser alérgico a la carne de una especie o de varias.

  • Alergia a carne de vacuno: frecuentemente debida a una proteína (albúmina sérica bovina), que se inactiva con el calor, pudiendo producir reacciones si la carne está cruda o poco cocinada, tolerándose perfectamente cuando la carne está bien cocinada. Se ha demostrado que la homogeneización y liofilización (empleadas en la producción de alimentos para bebés) disminuyen el contenido de albúminas e inmunoglobulinas en la carne, al igual que la digestión con pepsina.  Algunos niños con alergia a proteínas de leche de vaca pueden presentar también reacciones con ternera e incluso con otras carnes, pero esto solo ocurre en un pequeño número de casos, generalmente cuando el alérgeno responsable de su alergia es la albúmina sérica bovina.
  • Alergia a carne de cerdo: se pueden producir sensibilizaciones primarias a la albúmina sérica y a las inmunoglobulinas por vía inhalada o cutánea, que en primer lugar ocasionan alergia respiratoria y, de forma secundaria, y por reactividad cruzada, reacciones alérgicas tras la ingestión de carne de cerdo poco cocinada. El denominado “síndrome gato-cerdo” es la asociación de alergia respiratoria a gato y alergia alimentaria a la carne de cerdo. Característicamente, estos pacientes pueden no tener síntomas de rinitis al contacto con gatos, ya que la mayoría de los pacientes con síntomas alérgicos a la caspa de gato están sensibilizados a un alérgeno diferente. Se ha descrito también una asociación entre la alergia respiratoria a gato y la carne de cordero o de caballo, y una alergia respiratoria a hámster y alergia a carne de caballo.
  • Alergia a carne de cordero: es la más infrecuente aunque, en ocasiones, se asocia a alergia a carne de ternera y cerdo.
  • Alergia a carne de pollo: aunque la alergia a huevo es muy frecuente en la infancia, casi todos los niños alérgicos a huevo toleran la carne de pollo. Por otro lado, se han descrito adultos alérgicos a la carne de ave, con tolerancia de huevo y sin alergia a plumas o caspa de ave, cuyos alérgenos responsables, no han sido identificados.  Por otra parte existe un síndrome poco frecuente, el “síndrome pescado-pollo”, donde las personas presentan síntomas alérgicos tanto con carne de pollo como pescado y en el que los alérgenos principalmente responsables son las parvalbúminas.
  • Síndrome ave-huevo: debido al contacto frecuente con pájaros en el domicilio o en criaderos, hay un grupo minoritario de alérgicos que se sensibilizan por vía inhalada a proteínas de las plumas y/o excrementos de las aves y posteriormente desarrollan alergia al huevo y a la carne de pollo u otras aves (loros, periquitos, canarios, palomas, aves de corral, etc.). Afecta a personas adultas que presentan síntomas con la yema de huevo cruda o poco cocinada, a diferencia de lo que ocurre con la forma de alergia más habitual al huevo que se produce en la infancia y es por sensibilización a proteínas de la clara.
  • Síndrome Alfa-gal: en general, las reacciones alérgicas a las carnes suelen ser reacciones de hipersensibilidad inmediata, que ocurren en la primera hora tras la ingesta. En este síndrome, las reacciones tras ingerir carnes de mamíferos (ternera, cerdo, cordero) tienen lugar más tarde de lo habitual, entre 3, 6 y hasta 8 horas después de haberlas ingerido, debido a la unión del alérgeno alfa-gal a los lípidos, que se absorben más lentamente y mediante mecanismos diferentes en comparación con las proteínas. Pueden producirse desde urticarias más o menos extensas hasta cuadros graves de anafilaxia.  Estas personas reaccionan a un carbohidrato presente en las carnes de mamíferos no primates llamado galactosa alfa 1-3 galactosa (alfa-gal), al que se han sensibilizado.  La sensibilización se ha producido en algún momento, tras la picadura de garrapatas que llevan alfa-gal en su saliva y la inoculan con la picadura.  Además de reaccionar a los alimentos, los pacientes sensibilizados a alfa-gal también pueden tener reacciones al anticuerpo monoclonal cetuximab, gelatinas, coloides intravenosos, heparina, válvulas cardiacas de origen bovino o porcino y otros agentes hemostáticos derivados de productos animales.

 

En la alergia a las carnes, a diferencia de lo que sucede con otros alimentos, se han identificado alérgenos tanto de proteínas como de carbohidratos. Las albúminas séricas y las inmunoglobulinas parecen ser las principales proteínas alergénicas en la carne de ternera y otras carnes de mamíferos (cerdo, cordero, conejo), con una gran homología entre sí, lo que explicaría la alta reactividad cruzada entre carnes de mamíferos.  Estas proteínas también podemos encontrarlas en aves como el pollo, aunque con una menor homología con las de los mamíferos, lo que explicaría que los individuos tiendan a reaccionar a carnes de mamíferos o aves pero rara vez a ambas.

El diagnóstico general de alergia a las carnes se realizará en base a la historia clínica y mediante la realización de pruebas cutáneas (prick-test) con extractos de las distintas carnes y la medición en sangre de los niveles de anticuerpos IgE específicos para cada uno de ellos.  En ocasiones es necesaria la realización de una prueba cutánea con el alimento en freso (prick-prick) y si hay dudas, también puede ser necesario realizar un test de exposición oral controlada, siempre bajo supervisión del especialista.

En las reacciones con preparados cárnicos, como embutidos o salchichas, habrá que descartar una alergia a algún alimento o compuesto añadido o en el proceso de elaboración, como las proteínas de la leche, el huevo o los hongos.

Ante un diagnóstico confirmado, hoy por hoy, el tratamiento es evitar la ingesta de la carne responsable y los productos elaborados con ella (embutidos, salchichas, gelatinas,…).    No obstante, conocer los alérgenos responsables, puede permitir una dieta más flexible, de manera que hay pacientes, cuya alergia depende de las albúminas séricas, que toleran la carne bien cocinada, y otros, presentan síntomas o no dependiendo del grado de cocinado y otro grupo no la tolera de ninguna forma.  En algunos casos, se deberán eliminar de la dieta varios tipos de carnes, en cuyo caso, podría ser necesario aportar a la dieta suplementos de hierro y vitamina B.

Dra. Angélica Feliú Vila. Hospital Universitario del Tajo, Madrid. Comité de Alergia Infantil. SEAIC

 

Bibliografía

  • Scott P Commins, MD, PhD. Allergy to meats. In:  UpToDate, Scott H Sicherer, MD, FAAAAI (Ed),Up To Date, Anna M Feldweg, MD. (Accessed on april of 2024).
  • Scott H Sicherer, MD, FAAAAI. Food allergens: Clinical aspects of cross-reactivity. In:  UpToDate, Robert A Wood, MD (Ed), UpToDate, Elizabeth TePas, MD, MS. (Accessed on april of 2024).
  • Julie Wang, MD. Component testing for animal-derived food allergies. In: UpToDate, Scott H Sicherer, MD, FAAAAI (Ed), UpToDate, Elizabeth TePas, MD, MS. (Accessed on april 2024).
  • García Figueroa, B.E, Mateo Borrega, M.B, 2021. Alergia a las carnes. Zubeldia, J.M, Baeza, M.L, Chivato, T, Jáuregui, I, Senent, C.J. Libro de las enfermedades alérgicas (287-292).
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