Los medicamentos biológicos son producidos por organismos vivos o a partir de ellos (microorganismos humanos, animales o células de biotecnología) y se caracterizan por su alta especificidad y actividad terapéutica porque van dirigidos a la proteína o al receptor concreto que interviene en el proceso de la enfermedad.
Se consideran productos biológicos a las vacunas, alérgenos, antígenos, hormonas, inmunoglobulinas, citocinas, derivados de la sangre o plasma y anticuerpos monoclonales, entre otros.
Su auge se debe al gran avance de la biología molecular a través de técnicas de DNA recombinante, al conocimiento del genoma humano y de las vías de regulación de la respuesta inmune, que ha permitido identificar un variado número de dianas o puntos clave para este tipo de terapia.
El descubrimiento y producción de anticuerpos monoclonales (Ac Mo) por el Dr. Milstein en 1975 ha marcado la historia de la Medicina y Biotecnología. Inicialmente la indicación terapéutica se centró en áreas como reumatología y oncología, extendiéndose a diversas especialidades médicas como aparato digestivo, neurología, y también a la alergología.
La incorporación de anticuerpos monoclonales (Ac Mo) a la terapia alergológica ha significado un avance significativo en la medicina personalizada y de precisión, mejorando el manejo de las enfermedades alérgicas. Actúan bloqueando reguladores del sistema inmunitario claves en estas enfermedades.
Hasta el momento, en Alergología, los fármacos biológicos están indicados en:
Están en estudio algunos fármacos biológicos como tratamiento adyuvante en procesos de desensibilización con alimentos o medicamentos o inmunoterapia de alto riesgo, entre otros.
Imagen 1. Ejemplo de fármacos biológicos utilizados en alergología en la actualidad
En general, el tratamiento biológico reduce los síntomas, disminuye el uso de glucocorticoides orales, así como los ingresos hospitalarios, lo que conlleva menos costes sanitarios. Además, mejora el control de la enfermedad y la calidad de vida del paciente.
La administración del fármaco se realiza en un centro sanitario (hospital o Centro de Salud) por enfermeras o bien se instruye y educa al paciente para que se pueda autoadministrar el fármaco en su domicilio, cuando la vía de administración es la subcutánea, ya que existen jeringas y plumas precargadas y preparadas para la inyección .
EFECTOS ADVERSOS MÁS HABITUALES
ADMINISTRACIÓN DOMICILIARIA
La enfermera, como educadora en autocuidados, es la encargada de evaluar si el perfil del paciente es adecuado para garantizar la seguridad de la administración, conservación, técnica adecuada y el cumplimiento del tratamiento en su domicilio.
Para ello, la enfermera, durante las primeras dosis administradas en el centro sanitario, educa y valora al paciente/cuidador en relación a los siguientes aspectos: Conservación, preparación, localización de la zona y la técnica correcta de inyección, efectos adversos y eliminación del residuo.
PRECAUCIONES A TENER EN CUENTA ANTES DE LA ADMINISTRACIÓN
MATERIAL NECESARIO PARA LA AUTOADMINISTRACIÓN
PASO A PASO AUTOADMINISTRACIÓN

PLUMA PRECARGADA
JERINGA PRECARGADA
BIBLIOGRAFÍA