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Yo te maldigo, urticaria

 

 

Yo te maldigo, urticaria,

por las penas que me mandas,

por las ronchas, los habones,

los picores a mansalva,

y las noches de desvelo

en que nada me da calma,

y en que solo me adormezco

al llegar de la alborada.

 

No es la ausencia de sueño,

aunque mucho lo echo en falta,

ni siquiera las rojeces

que todo mi cuerpo abarcan,

ni el temido angioedema

que me oprime la garganta,

mas por encima de todo

– y por ende a gran distancia-,

este picor tan intenso

que con nada se me aplaca.

 

Quemazón y comezón,

reconcomio que me mata,

desazón y picazón,

prurito que me desangra,

escozor y rascazón

que a diario me acompañan;

y no me son atenuantes

ni las duchas de fría agua,

ni el jengibre, ni la avena,

ni las hojas de albahaca,

ni la c, vino argundientee mandas1),úrcuma o la menta

o el vinagre de manzana,

ni los antihistamínicos,

que tampoco me hacen nada.

 

Yo te maldigo, urticaria,

por las penas que me mandas,

el día que desaparezcas

brindaré por la tu marcha,

y el vino mejor que tenga,

o el mejor champán o cava,

como suave terciopelo

deleitarán toda mi alma,

y será tal la algazara

que se oirá en toda España.

 

Ignacio Dávila

 

Ganador del I Certamen de Alergia y Humanidades en la modalidad de “Poesía”